T- Roc: la voz de Volskwagen

T- Roc: la voz de Volskwagen

Con más de dos millones de unidades vendidas desde su lanzamiento, el Volkswagen T-Roc se ha convertido en uno de los pilares del segmento SUV, uno de los más relevantes del mercado español. Ahora, estrena una tercera generación (2017, 2021 y 2026) que refuerza su papel como referencia, con un diseño profundamente renovado, un interior de calidad superior y avances heredados de modelos de categorías mayores.

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc trasera

Probado en las carreteras atlánticas de Cascais, el nuevo T-Roc demuestra que sigue siendo un modelo clave para quienes buscan un SUV compacto equilibrado, moderno y con personalidad propia. El aumento de 122 mm de longitud y la reinterpretación completa del diseño, que ahora conecta visualmente con modelos como el Tayron o el ID.7, le dan una presencia notablemente más madura y sofisticada.

Volkswagen T-Roc interior

La barra LED frontal, los faros Matrix IQ.LIGHT y el emblema iluminado aportan una firma visual mucho más impactante y reconocible incluso entre la bruma atlántica.

Dinámica y comportamiento

En marcha, el salto respecto a la generación anterior se nota desde los primeros metros. La aerodinámica mejorada –ahora con un coeficiente de 0,29 Cx– no es una cifra más en la ficha técnica: hace que el coche corte el aire con menos esfuerzo, que el ruido se suavice y que todo fluya con más naturalidad a velocidades altas.

En las carreteras del Cabo da Roca, donde el viento sopla con ganas incluso en días tranquilos, el T-Roc se mantuvo firme, como si tuviera claro que aquel entorno tan salvaje era el escenario ideal para demostrar lo mucho que ha madurado.

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc

Su comportamiento transmite esa sensación de “coche bien hecho” que ya tenía la primera generación, pero aquí todo está un paso adelante. La plataforma MQB evo le da más solidez, más equilibrio y un control más fino en cada apoyo.

Volkswagen T-Roc

Incluso con las llantas de 19 pulgadas del acabado R-Line, no se muestra seco ni incómodo. Se nota deportivo, sí, pero sin renunciar a un punto de confort que agradeces tanto en trayectos urbanos como en tramos largos.

La dirección acompaña de maravilla: rápida, precisa y con un tacto que invita a buscar curvas. Y en las subidas hacia el faro de Guincho, enlazando virajes muy cerrados, tuve esa sensación tan agradable de que el coche va a tu ritmo sin esfuerzo.

Motor y eficiencia

El motor 1.5 eTSI de 150 CV, apoyado por el sistema mild hybrid de 48 V, también ayuda a que todo se sienta cohesionado. En ciudad es suave y silencioso, casi más de lo que uno esperaría en un SUV compacto, y en carretera responde con la energía justa sin volverse ruidoso ni brusco.

El cambio DSG de siete marchas mantiene esa filosofía: en uso normal prioriza la eficiencia y la tranquilidad, pero basta seleccionar el modo Sport para que el conjunto gane viveza y responda con más inmediatez.

Tras varios días de prueba, el consumo fue coherente con lo prometido: ninguna sorpresa desagradable y la sensación constante de que la combinación aerodinámica más hibridación funciona de verdad.

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc trasera

Interior y tecnología

Y aunque la conducción transmite mucho, lo que de verdad confirma la evolución del T-Roc llega al abrir la puerta. Aquí sí es fácil hablar de “segunda generación” con todas las letras.

El interior tiene algo especial: materiales mejores, diseño más limpio y un ambiente que mezcla funcionalidad con ese punto emocional que antes se echaba en falta. El salpicadero con tejido de nueva factura aporta calidez, la iluminación ambiental integrada en superficies perforadas crea un efecto muy visual por la noche y todo parece pensado con más cariño.

La pantalla central de hasta 12,9 pulgadas (con el sistema MIB4) no solo se ve bien: se maneja bien. La organización de menús en tres niveles (Top Bar, pantalla inicial y Bottom Bar) hace que lo habitual esté siempre a mano.

