La firma de Maranello ha hecho públicos los resultados obtenidos durante el año pasado, con más de 8.000 unidades comercializadas, datos que muestran la fortaleza de la compañía italiana.
La cantidad de coches que se deben fabricar cada año para lograr una buena rentabilidad, pero manteniendo a la vez la exclusividad, siempre ha solo un tema polémico en Ferrari. Montezemolo, presidente desde 1991 hasta 2014, estimaba que 7.000 coches debía ser la cantidad máxima, pero bajo en control de Sergio Marchionne (foto principal) se han superado las 8.000. Según el criterio de este último, el hecho de vender más coches en nuevos mercados permite seguir manteniendo la exclusividad. De hecho considera que podrían llegar a los 10.000 coches anuales sin desvirtuar la marca. Además considera que hace años las series limitadas eran “demasiado limitadas”.
Respecto a los resultados económicos, durante 2016 la compañía vendió 8.014 deportivos, 350 unidades más que en 2015, un 4,6% de subida respecto al año anterior. Facturaron un total de 3.105 millones de euros, y el beneficio neto fue de 400 millones de euros, frente a los 290 del año previo. Las ventas de modelos de 8 cilindros subieron un 5% gracias a la llegada del nuevo 488. Los V12 también crecieron, un 4%, con el GTC4 Lusso como gran novedad. Al beneficio también contribuyeron las ventas de los motores que fabrican para Maserati, la personalización de deportivos, los motores de F1 que suministran a otras escuderías y las ventas de productos de merchandising.
El presidente Marchionne se mostró satisfecho por los resultados obtenidos y volvió a responder a la eterna pregunta, sobre si la marca va a fabricar alguna vez un SUV: “Estamos teniendo muchas presiones para que lo hagamos. Pero me cuesta pensar en un coche fabricado por Ferrari que no tenga el dinamismo propio de nuestros modelos de carretera. Debemos ser lo suficientemente disciplinados como para no degradar la marca”.