Yangwang U9: la gravedad no le va bien

Yangwang U9: la gravedad no le va bien

En un País acostumbrado a liderar revoluciones tecnológicas, BYD ha ido más allá. El Yangwang U9 no es un coche, es una declaración. Desde su diseño escultórico, marcado por el lenguaje “Time Gate”, hasta sus cifras de vértigo, todo en él grita innovación. Desarrolla 1.300 CV, 1.680 Nm, llega a los 100 en 2,36 segundos y su velocidad punta es de 309,19 km/h. Ah, y todo sin una gota de gasolina.

Lateral Yangwang U9

Yangwang U9: 1.300 CV eléctricos y tecnología de vanguardia

El corazón de este artefacto tecnológicamente insano es la plataforma e4. ¿Qué significa? Tracción total a través de cuatro motores eléctricos independientes, uno por rueda, que permiten un control de par milimétrico y una agilidad simplemente demencial. El sistema DiSus-X, una joya oculta entre la suspensión y la magia de la ingeniería, permite que el coche literalmente “salte”, eleve un eje o adapte su carrocería en tiempo real según las condiciones del asfalto. En resumen: el U9 no se adapta a la carretera. La domina.

Las cifras de aceleración, claro, impresionan. Pero lo realmente revelador está en los detalles que no se ven: la Super Carbonfiber Cabin ofrece una rigidez torsional de 54.425 Nm/grado. Para ponerlo en contexto: hablamos de una célula de seguridad con estándares más cercanos a un prototipo de Le Mans que a un coche de calle. La carga de compresión del techo supera las 11 toneladas. Es como si BYD hubiera diseñado este coche para sobrevivir al fin del mundo… con estilo.

Y como si el músculo no fuera suficiente, el cerebro no se queda atrás. La interfaz inteligente DiLink150, impulsada por chips 5G de 4 nm, convierte el cockpit en un centro de operaciones. Gracias al asistente de carreras integrado, el coche reconoce casi 30 circuitos de su país natal y adapta sus parámetros en tiempo real. En el interior, la experiencia es digna de un salón high-tech: asientos con 14 reglajes, un sistema de audio Dynaudio Evidence de otra galaxia y una sensación de estar más cerca de un jet privado que de un coche. Pero todo esto no tendría sentido si no se experimenta de primera mano. Y eso es precisamente lo que hicimos.

Visitamos el showroom de Yangwang en Shanghái

La visita al showroom oficial de Yangwang en Shanghái fue tan reveladora como emocionante. No se trata de un concesionario tradicional, sino de un templo consagrado al futuro de la automoción. Entre mármol negro, iluminación teatral y pantallas que narran la epopeya tecnológica de BYD, el U9 se presenta en una plataforma giratoria como una obra de arte. La experiencia está diseñada para provocar emociones. No se habla de potencia, se habla de sensaciones.

Trasera del Yangwang U9

De cómo se siente una aceleración que comprime el pecho o una suspensión que anticipa tus movimientos. En el centro del showroom, un simulador de conducción conectado al sistema DiLink te permite experimentar un hot lap en circuito con telemetría real. Y tras probarlo, solo puedo decir que el U9 no es solo una máquina rápida. Es un manifiesto tecnológico. Y también, por qué no decirlo, un espectáculo.

El equipo de Yangwang no escatima en detalles: la explicación sobre la Blade Battery, el sistema de carga de 500 kW o los 12 módulos aerodinámicos activos y pasivos, se hace con una pasión que recuerda a los grandes lanzamientos de Cupertino. Pero aquí no se vende un teléfono. Se vende un concepto de movilidad tan radical que asusta. ¿Lo mejor? Saber que esto es solo el principio.