Oshkosh: A prueba de bombas

El HMMWV (vehículo multiuso de alta movilidad) más conocido como Humvee, se comenzó a fabricar en 1984 y lleva en servicio en el Ejército de Estados Unidos desde entonces. Lo fabrica la empresa AM General y su imagen comenzó a ser conocida cuando los estadounidenses invadieron Panamá en 1989. En la actualidad hay unas 180.000 unidades en servicio en diferentes unidades del Ejercito Estadounidense, y muchos miles más en ejércitos de otros países, incluida España.Desde 2005 los Humvee han recibido modificaciones que incluyen frenos más potentes, una dirección más cómoda o mejoras en la refrigeración o el rendimiento del motor. Este enorme 4×4 ha cumplido con creces lo que se esperaba de él por fiabilidad y capacidad operativa, e incluso se vendieron durante algunos años (1992-2006) como automóvil para la calle bajo el nombre de Hummer H1, marca propiedad de General Motors.

Oshkosh: A prueba de bombas

El Humvee se ha usado para funciones tan variadas como centro de mando, transporte de tropas o armamento, soporte para lanzamisiles –anticarro o antiaéreo– o ambulancia. Su gran problema en el campo de batalla es que no puede proteger suficientemente a los soldados de los ataques con bombas trampa o minas, aunque hay versiones blindadas de este modelo capaces de salvaguardar a los soldados del fuego de fusiles de asalto. La mayoría de los militares estadounidenses y aliados caídos en Afganistán o Irak murieron a causa de explosivos detonados al paso de sus vehículos. Por eso el nuevo transporte debía ofrecer mucha más protección, lo que implica un completo blindaje y mayor distancia al suelo.

Tras más de un año de pruebas con los prototipos de las empresas que aspiraban al contrato, a finales de agosto los responsables del US Army hicieron público que la compañía Oshkosh Defense había ganado el concurso para fabricar el nuevo JLTV (Joint Light Tactical Vehicle) para el Ejercito estadounidense. La firma lleva más de 90 años produciendo vehículos para las Fuerzas Armadas. El contrato, por valor de 6.700 millones de dólares, implica la fabricación de 17.000 unidades que podrían ser más en el futuro. Por lo tanto cada unidad de Oshkosh saldría por casi 400.000 dólares.

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Se fabricará en versiones de dos o cuatro plazas y con varias configuraciones según la función a la que esté destinado. De su tecnología, la empresa fabricante destaca sobre todo el nivel del blindaje y su suspensión independiente. El pliego de requisitos que impone el Pentágono para un 4×4 de este tipo es enorme: desde unas dimensiones que les permitan entrar en los aviones de transporte de la OTAN a poder funcionar sin problemas con temperaturas entre -400 y 520 grados centígrados. También deben recorrer 480 km con un solo depósito, alcanzar 110 km/h, subir fuertes rampas o impactar y superar obstáculos verticales de hasta 45 cm rodando a 25 km/h, sin sufrir daños. Incorporan, además, un potente sistema de climatización o un mecanismo automático de extinción de fuego para cabina y motor. En cuanto a la mecánica, la empresa no ha dado datos pero parece que llevará un propulsor muy similar al del Humvee, un 6.6 diésel Duramax de GM con unos 300 CV y mucho par, acoplado a un cambio automático Allison. Más adelante podrían montar un sistema diésel híbrido, de menor consumo y muy silencioso, pero con un mantenimiento más delicado.