60 años de la primera victoria de Honda en la Formula 1: El sueño indomable de Soichiro

60 años de la primera victoria de Honda en la Formula 1: El sueño indomable de Soichiro

Sus Grandes Pilotos

Noche fría de 1938 en Hammatsu, Japón, 250 kms al suroeste de Tokio . La única y mortecina luz en el pequeño y gélido taller improvisado proviene de una bombilla desnuda que oscila levemente, arrojando fluctuantes sombras sobre un joven Soichiro Honda. Bajo, delgado, casi consumido por la intensidad de su concentración, está inclinado sobre el banco de trabajo. El aire huele a metal y aceite. El único sonido, aparte del tic-tac insistente de un viejo reloj, es el raspar metálico de sus herramientas sobre una pequeña pieza circular: un incipiente aro o segmento de pistón. Finalmente, Soichiro encontró que añadiendo silicona en la fundición los segmentos podían aguantar y vendió el diseño a Toyota, que le encargó su fabricación. Japón se preparaba para una guerra.

Con sus propias manos y algunos ayudantes, él mismo levantó los muros de su primera nave industrial. Nacía así en Hamamatsu la semilla de la que iba a ser Honda Motor. De mecánico pasaba a ser empresario, abrazando su pasión por los motores de supremo rendimiento y la competición.

Una noche de 1944, el sueño de Soichiro se consumió en una bola de fuego y escombros provocados por las bombas que se lanzaban desde los B29 estadounidenses. Cualquiera hubiera abandonado pero…
«¿Rendirme?», la voz interior de Soichiro resonaría décadas después recordando esos momentos. «Esa palabra no estaba en mi diccionario”.

Y comenzó de nuevo, primero con ciclomotores y después con los modelos “D Type” y Dream, muy exitosos. Cuando Honda presentó en 1963 su primer automóvil, el deportivo biplaza S500, al mismo tiempo que decidía disputar el mundial de Fórmula 1, la Honda Motor Corporation ya vendía 1.250.000 motocicletas por año e iba a establecer en Bélgica su primera fábrica europea.

MÁS ALLÁ DE JAPÓN

Había sido en 1956 cuando Honda tomó la decisión de internacionalizarse, y Soichiro decidió construir automóviles a partir de 1963 y prestigiar su mecánica participando en la Fórmula 1.
En 1964 se presentó el RA271 de Fórmula 1 con un motor de 12 cilindros en V, 1500 cm³, montado transversalmente en popa. La designación “RA” significa “Racing Alpha”, destacando el pedigrí de competición de los automóviles y motores de la marca. Era un bicho raro, con chasis monocasco muy pesado inspirado en el Lotus 21, con el motor V12 situado en posición transversal, con una caja de cambios secuencial (como las de las motos) y una potencia de 230 CV a 13.000 rpm.

El estadounidense Ronnie Bucknum lo hizo debutar en el G.P. de Alemania de 1964, pero fue el también estadounidense Richie Ginther quien, liderando desde la primera vuelta hasta el final, consiguió la primera victoria para Honda en la F1, en el G.P. de México de 1965, conduciendo un chasis evolucionado, el RA272.
Ginther, que había sido mecánico de aviones, poseía experiencia en Fórmula 1 porque había conducido para Ferrari, Scarab y BRM antes de ser contratado por Honda.


El coche se construía con personal de Honda en Inglaterra y componentes de la empresa local Lola de Eric Broadley. El mismo Broadley y el japonés Yoshio Nakamura habían establecido el concepto de diseño del vehículo.
Con su RA300 ganador con John Surtees en el G.P. de Italia de 1967 y un realmente audaz RA302 con motor refrigerado por aire iba a terminar Honda su primera incursión en la F1.

HONDA CON WILLIAMS, EL PRIMER CAMPEONATO MUNDIAL

Basil Hill Road, Didcot, Inglaterra, miércoles 2 de septiembre de 1987, 08:30 de la mañana. Ann Bradshaw, encargada de prensa del equipo Williams, con un papel de télex en la mano entra apresurada a la oficina de su patrón, Frank Williams. El creador del equipo, ya campeón con Honda en 1986 y en camino de repetir con Honda por segunda vez ese año, parapléjico por un accidente sufrido en marzo anterior en Francia, observando la agitación de Ann, con la voz entre quebrada y gutural que le quedó tras una traqueotomía, se anticipa: “Sí, ya lo sé… me lo esperaba”.
Honda abandonaba al equipo que la había convertido, como motorista por primera vez, en campeón mundial de constructores en 1986 y estaba por lograrlo, también, en 1987.

Imparable Senna con su McLaren-Honda. Logró los certámenes de 1988, 1990 y 1991.

¿Es que estaban obsesionados con Ayrton Senna, piloto de Lotus, y habían decidido seguir al brasileño al equipo McLaren, que les había prometido de todo?
Honda estaba inmersa en su muy exitosa segunda época en la F1 después de haber regresado en 1983 con el equipo Spirit tras un largo paréntesis de 15 años con su propio motor V6 turbo. El motor RA166 resultó ser el más potente y menos sediento. Los ingenieros japoneses controlaban la alimentación, el encendido y la entrega del turbo apoyándose en un novedoso sistema de sensores y telemetría, el primero de su tipo, conectados en tiempo real a boxes y a las instalaciones en Japón.

