¿Te imaginas intentar ir lo más rápido de Santander a Tarifa? O de Valencia a Lisboa… Pues es lo que varios grupos de personas han estado haciendo en Estados unidos pero de costa a costa en la denominada Cannonball Run. Un viaje de más de un día sin parar atravesando estados siempre a velocidades muy altas y por supuesto ilegales cuyo récord clandestino ha sido batido una vez más. Por quinta vez, en siete semanas.
En los inicios del confinamiento por el coronavirus un equipo logró batir el récord de la Cannonball Run y parece que se abrió la veda. Todo el debate sobre la moralidad de realizar una Cannonball Run durante una pandemia global parece haber sido en vano. Ed Bolian, quien batió el récord hace años, informa que el récord más ilegal en Estados Unidos se ha roto siete veces en el lapso de solo cinco semanas.
Según Bolian, quien ha estado en contacto con los nuevos poseedores del récord, el tiempo para batir ahora es menos de 26 horas. Una carrera titánica de 28 horas fue alguna vez impensable.
Si bien no se ha revelado el momento exacto, ese marco de referencia significa que los conductores habrían tenido que alcanzar una velocidad promedio de al menos 172 km/h para el viaje de 4.500 km. Al necesitar parar para reponer combustible, es probable que la velocidades puntas y de crucero del equipo superen con creces esa cifra.
Bolian afirma que los nuevos titulares del registro promediaron 193 km/h en los «múltiples» estados. Se desconoce qué automóvil utilizaron los nuevos poseedores del récord de la Cannonball Run. Lo que se sabe es que estaban bien preparados, con más de 30 observadores repartidos por todo el país, junto con un vehículo muy modificado.
Según Bolian, no solo se ha roto el récord, sino que los récords de la Cannonball de piloto en solitario, diésel y de costa a costa han caído. Esta nueva ráfaga de intentos récord sigue a un equipo de conductores que aprovecharon las carreteras vacías que habían sido creadas por el bloqueo del coronavirus para establecer un tiempo atravesando el país de 26 horas y 38 minutos.
Este equipo desconocido utilizó un Audi A8 para ello, con grandes tanques de combustible marino amarrados en el maletero. La Cannonball Run es un registro simple y altamente ilegal que, a pesar de no tener un organismo rector, es infame dentro de la cultura del automóvil.
Bolian es un ex competidor, poseedor del récord, y ahora es un juez de facto en el registro. Para establecer un récord de la Cannonball Run, tradicionalmente se debe comenzar en el Red Ball Garage en Manhattan, luego atravesar todo Estados Unidos lo más rápido posible para terminar en el Portofini Inn en Redondo Beach, California.
La tecnología moderna y los equipos ultra avanzados han provocado que el récord caiga a niveles impensables en los últimos años, con equipos que mantienen velocidades locas en las carreteras públicas para asegurar su lugar en la infamia automotriz.
Según los informes, los nuevos titulares del récord están preparando un documental para acompañar su anuncio oficial.