Volkswagen T-Roc

Y el asistente de voz IDA se convirtió en un aliado más útil de lo que imaginaba: ajustar funciones, buscar restaurantes, consultar información local… todo con un lenguaje natural. Lo utilicé varias veces conduciendo por Estoril y Cascais, y la verdad es que añade comodidad en situaciones reales, no solo en demostraciones.

El Digital Cockpit Pro de 10 pulgadas es uno de esos elementos que, sin grandes alardes, cambian la forma en la que te relacionas con el coche. Totalmente configurable, permite desde una visualización clásica –con relojes digitales que recuerdan a los cuadros más tradicionales– hasta un modo minimalista en el que solo queda la información esencial.

Armonía interior y exterior

Este último es especialmente útil en trayectos nocturnos, porque reduce distracciones y crea una atmósfera más calmada. Lo interesante es lo intuitivo que resulta alternar entre vistas: en apenas unos minutos, tienes la pantalla ajustada exactamente a tu gusto, como si el coche se adaptara a ti y no al revés.

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc interior

Por encima, el head-up display proyectado en el parabrisas aporta una capa extra de comodidad. No es un simple gadget visual: permite mantener la vista en la carretera incluso cuando necesitas consultar indicaciones, señales de velocidad o información del propio vehículo.

En un segmento en el que esta tecnología aún es casi inédita, se agradece que Volkswagen haya subido el listón. Durante la prueba, especialmente en los tramos rápidos cerca de Guincho, me resultó tan natural usarlo que ya cuesta imaginar este T-Roc sin él.

Espacio y versatilidad

En cuanto al espacio, el aumento de 28 mm en la batalla podría parecer anecdótico, pero se nota desde el primer viaje. En las plazas traseras, dos adultos de 1,85 m pueden acomodarse sin tener que negociar centímetros de rodilla, y la sensación general es de mayor desahogo.

Volkswagen T-Roc interior

Esto convierte al nuevo T-Roc en una opción más sólida para familias o para quienes viajan habitualmente con acompañantes adultas/os. El maletero, con 465 litros, refuerza esta versatilidad.

Durante los días en Portugal, pude cargar mochilas, material fotográfico y equipaje sin necesidad de reorganizarlo todo cada vez; simplemente cabe. Y cuando vuelves con las manos llenas –como me ocurrió más de una vez cargando cámaras y trípode– el portón eléctrico “Easy & Open” se convierte en un aliado imprescindible: un gesto del pie y la puerta se encarga del resto.

Máxima seguridad

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc

En el apartado de seguridad y asistencia, el T-Roc da un salto que se nota especialmente en el día a día. El Travel Assist de última generación combina el control de crucero adaptativo con el asistente de mantenimiento de carril y añade una anticipación más inteligente.

Reconoce límites de velocidad, ajusta su comportamiento con suavidad y transmite una sensación de acompañamiento, no de intervención brusca. En autopista, este sistema reduce mucho la fatiga, especialmente en condiciones de tráfico variable.

Volkswagen T-Roc
Volkswagen T-Roc

El Park Assist Pro es otro ejemplo de cómo la tecnología puede facilitar la conducción sin robar protagonismo al conductor. La función de memoria, que permite que el coche repita de forma autónoma maniobras ya aprendidas, resulta especialmente útil en garajes estrechos o plazas complicadas.

Esta versión (1.5 eTSI de 150 CV) con acabado R-Line se posiciona como el punto dulce de la gama: deportiva sin demasiados excesos visuales, equilibrada y perfectamente adaptada a quienes buscan un SUV compacto completo y moderno.

Cascais y sus carreteras me permitieron descubrirlo con calma, y cuanto más lo conducía, más claro tenía que el T-Roc entra en su tercera generación con ambición real de liderar su categoría. Y aunque sea un coche que ya conocíamos –así como su propósito–, si esta fórmula es la que está funcionando, adelante.