Toyota Mirai 2021: la segunda generación del coche de hidrógeno, a prueba

Toyota cree firmemente en los coches de pila de combustible de hidrógeno, y nosotros hemos conducido el coche que lo demuestra, el Toyota Mirai 2021 de segunda generación. Se trata de un coche eléctrico con cero emisiones, que produce su electricidad a bordo mezclando hidrógeno y oxígeno en una «pila» de combustible, con agua y calor producidos como únicos residuos. Sí, es un Toyota con una pretensión de autocarga mucho más convincente que los híbridos.

El Mirai encarna la filosofía kaizen de Toyota de mejora continua. En comparación con la primera generación del Mirai de 2014, la pila de combustible del nuevo coche es más pequeña pero más potente, la autonomía del coche ha aumentado a algo más de 600 kilómetros y el vehículo se ha transformado de primo raro del Prius a esbelto clon del Lexus. ¿Cómo se conduce? Sigue leyendo para ver el análisis completo.

¿Dices Mirai? No estoy seguro de haber visto uno…

Si has visto un Mirai, te mereces una insignia de oro de observador: Toyota sólo ha producido 11.000 en todo el mundo. Dado que los fabricantes de automóviles suelen perder dinero cuando introducen tecnología exótica, no es de extrañar.

El nuevo Mirai estará disponible más libremente cuando llegue en la primavera de 2021, y Toyota lo lanza a un precio de unos 65.000 euros con descuento.

Por ello, también puede dar las gracias al kaizen. Una pila de combustible solía tardar 15 minutos en fabricarse; ahora es cuestión de segundos. También se ha reducido en un tercio el proceso de bobinado de filamentos utilizado para hacer robustos los depósitos de hidrógeno a alta presión y minimizar las fugas (el hidrógeno es increíblemente abundante pero muy pequeño, por lo que es propenso a escaparse). Las economías de escala también han florecido: se han multiplicado por diez, hasta 30.000 al año.

Ya está bien de hablar de todo esto. ¿Cómo de potente es?

Al conducirlo, el Mirai 2021 se siente como un coche totalmente eléctrico, en un año sabático en Goa. No tiene el ritmo vertiginoso de un I-Pace o de un Tesla – la propulsión proviene de un empuje inmediato de par, pero se estabiliza rápidamente – y el despegue desencadena una desaceleración suave: no hay esa desaceleración brusca y confeccionada de muchos vehículos eléctricos.

Para adelantar a un coche en una recta se necesita un hueco decente, pues hay 300 Nm de par para impulsar un coche de casi dos toneladas. No es de extrañar que la aceleración de 0 a 100 sea de 9,2 segundos.

La potencia máxima del motor eléctrico del Toyota Mirai 2021 es de 134 kW (180 CV), limitada por la potencia de la pila de combustible y la batería híbrida de apoyo. Esta abastece al coche con poca carga y ayuda cuando se pisa el acelerador, pero durante la conducción constante la potencia procede directamente de la pila de combustible.

Ésta genera electricidad extrayendo átomos de hidrógeno a través del ánodo de la pila de combustible, que divide las moléculas en electrones y protones. Mientras los protones atraviesan el electrolito polimérico, los electrones se ven obligados a pasar por un circuito externo que forma una corriente eléctrica. Los electrones terminan su viaje en el cátodo, donde se combinan con protones y oxígeno, generando los productos de desecho de calor y agua.

¿Dónde se aloja todo ese kit de pila de combustible?

La pila se ha reducido de 33 a 24 litros, y la potencia resultante aumenta a la mitad, hasta 5,4 kW/litro. La reducción de tamaño hace que sea lo suficientemente pequeña para que quepa en el morro, pues en el Mk1 el conductor iba montado encima, junto con las bombas que llevan el aire externo y el hidrógeno a la pila. La reubicación de éstas contribuye a que la nueva berlina sea mucho más silenciosa que el primer modelo.

También libera espacio para un tercer depósito de hidrógeno. El depósito más grande se coloca a lo largo de la columna vertebral del coche, donde estaría el eje de transmisión, mientras que el segundo y el tercero se montan transversalmente en la parte trasera, junto con la batería híbrida.

