Hace poco que fuimos a Estados Unidos para probar a pocos kilómetros de su fábrica el nuevo SUV coupé de BMW, el X4 2018. Una segunda generación que llega con un cambio de diseño para hacerlo más sofisticado y deportivo, más tecnología y una puesta a punto que denota su enfoque más deportivo. Ahora, de vuelta a nuestras fronteras, le echamos el guante a una versión comedida, el BMW X4 25d, una versión diésel intermedia para quienes necesiten hacer muchos kilómetros y no quieran renunciar a unas prestaciones más que notables.
De dónde venimos y a dónde vamos
Recordemos que el BMW X4 es un X3 hecho coupé, así que no solo comparte chasis, aquí en su versión más deportiva, sino algunos elementos de diseño y medidas. Y es que el nuevo X4 mide 4,75 metros de largo, 1,91 de ancho y 1,62 de alto, lo que supone una diferencia de medias con respecto un X3 de 0,5 cm de largo y 0,1 de ancho más, por 0,5 cm menos de alto. La batalla no cambia, 2,86 metros.
A nivel estético el frontal recibe nuevas ópticas LED, paragolpes y rejillas de riñón más grandes. Es prácticamente idéntico al X3. Su perfil ya es otro cantar, es una silueta coupé con un voladizo corto, mas cerca de ser un fastback incluso, con una caída del techo en su zona posterior bien marcada. Las llantas podrán ser de entre 18 y 20 pulgadas, aquí como llevamos el acabado M Sport luce estas de 20 pulgadas de diseño de 5 radios dobles.
Y terminando con su zaga, la parte más personal y cambiada del X4 2018, hay nuevas luces LED, el portón es de accionamiento eléctrico y deja una luna trasera bastante baja, lo que merma algo la visibilidad posterior desde el interior. También hay un paragolpes nuevo y en este caso dos colas de escape redondas y cromadas, aquí de verdad, como nos suele acostumbrar BMW.
Motor equilibrado
Al contar con la versión 25d, tenemos un motor de 2.0 litros y 4 cilindros diésel, turbo, y tracción total, esta siempre presente en toda la gama al igual que el cambio automático Steptronic de 8 velocidades. Por debajo hay un 20d y por encima un 30d y M40d, pero esta versión se coloca con 56.600 euros en una zona media. Con sus 231 CV y 500 Nm de par, se podría considerar un motor más que suficiente para mover al SUV coupé alemán. Es enérgico, es contundente a bajas revoluciones y el cambio y la tracción total hacen el resto para ofrecer unas buenas sensaciones al volante.
Es cierto que con el M40d que probamos en Carolina del Sur el X4 demostró que un coche diésel podía desplegar un alto nivel de deportividad. Aquí aunque no tenemos ni el chasis ni la suspensión más deportiva, seguimos teniendo la misma sensación, aunque en menor grado de prestaciones. El 0 a 100 km/h lo firma en 6,8 segundos y su velocidad máxima es de 230 km/h.
Habría que bajarse de un X3 con chasis deportivo y subir de inmediato al X4 para notar diferencias clave, pero lo cierto es que a pesar de su tamaño y peso, 1.830 Kilos, este BMW X4 25d se mueve con bastante agilidad, gracias a un tarado de suspensión que se precia más enfocado a la deportividad que al confort, pero que a este último aspecto tampoco le hace ascos. En ciudad es bastante resolutivo y no agobia moverse con él como podría ocurrir con un X5 o X6. La dirección es blanda en modo Confort o Efficiency y la suspensión a velocidad normal nos concede un amplio espectro de comodidad.
Cómodo hasta decir basta
Si salimos a carretera, el X4 es de estos coches con los que cruzar el país sin miramientos, sin complicaciones e incluso disfrutando del viaje. Tiene un aplomo muy bueno en curvas rápidas y la suspensión trabaja incluso mejor en autopista, por no mencionar el excelente nivel de insonorización y refinamiento del motor, al cual solo oiremos con fuerza cuando aceleremos a fondo. El resto del tiempo parece estar como en una biblioteca.
Habitáculo de calidad y tecnología
Si paramos de conducir y echamos un ojo al interior, el trabajo de BMW en el X4 es el que cabría esperar, buena calidad y detalles bien rematados. Incluso algunos exclusivos, como el nombre del modelo en el listón del panel de las puertas, que solo queda visible al abrir las puertas. Cuero, molduras en aluminio anodizado o con motivos dinámicos es lo más habitual en su interior.
Tecnología también por supuesto, con disponibilidad de pantalla táctil central de 10″, desde la que controlar el sistema de información y entretenimiento, o bien podremos hacerlo desde el clásico controlador de ruleta en el túnel central. En esa ubicación tenemos una guantera, los botones de los modos de conducción y la palanca de cambios de la caja automática, todos elementos ya renovados desde la llegada del BMW Serie 5 y que aquí se repiten.
Los mandos del climatizado no cambian a excepción de poder añadir unas pequeñas pantallas para indicar temperatura y nivel de potencia del aire, y el volante tampoco, que podría ser uno opcional pero aquí llevamos el clásico. Es de cuero en este caso y con la botonería para controlar la pantalla de la instrumentación y ciertos comandos del infotaiment. También tenemos levas de cambio ancladas al volante.
Los asientos de ajuste eléctrico nos permiten obtener una posición de conducción cómoda y son muy acogedores, además de permitir la opción de pedirlos calefactados o ventilados. Más elementos de confort serían el sistema de audio Bang&Olufsen, exquisito para los amantes de la música o las luces automáticas.
Y sus plazas traseras no son malas para un coupé. Los más altos como yo rozarán en el techo del X4 25d 2018 al entrar, pero una vez acomodados aún queda algún milímetro para el tupé. La distancia con el asiento delantero es buena, dejando amplio margen a las rodillas, y se puede disponer de aire acondicionado y tomas de recarga. Hablando de esta, en la parte delantera también llega en opción a esta generación la carga inalámbrica para el móvil.
Y por último su maletero. Comparado con un X3, el BMW X4 tiene 525 litros, solo 25 menos, ampliamente aprovechables gracias a su suelo liso, y con cortinilla superior para tapar la carga. Si abatiéramos sus plazas traseras este crecería hasta los 1.430 litros (170 menos que el X3). Por lo tanto tenemos un espacio de carga bastante bueno combinado con una bonita silueta.
¿Por qué existe este coche? Es una pregunta que nos haríamos todos cuando se presentó, pero si un X3 son a la moda lo que unos Manolo Blanick, el X4 son las Balenciaga que llevan los famosos. Te pueden gustar o no pero cumplen su función y a día de hoy, son la moda. Ríndete a ella.