Con Williams, Honda iba a ganar 23 carreras entre 1984 y 1987, además de dos títulos de constructores. En 1986, como un samurái al ataque emergiendo de una cortina de agua en Portugal, había aparecido Ayrton Senna, ganando esa carrera. Para los ingenieros japoneses que seguían al equipo Williams fue una revelación. Los ingenieros propiciaron el encuentro entre Senna y Nobuhiko Kawamoto, el presidente del departamento de carreras y futuro líder máximo de la empresa. Se reunieron discretamente en un bar de Mónaco en mayo de 1986. Acordaron que Senna sería el piloto al que la marca seguiría en los años siguientes. El carácter retraído de Ayrton, su calma legendaria y el misticismo que emanaba de su discurso encajaron perfectamente con el sustrato sintoísta del ejecutivo japonés.

Senna celebrando su impresionante victoria en el GP de Brasil 1991


En cuanto Kawamoto cerró trato con McLaren, a partir de 1988, comenzó una nueva era de victorias: en 1988 el dominio fue aplastante. Quince de dieciséis carreras fueron para el cuarteto Honda-McLaren-Prost-Senna, con el brasileño logrando su primer entorchado. Se consiguieron tres campeonatos mundiales para Senna (1988, 1990, 1991), uno para Alain Prost (1989) y cuatro de constructores compartidos con McLaren. Hasta finales de 1992, coches propulsados por motores Honda habían ganado 71 grandes premios, siendo McLaren el equipo más eficaz con 44 de esas victorias.

El Tándem McLaren, con Senna y Prost como pilotos, fue su época dorada. Entre 1989 y 1991, lograron tres títulos de constructores y tres de pilotos de forma consecutiva

Kawamoto veía en Senna algo más. «Ayrton era especial», recordaba. No era el típico piloto desinteresado en la mecánica. Pedía los gráficos del motor, quería entenderlos, discutía de igual a igual con los ingenieros. No se limitaba a decir «el motor no va bien»; señalaba áreas concretas de mejora. «Era como un piloto de desarrollo para nosotros», admitía Kawamoto y añadía: «Es como mi hijo mayor, pero un poco malcriado”.

A finales de 1991, Honda, pasando por una época de flojas finanzas, decidió suspender su participación en F1 al concluir 1992, pero la unión espiritual de Honda y los aficionados japoneses con Senna siguió incólume. Tras la muerte de Ayrton a los mandos de un Williams con motor Renault el 1 de mayo de 1994, Honda vistió de luto su sede central en Aoyama y exhibió el McLaren MP4/6 que había conducido Ayrton. Pronto, el coche desapareció bajo un manto de flores depositadas por miles de aficionados.

McLaren-Honda MP4/6

TERCERA ERA DE CON SALIDA PREMATURA

Honda volvió gradualmente a la F1, primero como proveedor de motores para British American Racing (BAR) desde 2000. Luego adquirió el equipo en 2005 y siguió compitiendo como Honda Racing F1 Team. ¿Los resultados? Mediocres. Jacques Villeneuve, campeón de 1997, no les dio alegrías. Después, una única victoria con Jenson Button en Hungría 2006, aunque sumando puntos, Honda terminaba en la segunda posición en el certamen de constructores. En cuanto estalló la crisis financiera global de 2008, Honda lo dejó.

Cuarta era de Honda: con las alas de Red Bull

Honda era un jugador global en el mercado de automóviles con una producción anual de 3.100.000 vehículos en 2012 y resultaba coherente con la creciente difusión de automóviles híbridos que impulsara su saber hacer en ese campo con una participación en Fórmula 1.
Se revinculó nuevamente con el equipo McLaren, pero hubo tres temporadas de pesadilla sin lograrse ni siquiera un podio. Los otros exitosos socios se separaron justo cuando el motor japonés alcanzaba una potencia y fiabilidad ganadoras.

Max Verstappen al volante del Red Bull en 2020. Con los motores Honda lleva ganadas 59 carreras, incluyendo la última en el GP de Japón


Red Bull fue cauta y en 2018 fue el equipo satélite Toro Rosso quien utilizó los Honda. A partir de 2019, una vez más Honda iba a disponer del piloto mágico: Max Verstappen. El holandés, acompañado de un motor competitivo, el RA621H sobre el Red Bull RB16, consiguió enfrentarse y batir al siete veces campeón Lewis Hamilton en 2021 logrando su primera corona. De manera insólita, a pesar del título, Honda anunciaba su retiro como proveedor oficial. Sin embargo, continuó suministrando motores cliente a Red Bull. Siguieron tres campeonatos de pilotos más hasta 2024 con un total de 64 victorias, añadiendo una más de Verstappen en Japón 2024.

Max Verstappen celebrando su victoria en el GP de Japón 2025

En 2023, dando una insólita marcha atrás, la casa japonesa anunciaba que desde 2026, para la nueva fórmula de motores, regresaba oficialmente, pero con el equipo Aston Martin, que desde marzo de 2025 cuenta como diseñador al ingeniero que les hizo ganadores desde 2021: Adrian Newey.

Verstappen obtuvo sus cuatro coronas gracias a los motores Honda. Con el RB21 ganó en Japón este año