A Skoda le queda poco que renovar en su gama y ahora le ha tocado el turno de pasar por nuestras manos a su berlina más pequeña y su versión «combi». Hablamos del Skoda Rapid y el Skoda Spaceback, justo por debajo del Octavia y del Scout en la gama pero con mucho en común e importantes novedades como el nuevo motor TSI, la actualización tecnológica en materia de conectividad y de asistentes. Es hora de ver que hay de nuevo y como se comportan estos dos modelos de misma plataforma en carretera.
Para empezar la estética es moderada en cuanto a variaciones. El Skoda Rapid y Spaceback se ponen a la par en actualizaciones con el resto de modelos de la gama checa. En este caso cuenta con nuevas luces antiniebla delanteras, los nuevos faros bi-xenon para las luces de cruce, LED para las diurnas y 5 nuevos diseños de llantas. No parece mucho pero en conjunto hacen que el modelo esté a la par con la renovada gama de Skoda que inició el Superb hace dos años.
En su interior por supuesto también hay mejoras, especialmente en materia de diseño de ciertos elementos como las tomas de aire, los controles del climatizador, el panel de control, los tiradores de las puertas y los paneles de estas. En conjunto podemos decir que aunque no llega al nivel de acabado de un Octavia si se respira una atmósfera agradable y sobre todo una posición de conducción cómoda. Por supuesto todo mejora si se opta por el nivel de acabado Montecarlo con una tapicería y molduras especiales.
¿Qué diferencias hay entre un Rapid y un Spaceback? Principalmente de números. Y decimos esto porque en estética solo hay una, su trasera, que en el Skoda Rapid es la propia de una berlina de tres volúmenes y en el Spaceback el techo tiene la caída recta, más de «combi» que de sedán. Por ejemplo en longitud el Rapid mide 4,483 metros por los 4,304 del Spaceback, aunque ambos poseen la misma batalla de 2,602 metros. El maletero sería también la principal diferencia, siendo de 550 litros (ampliables a 1.490) en el primero y 415 (ampliables a 1.381) en el Spaceback. En estética lo más llamativo además de su trasera sería que en el Spaceback los pilotos traseros están oscurecidos.
La conectividad está a la orden de día y en Skoda llevan un tiempo demostrando que están a la última. Por eso ambos modelos llegan con los tres tipos de sistemas de infoentretenimiento (Blues, Swing y Amundsen) y con una pantalla táctil de hasta 6,5″ (Amudsen), SmartLink+ (Apple CarPlay, Mirrorlink y Android Auto. Pero eso no es todo porque el recientemente lanzado Skoda Connect también se podrá equipar. Hablamos de conexión online a servicios de tráfico en tiempo real, acceso a Internet, búsqueda de aparcamiento, de precios de gasolineras, noticias, meteorología y un largo etcétera. También habrá Care Connect que básicamente es un servicio de ayuda y asistencia en todo momento y que incluye la Skoda Connect App para nuestro Smartphone.
A nivel mecánico Skoda Rapid y Spaceback estrenan el nuevo motor 1.0 TSI de tres cilindros que llega en dos versiones, una de 90 CV y otra de 110 CV, acompañados por el ya existente 1.4 TSI de 125 CV y las dos versiones diésel 1.4 y 1.6 TDI de 90 y 115 CV respectivamente. Hemos conducido el 1.6 TDI manual de seis velocidades para tener una referencia diésel con respecto al nuevo motor gasolina. Podemos decir que es un motor más que adecuado para ambos modelos y que los consumos serán irrisorios tanto en carretera como en ciudad, pero al lado del nuevo motor de tres cilindros ha quedado ensombrecido.
Y es que este nuevo 1.0 TSI de tres cilindros es todo un portento con el que conseguir ajustar consumos. Podría parecer que la diferencia de potencia entre ambas versiones ser notaría de forma contundente al estar ante un motor de 3 cilindros pero no ha sido tan notoria. En una conducción normal ambos son muy parecidos y el cambio DSG 7 en la versión de 90 CV gestiona de maravilla la potencia y las relaciones para no tener que forzar el motor demasiado ni revolucionarlo en exceso. Si es cierto que en aceleraciones fuertes el de 110 CV era mucho más vivo, siendo sorprendentemente gratificante ver que en un motor de este tipo sigamos teniendo fuerza más allá de las 5.000 rpm. Normalmente en motores de 3 cilindros a partir de las 3.500-4.000 vueltas su potencia se está entregando cerca de la totalidad y el coche tiende a no empujar igual de bien, pero aquí se ha conseguido una buena elasticidad y empuje a altas vueltas. Además su sonido, otro elemento a veces poco agradable en este tipo de propulsores era bastante dulce y nada molesto a regímenes normales.
Tampoco faltan nuevas tecnologías en materia de asistentes a la conducción estrenados en el resto de la gama ni las soluciones Simply Clever. Respecto a los precios, todavía están por concretar y en cuanto se hagan oficiales actualizaremos pero la referencia son los 13.744 euros de partida del Skoda Rapid de la pasada generación y los 13.399 euros del Spaceback.