En el concurso de elegancia de Pebble Beach (Monterey, California), el grupo BMW ha rendido homenaje al 2002 del 1973 con un rediseño tecnológico e innovador. Los que nos siguen todos los meses se habrán dado cuenta de que es el mismo modelo que vimos en Villa d’Este, pero con una decoración exterior todavía más vistosa, si cabe, que realza a la perfección las fluidas formas de este deportivo compacto.
En esta ocasión, los responsables de BMW nos trasladan al Mundial de Rallyes de 1973, ya que recupera los colores del 2002 que participó en el Rallye de Montecarlo de ese mismo año. Poco importa ya que el piloto alemán Wolfgang Stiller no terminase la prueba tras una retirada prematura, por culpa de una ruta bloqueada, el 2002 pasará a la historia por ser el primer vehículo de producción en serie en Europa que incorporó la tecnología turboalimentada.
NARANJA Y NEGRO
Los colores icónicos de Jägermeister son bien reconocidos por los aficionados al mundo de las carreras. Esta estampa marcó un hito en los setenta en algunos BMW y Porsche. Sin embargo, en el homenaje que rinde BMW al 2002 no aparece la palabra Jägermeister porque, en la actualidad, el potente licor alemán se ha especializado en la comunicación de “el mundo de la noche”, dejando atrás su pasado en la competición. De esta manera, los diseñadores de BMW tuvieron que aplicar su ingenio, con ciertas dosis de buen humor, debido a la imposibilidad de usar el logotipo y la marca Jägermeister.
El resultado es un cambio del logotipo –un turbo sustituye al ciervo original– así como el del nombre – Turbomeister en vez de Jägermeister–, y se la ha añadido BMW en la parte inferior. Quizás el detalle que más recuerde al original 2002 sea la “línea flotante” que atraviesa el coche por ambos lados. Por otro lado, las llantas de 20” lucen un diseño compuesto por dos colores que se asemeja a las que monta el M4, mientras que las pinzas de freno de color dorado con el logotipo M no hacen más que engrandecer a esta bella obra de arte.