Skoda: dejen paso, vamos muy en serio

En junio se cumplen desde que Volkswagen culminó la adquisición gradual de Skoda, transformando la marca checa de bajo coste en un actor global de primer nivel. Desde entonces, Skoda se ha consolidado como una de las firmas más sólidas del grupo, gracias a una estrategia basada en la practicidad, el espacio interior y unos precios ajustados: virtudes atemporales que no pasan de moda.

El nuevo rumbo de Skoda

Prueba de ello son los últimos resultados financieros: Skoda acaba de anunciar una facturación récord de 27.800 millones de euros en 2024, con un beneficio operativo que creció un 33% hasta los 2.300 millones de euros, logrando un margen del 8,3% que supera incluso al de Audi.

Klaus Zellmer, presidente de Skoda, no se deja cegar por los logros. Su estrategia es clara: diversificar motorizaciones, protegerse de los vientos en contra y redirigir el enfoque comercial hacia mercados más estables.

Una de las decisiones más significativas ha sido restar prioridad a China, un mercado que durante buena parte de la última década simbolizaba crecimiento y oportunidades. «Teníamos una fuerte presencia en China», reflexiona Zellmer. «En 2019 vendimos allí unas 350.000 unidades, pero ya no es un foco estratégico para Skoda.

En cambio, confiamos en que India se convierta en uno de los mercados con mayor potencial de crecimiento a nivel global. Su PIB crece con fuerza, el gobierno está tomando decisiones acertadas y las previsiones hablan de un crecimiento sostenido del 5 al 7% anual en un mercado gigantesco».

La marca alcanzó su facturación histórica el año pasado con solo 926.000 unidades vendidas, lejos de los 1,25 millones de 2018. Aun así, esta cifra confirma que la estrategia de escalar en calidad y rentabilidad –aunque se vendan menos unidades– está funcionando.