Robert Redford: adiós a un porchista

Robert Redford: adiós a un porchista

La muerte del gran actor estadounidense nos deja sin una de las grandes leyendas del séptimo arte. Siempre fue un tipo vital amante de las experiencias intensas, y es normal por tanto que disfrutara especialmente al volante de sus Porsche.

Redford y los Porsche: una historia de amor sobre ruedas

Porsche 904 GTS

Un deportivo clásico puede tener muchas vidas y renacer tantas veces como sea necesario, pero por desgracia las personas tenemos los días contados. No obstante los actores pertenecen a una raza especial. Sus interpretaciones viven para siempre porque forman parte de las vivencias y recuerdos de millones de personas.

Veíamos a Redford (1936-2025) en los últimos años y pensábamos “que mayor está”, porque en nuestra mente siempre será el simpático seductor que brillaba en “El golpe” (1973) junto al gran Paul Newman (1925-2008).

En 1969 rodó “Downhill racer” (1969) donde Redford interpreta a un esquiador que conduce un 911 amarillo, especialmente llamativo gracias a los skis en el techo. En realidad el coche no pertenece a su personaje, David Chappellet. Es de Carole Stahl (interpretada por la sueca Camilla Sparv), una esquiadora con aspecto de chica Bond que llama la atención de David. “¿Es tuyo?” le pregunta Chappellet a Carole, señalando el Porsche detrás de sus gafas de espejo.

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“Sí” responde ella con una sonrisa, “¿te gusta?” Y él responde con una especie de mezcla de risa y admiración. Luego ella le deja conducir y el actor demuestra su amor por la velocidad (dos años después otro “superstar”, Steve McQueen, condujo un 911 en “Le Mans).

Fue también en 1969 cuando Redford rodó la inolvidable “Dos hombres y un destino” junto a Paul Newman, donde se cimentó una amistad que duraría de por vida. En aquellos tiempos Redford tenía nada menos que un Porsche 904 GTS de 1964, un coche que estrenó Steve Earle, fundador de las Monterey Historic Races en Laguna Seca.

De “Downhill Racer” a “Spy Game”

Después lo vendió y Redford fue su tercer propietario, disfrutándolo durante una década. Redford contaba que invitó a Newman a conducir su Porsche en Utah, y que fue allí donde nació la pasión de Paul Newman por las carreras. De hecho Redford aseguraba que Newman se entusiasmó tanto, que durante algún tiempo casi todas sus conversaciones tenían que ver con los coches.

Como es bien sabido Paul Newman desarrolló una brillante carrera en el automovilismo, a pesar de empezar a los 47 años. Es el piloto más veterano en ganar las 24 Horas de Daytona, en 1995 con 70 años. Su segundo puesto en Le Mans en 1979, con Porsche 935, es algo que hoy solo está al alcance de pilotos profesionales.

Volviendo a Redford, tuvo entre otros un 911 Turbo y un 911 3.0 SC Targa durante los años 70 y 80, y la última vez que le vimos en la pantalla al volante de un Porsche fue en la excelente “Spy Game” (2001), junto a Brad Pitt. Ambos son agentes de la CIA y Redford se lo juega todo por ayudar a su compañero, cautivo en China. Finalmente, cuando ha cumplido con su deber, sale de la sede de la agencia al volante de un Porsche 912 de 1969, color “irish green”