Por muy optimista y visionario que fuera, cuando el ingeniero Soichiro Honda fundó su compañía, allá por 1946, no podía imaginar el alcance y la gran evolución de la misma. Lejos quedan las primeras bicicletas ayudadas con un pequeño motor eléctrico, pero la filosofía de la marca sigue siendo la misma: “Ofrecer productos innovadores que contribuyan a la mejora de la movilidad de las personas y al bienestar de la sociedad”. En la actualidad Honda se posiciona como la cuarta marca del sector de la automoción en el ranking de las 100 más valoradas del mundo y ocupa la 19ª posición del Best Global Brands 2015, elaborado por la consultora Interbrand.
En el mismo informe se desglosa que su valor de marca se ha incrementado en un 6% respecto al análisis de 2014, pasando a ser de 22.975 millones de dólares. Y eso solo en lo que se refiere a las cuatro ruedas, pero hay más, mucho más. Desde los robots más avanzados hasta cortadoras de césped o motores fueraborda, pasando por su propio avión y por diferentes sistema de ayudas a la movilidad, la oferta parece no acabar nunca. Por no hablar del mundo de la competición con sus motocicletas y monoplazas que han llenado vitrinas y vitrinas de trofeos… Pocas marcas hoy en día tienen tanto y tan variado legado, por eso desde aquí les recomendamos la visita al museo Honda que la marca tiene en Japón, en el circuito de Motegi, a unos 100 km de Tokio.
A los pies de las carreras
Honda Collection Hall se encuentra en los terrenos del circuito Twin Ring de Motegi, trazado que construyó la propia marca e inauguró en agosto de 1997 y donde se corre el mundial de motociclismo desde el año 1999. Ir desde Tokio no es del todo sencillo porque no hay conexiones directas. La forma más fácil y rápida de llegar es alquilando un coche, lo que nos llevará unas dos horas –conviene recordar que en Japón se conduce por la izquierda y el volante suele ir a la derecha–. Para llegar al museo Honda en transporte público se puede coger un tren desde la capital a la estación de Utsunomiya (una hora) y luego un taxi o autobús (una hora y media) hasta el circuito –no hay autobuses todos los días, es recomendable mirar su web antes–.
La entrada de adultos cuesta 1.000 yenes, al cambio unos 8 euros, y los menores de 15 años no tienen que pagar. Una vez dentro lo primero que vemos es un espectacular hall acristalado donde nos reciben tres de los modelos más importantes y emblemáticos de la marca, la moto RC143 de 125 cc, con la que la marca disputó por primera vez una temporada completa, en 1960; su primer monoplaza de fórmula 1, el RA271 de 1964, diseñado por Yoshio Nakamura y Shoichi Sano bajo la dirección de Soichiro Honda; y un Honda S500, su primer automóvil producido en serie, lanzado en 1963. En la recepción también se puede ver un gran anillo con la palabra “dream” (sueño) grabada en el centro, y debajo la firma de Soichiro Honda. El talento y personalidad de Soichiro se refleja en muchas de sus frases célebres: “Solo tenemos un futuro, y estará hecho de nuestros sueños, si tenemos la valentía de enfrentarnos a las convicciones”
Para todos los gustos
El museo Honda tiene tres plantas para estructurar toda la exposición. En la planta baja se muestra la evolución del carismático proyecto ASIMO, uno de los robots bípedos más evolucionados del mundo. El lanzamiento de un robot capaz de moverse, interactuar con los seres humanos y ayudarles es, sin duda, una de las mayores proezas tecnológicas del siglo XXI. El compromiso de Honda en el desarrollo de robots humanoides se inició en 1986, y en la actualidad, además de los importantes avances realizados en el ámbito de la movilidad, el programa de investigación de Honda se ha concentrado en el desarrollo de un comportamiento inteligente. Por eso, las nuevas versiones de ASIMO que se están desarrollando en Japón cuentan con varias funciones inteligentes, entre las que destacan la capacidad de reconocer a personas, objetos y gestos, calcular las distancias y el sentido de desplazamiento de varios objetos. Un paso más hacia la inteligencia artificial.
En lo que se refiere a la evolución del automóvil, Honda apuesta por la pila de hidrógeno como alternativa a los combustibles fósiles. Su último modelo es el FCXClarity, que estará a la venta en Japón dentro de muy poco tiempo, y en este espacio también le guardan un lugar preferente para explicar toda su tecnología. Cuando subimos a la segunda planta de este museo Honda pasamos del futuro al pasado, con una amplia muestra de motocicletas y automóviles clásicos, así como diferentes productos de energía de la marca, como las ya mencionadas cortadoras de césped. Necesitaríamos muchas más páginas para resumir los 70 años de historia de esta marca tan prolífica. No obstante, los lectores de CAR seguro que dedicarían la mayor parte del tiempo de la visita a la tercera planta de este museo Honda, donde se exhibe la parte Racing, con todas las motocicletas y coches de carreras.
TRAS LOS PASOS DE SURTEES Y SENNA
La muestra está compuesta por aproximadamente 350 motocicletas completamente restauradas y en perfecto estado. Puedes posar junto a la RC174 con la que Mike Hailwood ganó 7 de las 8 carreras de la temporada de 1967, la mítica NSR500 de Valentino Rossi o la dominadora del París-Dakar entre 1986 y 1989, la NXR750. En lo que se refiere a las cuatro ruedas, incluso la calidad de nuestras fotografías no pueden transmitir el aura que rodea a monoplazas de leyenda como el RA272, el RA 300 V12 de John Surtees o el McLaren MP4/4 de Ayrton Senna. Los dos primeros corresponden a la primera época de Honda en la F1, comprendida entre 1964 y 1968. No obstante fue de 1983 a 1992 cuando la marca cosechó sus mejores éxitos, como proveedor de motores primero para la escudería Williams y más adelante para McLaren, desarrollando uno de los grandes monoplazas de la historia de la fórmula 1. Entre 1988 y 1991 el McLaren MP4/4 ganó los títulos de constructores y pilotos –con Senna en tres ocasiones y Prost en una–. En la era moderna, entre 2000 y 2005, no han tenido tanta fortuna –como con el McLaren de Alonso de la pasada temporada– pero también se puede contemplar algún monoplaza como el BAR-Honda 006. En definitiva, creemos que el museo Honda este es uno de los mejores museos de motocicletas y automóviles del mundo, y si tu presupuesto no te lo permite, por lo menos date una vuelta por Google, que ya tiene disponible una visita virtual.
Fotografías: @JaimeOlivaresGP