Ayer martes 19 de diciembre, por cuarto año ya, casi una tradición navideña, Carlos Sainz y su copiloto Lucas Cruz junto a Eduardo García Nieto y Jorge Tomé de Peugeot, daban una última rueda de prensa antes de partir al otro lado del charco para disputar el Dakar 2018. Una rueda de prensa con sabor especial, ya que Peugeot anunció este año que sería su última participación en el famoso rallye-raid. El bicampeón del mundo de rallyes y campeón del Dakar nos daba algunas claves y buenas sensaciones de cara a la última cita con los colores de la escuadra francesa.
Este año el coche sería la versión 3008 DKR Maxi, un nombre que no solo rinde tributo sino que también hace referencia a las nuevas especificaciones del coche, más ancho que el año anterior y también con mejoras en la suspensión. Un coche con el que tendrán que combatir 14 días contra duros rivales como sus propios compañeros de equipo, Peterhansel y Loeb, a los que el madrileño señaló como compañeros fuertes y rivales más próximos junto al qatarí Al-Attiyah.
Carlos Sainz señaló de esta edición 40ª que «es la más puramente dakariana y la más africana de todas las que se han disputado en Sudamérica. Hay cuatro o cinco días de mucha arena, Perú es un desierto más grande que Atacama y será una carrera en la que pasarán cosas inmediatamente. El primer día convendrá no ganar la especial, porque los coches abren pista el segundo y se puede perder tiempo ahí. La filosofía es ir a ganar, pero quizá este año habrá que ser más pacientes. La primera semana va a decidir quién no va a ganar el Dakar. Y la segunda semana va a decidir quién va a ganar.»
La pareja española comentó varios aspecto técnicos del rallye, como las particularidades del descanso y el sueño, o la necesidad de tener a tu lado un buen compañero bien preparado. Respecto a eso Lucas Cruz dijo que «la convivencia es esencial dentro del coche y tener a alguien que te entiende y sabe como trabajas es básico para conseguir un buen objetivo.»
Carlos Sainz no piensa en retirarse, solo piensa en ganar, y así lo dejó claro en el acto, señalando que por mucho que supiera que será su último Dakar con Peugeot, está ahí para ganarlo y entró en su momento al equipo alentado por el reto de ganar con un dos ruedas motrices la prueba más dura del mundo.