El presidente de Ferrari y FCA Sergio Marchionne, ha desvelado en el Salón de Detroit que el SUV de Ferrari podría llegar al mercado en 2019. Con este motivo recordamos al Jerrari, al que podríamos llamar su antecesor de 1970.

El lanzamiento de un SUV por parte de Ferrari ha sido un tema polémico desde el principio. Bien es cierto que el terreno estaba abonado para su llegada, con el lanzamiento de numerosos SUV por parte de otros fabricante de deportivos como Porsche, Bentley o Lamborghini, y el anuncio de modelos similares de Aston Martin o Rolls-Royce. Aun así, el anterior presidente de Ferrari Luca di Montezemolo, quien dirigió la marca desde 1991 y hasta 2014, siempre se mostró radicalmente contrario a la fabricación de un SUV. Parece que Marchionne, más pragmático y menos rodado que Montezemolo en el mundo del automóvil, ha visto el negocio y se ha olvidado de tradiciones y prejuicios. Lo dejó caer el pasado mes de octubre y ahora lo ha confirmado.

El directivo italiano ha declarado que el SUV de Ferrari será el más rápido del mundo y que ha estado en la fábrica hace poco y lo ha visto. No obstante, aún no se ha desvelado ninguna imagen o boceto del futuro modelo. Además, el hecho de que pudiera llegar al mercado en 2019, implica que su desarrollo está muy avanzado. Sin dida Michael Lieters, jefe de desarrollo técnico de la marca italiana, tiene un gran trabajo por delante. Pero también es cierto que es el ingeniero perfecto para este trabajo: llegó a Ferrari en 2014 después de trabajar en el desarrollo del Porsche Cayenne.
No se puede decir con propiedad que Ferrari haya hecho un SUV anteriormente porque sería falso, pero sí que hubo un par de todoterrenos propulsados por motores Ferrari. Fueron fruto de la imaginación de Bill Harrah, un rico empresario del juego de Las Vegas. Era muy aficionado a los coches y a los Ferrari, y se le ocurrió montar sus motores en un par de modelos Jeep.

El primero en 1970, cuando creó un engendro fruto de unir un Jeep Wagoneer con el morro de un Ferrari 365, con el motor 4.4 V12 incluido (foto superior). Mantenía el sistema 4×4 del Jeep, aunque se desconectaba el eje trasero para andar en carretera. Incluso lleva el logo de “Jerrari” en el morro, lo que dice mucho del sentido del humor del magnate.
El segundo fue otro Wagoneer pero más moderno, de 1977, con el mismo motor 4.4 V12 (en la imagen superior). Pero en este caso Harrah se abstuvo de cambiarle el morro, por lo que el coche exteriormente tiene un aspecto normal.