Desgraciadamente, la colocación de todos estos componentes hace que el espacio en la parte trasera sea escaso: detrás de un conductor de 1,80 metros, un pasajero trasero de tamaño similar no encontrará espacio para la cabeza, el espacio para las piernas no es muy generoso y el espacio del maletero es inferior al de una berlina típica.

¿Y cómo es la conducción?

El primer Toyota Mirai 2021 llevaba tracción delantera, lo que delataba su vinculación con el Prius; la nueva berlina se basa en la Arquitectura Global de Lujo de Toyota, que sustenta los Lexus LS y LC. Todo ello explica su tamaño de 4,9 m, su atractiva carrocería tipo berlina, su distribución de peso 50:50, su civismo épico y su comportamiento.

Es muy silencioso. La tranquilidad es notable: hay un etéreo gemido del motor eléctrico que hace girar las ruedas traseras, pero es distante, incluso cuando se intensifica con el acelerador.

Tampoco se oye el ruido de los neumáticos: hasta los 65 km/h no se oye nada más que el ruido sordo de una llanta de 20 pulgadas sobre una alcantarilla; es como conducir en una cámara de privación sensorial.

Aparte del ruido del viento y el murmullo de los neumáticos, apenas se oye mucho más a velocidades de autopista. La insonorización es asombrosa, ayudada por la ausencia de piezas móviles en las células de combustible: cualquiera que espere que la química en acción suene como un accidente en un caldero de brujas se sentirá decepcionado.

La dirección ligera no requiere esfuerzo, es firme pero precisa, y la suspensión tiene un tarado suave. Esto hace que la conducción sea cómoda, sobre todo a altas velocidades, que el morro se tambalee en las frenadas, que se incline en las curvas a lo Moto GP y que se produzcan algunos subvirajes en las rotondas otoñales y grasientas. Y eso está bien: el Mirai es un coche para ir de paseo, no para dar vueltas.

Me gusta cómo suena esto: ¿cuándo podré tener un Mirai?

Mira, primero tenemos que hablar del hidrógeno. Un kilo de gas cuesta unos 7 euros aproximadamente, y los depósitos del Mirai admiten 5,6 kg. Así que llenar el Toyota te costaría unos 40€, lo que es similar a una berlina diésel. Tardarías unos 5 minutos en repostar: nada de las esperas de una hora que dificultan los coches eléctricos puros.

Eso sí, es posible que tengas que conducir durante horas para encontrar una estación de servicio. El número de hidrogeneras apenas llega a las dos cifras, lo cual es un problema enorme. Para 2025 habrá 38 en toda España.

Cuando lo llenes de combustible, Toyota calcula que podrás recorrer algo más de 600 kilómetros, un 30% más que en el Mk1 gracias a la mayor capacidad del depósito y a las mejoras en la pila de combustible.

Si las dificultades para repostar y los costes de funcionamiento no son un argumento convincente, las emisiones sí lo son. Después de unos pocos esfuerzos iniciales, el Mirai empezó a emitir nubes como un diésel de 10 años, afortunadamente de vapor de agua.

De hecho, Toyota tiene una línea clara: el Mirai no tiene cero emisiones en uso, sino «menos emisiones», porque su sistema de purificación de aire purga cualquier cosa desagradable antes de que el oxígeno llegue a la pila de combustible. Uno de los botones está marcado como H2O: utilízalo para verter el exceso de agua, pero hazlo en movimiento o dejarás un charco en el suelo del garaje.

Toyota Mirai, veredicto

Toyota tiene la visión de una sociedad del hidrógeno, en la que este abundante elemento se utiliza como una importante fuente de energía en la industria y el transporte. Por ejemplo, las pilas de combustible de hidrógeno se ven como una forma plausible de despojar a los grandes camiones del diésel y alcanzar la norma de cero emisiones: las flotas con rutas predecibles y la capacidad de instalar surtidores de combustible podrían encabezar la adopción de vehículos con motor de H2.

El Toyota Mirai 2021 es la prueba de que el concepto podría funcionar en los coches, con pilas de combustible a menor escala. De hecho, este coche refinado y lujoso se siente equivalente al momento del Prius Mk2. Fue entonces cuando el híbrido de Toyota alcanzó la mayoría de edad con su forma de lágrima aerodinámica, un cambio de paso en el ahorro de combustible y una pequeña autonomía eléctrica pura. El Mirai supone un avance similar para las pilas de combustible de hidrógeno.