El deseo de poder viajar con nuestro propio coche y que se conduzca solo, mientras descansamos del volante cada vez está más cerca, es verdad que conducir es una pasión, pero hay momentos para todo. Porsche ha querido explicar la idea de futuro que ellos tienen para garantizar la seguridad en la conducción autónoma.
La visión de la firma de Stuttgart se centra en acciones que se dan en la carretera inesperadas como puede ser que caiga un palé en la carretera y bloqueé el carril. Para solventar esta anomalía, Porsche integra tres funciones: el planificador principal, se encarga de las operaciones normales de la conducción, el segundo es el planificador de contingencia, destinado a calcular las variantes de la carretera y encontrar una zona segura en caso de que sea necesario, y el tercer sistema que supervisa constantemente la trayectoria principal o la de contingencia y selecciona la más segura. Porsche Engineering y su director de proyecto Albrecht Bötigger han querido transmitir que, aunque sea difícil, el mayor reto se encuentra en controlar todas las situaciones posibles. El sistema tiene que adaptarse a los diferentes estilos de conducción y reconocer líneas de diferentes colores al mismo tiempo que detectar obstáculos conocidos y desconocidos.
Los sistemas en paralelo se utilizan en aviación desde hace mucho tiempo, los componentes son aislados unos de otros. Los sensores juegan un papel muy importante en la seguridad y con el paso de tiempo va aprendiendo sobre datos recogidos, lo que favorece a la recogida de datos y al buen funcionamiento del sistema.
Para las situaciones de tráfico con tanta antelación, el programa se vuelve complejo, y los datos que se recaban son mayores. La conducción autónoma registra datos de velocidad, la superficie de la carretera, las condiciones meteorológicas, el registro del movimiento que han tenido otros usuarios cercanos de la vía y los coches parados.
Todos los datos medidos
El software tiene que ser muy preciso, el supervisor evalúa el riesgo y si lo hace demasiado rápido, el vehículo puede actuar con más precaución de la necesaria y resultar inseguro. Una frenada demasiada brusca puede ser un resultado de un fallo de seguridad de este software.
Proyecto más que ambicioso
En cuanto al aparcamiento y su propuesta para la conducción autónoma, los de Stuttgart plantean dos situaciones. Si el conductor desea que el coche se cargue primero, se dirigirá a un estacionamiento de carga, dónde se le acoplará un brazo robótico, después se trasladaría la plaza de aparcamiento. Cuando el conductor necesite el coche será necesario llamarlo a través de una app y el coche se dirigirá hacia el usuario. Es el coche el que se puede ir hacia la infraestructura de carga o la infraestructura la que puede hacerse con el dominio del vehículo.
Esta visión tan loca y revolucionaria de la conducción autónoma es la que tiene Porsche para garantizar la seguridad en este aspecto de la nueva circulación, por el momento son solo proyectos que están comenzando, pero estas ideas suponen un antes y un después en este campo de la conducción.