Andy Soucek repite temporada como Bentley Boy, siendo por segundo año consecutivo piloto de fábrica de la marca inglesa.
Tuvimos la ocasión de conversar con Andy a cerca de su presente y su futuro en la marca Bentley, uno de los fabricantes de coches de lujo más importante del mundo, que compite en carreras de resistencia Blancpain Endurance Series a bordo de un Continental GT3.
Andy cuéntanos un poco como va a ser el año para vosotros. Cuáles son vuestros objetivos y vuestros retos.
Hemos tenido una carrera ya en el circuito de Mount Panorama, un circuito muy mítico, y hace poco se ha incorporado la categoría de GT3, que es la nuestra. Engloba a todas las marcas. Íbamos primeros después de cinco horas (es una carrera de 12 horas y hay que pensar en más en el final, pero íbamos primeros desde el principio). Tuvimos mala suerte, porque yendo primeros, yo cogí el coche, me escapé, le saqué quince segundos al segundo (un Nissan GTR), y cuando lo cogió mi compañero australiano tuvo la mala suerte de que al piloto de delante se le rompió el cambio en una subida cuando él justo lo iba a adelantar, y le enganchó con el neumático delantero y destrozó la parte delantera derecha y tuvimos que parar y perder todas las opciones. Terminamos séptimos de 35. El objetivo es ganar siempre, está muy claro.
Os llamáis «Bentley Boys». Nos gusta el nombre pero seguro que tiene un fondo más allá.
Ser un Bentley Boy es un privilegio. Es mucha presión ser piloto oficial de Bentley porque hay que tener en cuenta que solo hay seis en el mundo. Además de que no solo se nos exige y se nos elige por el pilotaje, que también es importante, si no que hay que ser como un Bentley: deportivo y con saber estar. Hay que tratar con la prensa, atender a los fans, ser amable, educado… Algo que no es un requisito en otras especialidades del automovilismo. Aquí sí.
El coche con el que corres, en su versión de calle es mucho más pesado que los otros que compiten contigo. Cómo se afronta esto en la versión de carreras.
El Bentley Continental de calle pesa casi dos toneladas y media. Pero en el coche de carreras todo está medido y perfectamente desarrollado para que sea competitivo contra un Porsche o un McLaren. Para que os hagáis una idea, la puerta de un Continental de calle pesa 60 kilos. La del GT de carreras pesa 16. Un compañero me preguntaba cuando estaba viendo el coche, «Andy, donde están el cuero y la madera?». Además está bien hecho porque es un coche de competición que es cómodo. Está pensado para competir al más alto nivel, pero también para ser un entretenimiento. Cualquier Gentleman Driver puede comprar un Continental GT3 y correr con él por hobby. Cuando tienes este tipo de aficiones, tienes que ir cómodo.
Andy, a nosotros nos gustan también los temas de paddock. A ti te vemos más… Cómo decirlo… En CAR te llamaríamos «Bentley Boy Play Boy». Háblanos un poco de tu vida personal. ¿Tienes pareja? ¿En las carreras ligas mucho?
Pues la verdad es que tengo una vida muy normal. Voy al trabajo, entreno, monto en bicicleta… Me levanto todos los días a las 8 de la mañana, voy a la oficina y me ocupo de mi negocio. Tengo pareja y estoy muy contento, además es una loca de los coches y me encanta compartir esa afición con ella. En cuanto a ligar en las carreras, es un mito. Cuando vamos a los circuitos somos marionetas. Vamos del circuito al hotel, del hotel al circuito y el resto del tiempo estamos dentro de un avión. Todo el mundo está pendiente de nosotros y además terminamos muy cansados.
Javier Arias, director de Bentley Madrid:
“Para Bentley en España es un motivo de orgullo que un piloto español se haya integrado y afianzado en la estructura de los Bentley Boys y que el equipo haya renovado su confianza en él por segundo año. Los resultados del 2015 han sido buenos y Andy está preparado para la presente temporada, lo cual quedó demostrado en Australia, donde realizó una sensacional carrera.”