A la espera del nuevo M5, previsto para finales de año, el M550i xDrive se sitúa en lo más alto de la oferta de la berlina alemana. Se trata del noveno modelo de la gama M Performance de BMW, un paso previo a los radicales modelos M de la división de Motorsport. Como nuestros lectores ya sabrán, cualquier modelo de BMW puede equipar el paquete estético M, pero los M Performance son sinónimo indiscutible de deportividad, con cambios en la mecánica que acentúan el carácter deportivo de cada coche. En las imágenes inferiores queda bastante bien explicado el posicionamiento del modelo.
De este modo, la gama M Performance cada vez va ganando un mayor protagonismo. Son una parte muy importante para el prestigio de la marca, que ha visto como en 2016 se han vendido 70.000 unidades Performance en todo el mundo, siendo su principal mercado el estadounidense. De hecho, esperan que de nuestro protagonista, el 80% de las ventas crucen el charco. Por suerte, nosotros hemos podido probarlo antes, en Múnich, en un día “primaveral” que amaneció con una fuerte nevada.
En este caso el BMW M550i xDrive monta un soberbio motor V8 de 4.4 litros, con dos turbos, capaz de desarrollar 462 CV. Una potencia brutal que se despliega a 5.500 revoluciones. El par máximo es de 650 Nm y está disponible entre 1.800 y 4.750 rpm. Para gestionar semejante torrente de fuerza se sirve de una caja de cambios automática, Steptronic, de 8 relaciones y de tracción integral a las cuatro ruedas, xDrive. Este sistema es bastante permisivo si activamos los modos de conducción más deportivos, dejando insinuar la zaga en circunstancias puntuales.
El conductor puede elegir entre cuatro modos de conducción, desde el más cómodo al más deportivo, que influyen en la respuesta del acelerador, la dirección, el cambio, el control de estabilidad y otros factores. Al respecto, para enfatizar el comportamiento del vehículo, el chasis se ha rebajado 10 mm, y se ha mejorado para reducir la inclinación de las curvas. Con todo, sigue siendo un Serie 5 y cuenta con los últimos avances tecnológicos y de seguridad que ofrece la berlina alemana, como el sistema de piloto automático o el control gestual de la generosa pantalla central.
Para que sea reconocible a simple vista, el BMW M550i xDrive cuenta con un paquete aerodinámico específico, con tres grandes tomas de aire en el frontal, que no son puramente estéticas, ya que tienen la importante labor de refrigerar la mecánica. A lo largo de la carrocería también se pueden observar diferentes detalles cromados. El M5 tendrá el capó abultado y detalles todavía más espectaculares o excesivos –para gustos los colores–, pero a nosotros nos gusta mucho la discreción de esta versión, un lobo con piel de cordero en toda regla.
Lo que es más difícil de ocultar es el sonido de su mecánica. Una gloriosa melodía que alcanza su plenitud en el modo Sport +. Desde la marca nos aseguraron que se debe a que los escapes van casi rectos en los bajos del vehículo, a que cuentan con un diámetro mayor y a que incorporan silenciador. Toda ayuda siempre es bienvenida si el resultado final es tan acertado. Eso sí, al perro de tu vecino le costará acostumbrarse…
En nuestra toma de concacto, debido al mal tiempo, nuestras unidades montaban neumáticos de invierno sobre llantas de 20 pulgadas –las de serie son de 19 pulgadas–, que ofrecen un extra de seguridad pero reducen la agilidad. De dotas formas, quedamos muy satisfechos con el comportamiento del coche. Su mecánica cumple por completo con las altas exigencias dinámicas de todo M, acelereando de 0 a 100 km/h en solo 4 segundos. Como es habitual en BMW, la velocidad máxima está limitada a 250 km/h.
Lo que más nos ha gustado es que, a pesar de ser tracción total, siguel fiel al estilo de conducción BMW. El eje trasero siempre es el que manda, lo que permite pasar grandes ratos al volante. La dirección es muy precisa y te permite colocar al vehículo en la trazada con gran precisión, haciendo que pese a sus generosas dimensiones, se comporte con gran pericia. Sin duda, una gran herramienta para no llegar nunca tarde al colegio con los niños.
Unos niños que disfrutarán de una ambiente de lo más acogedor. Nada más entrar, te reciben unas molduras de las puertas, que tienen iluminado el anagrama M550 iXdrive, y para que no olvides donde estas, encontrarás varias M por el habitáculo. Otros detalles interesantes son los asientos deportivos M con revestimientos de cuero negro y costuras de contraste en azul. Eso sí, el conductor es el gran privilegiado en este tipo de coches, ya que disfruta en primera persona del volante de cuerpo deportivo M de la última generación, y es el único que puede «jugar» con los pedales de aluminio. Detalles que transmiten ese ambiente deportivo exclusivo que distingue a todos los automóviles BMW M Performance.
Detalles que hacen que todo funcione a la perfección y que consiguen un rendimiento y un confort excepecional. Detalles por los que no nos importaría pagar 100.600 euros, el precio del nuevo BMW M550i xDrive.