El Tour de France era una prueba de velocidad en carretera que se corría en los años cincuenta y sesenta. El 250 GT de 1956 venció cuatro veces, la primera de ellas con Alfonso de Portago al volante. El piloto español es una de las personalidades más fascinantes que ha dado la historia de la competición, como atestiguan todos los que le conocieron y los numerosos libros que han estudiado su personalidad. Su talento para el deporte era extraordinario, y fue un gran jinete. Hasta 1954 nuestro playboy no se había subido a un coche de carreras, y en 1957 ya estaba considerado uno de los 10 mejores pilotos del mundo. Desgraciadamente su carrera se truncó al sufrir un accidente en la Mille Miglia italiana al volante de un Ferrari 335 S, una tragedia que le costó la vida a él, a su copiloto y a varios espectadores. El mito de Portago fue determinante para que el coche con el que ganó el tdf de 1956, el 250 azul, se subastara el pasado mes de agosto en California por 12,3 millones de euros.
El concepto de deportivo con motor central V12 bóxer evolucionó hasta el último Testarossa, el F512 M de 1994. Pero entonces Luca de Montezemolo, presidente de Ferrari hasta el año pasado, se dio cuenta de que había llegado el momento del volver a tener en la gama un V12 con motor delantero. Así nació el 550 Maranello de 1996. Era un coche de concepto clásico, con una estructura central de acero y subchasis tubulares delante y detrás, y sin controles electrónicos. El 599 supuso un enorme avance en todos los aspectos y trajo la estructura autoportante de aluminio. De aquel biplaza ya se hizo una versión más rápida y extrema, el 599 GTO.
Y ahora el Ferrari F12 tdf es la versión radical y altamente coleccionable del sensacional F12. Sus cifras más importantes son los 780 CV de su motor 6.2 V12, 40 más que el F12 normal. El cambio de doble embrague es todavía más rápido, “30% de mejora para subir y 40% para bajar”. Aún más importante es la rebaja en el peso de 110 kilos, con lo que se queda en 1.415 kg en seco. Pero igual de destacable es la dirección en el eje trasero, una puesta a punto del chasis más de carreras, y una aerodinámica mucho más eficaz. Para su desarrollo se han aprovechado técnicas desarrolladas en los modelos XX (599XX o FXX-K). La dirección trasera hace el efecto de un acortamiento virtual de la batalla, lo que le hace más ágil. También tiene más vía en el eje delantero y neumáticos más anchos, para eliminar el subviraje.
Todos los paneles de la carrocería son diferentes, y basta con mirarlo para constatar que su aerodinámica es muy diferente de la del F12 normal. Proporciona mucho más downforce: 230 kg a 200 km/h, 107 kg más que antes. Faldón, alerones, todos esos elementos han crecido. Solo se fabricarán 799 unidades del Ferrari F12 tdf, una cifra relativamente alta respecto a otras series limitadas que ha vendido la marca en los últimos años. Ahora quien manda en Ferrari es Sergio Marchionne, un tipo unido a una calculadora que ya dejó claro que algunas series limitadas le parecían “demasiado limitadas”. Aún así serán pocas frente a la demanda, ya que además de los entusiastas de Ferrari pugnarán por ellas los inversores y los especuladores. Fuentes bien informadas nos han comentado que la marca ha asignado a España solo dos unidades, pero que hay ocho pedidos… Ya dijo aquel que los ricos también lloran.