Esta semana hemos probado el Renault Megane GT 2016, y hemos salido bastante contentos. La prueba que hemos realizado se ha desarrollado en varias localizaciones, Madrid centro, Pozuelo de Alarcón (Madrid) y Cebreros (Ávila), de esta manera hemos podido ver el comportamiento del coche en diferentes tipos de asfalto, y así poder hacernos una idea más correcta de cómo es y cómo se comporta.
La primera prueba es Madrid Centro, siendo utilizado para circular durante la semana, de esto nos sorprende el modo “Confort” que digamos “relaja” bastante a la bestia en la que vamos metidos, convirtiéndola en un tranquilo coche que surca las calles como una góndola en Venecia. Lo cierto es que en este modo el coche va muy suave, el régimen del motor se mantiene bajo y si eres cuidadoso, puedes bajar el consumo homologado del que mas tarde hablaremos.
Pero si os soy sincero, yo soy de esos que prefiere no pensar en lo que el coche gasta, y hay una frase con la que me identifico «No se trata de litros por cada 100Km, sino de sonrisas por cada 100Km«. Es por esto mismo que mi dedo índice no se puede resistir a la tentación de saltar directo a pulsar el botón del modo RSDrive, y una vez tras otra acabo poniéndolo, no sé si es por el sonido del escape -que mejora muchísimo- o por el salto que da hacia adelante cuando lo pulsas peroel caso es que se siente divino. Venga, ya es hora de decir la sorpresa. Tiene 4Control. Es decir, tiene eje trasero direccional. No creo que haga falta decirlo, pero eso provoca un paso por curva increíble, casi da miedo. Este dispositivo consigue que un coche de 26.900€ pase por las curvas casi como un Porsche. La primera vez que me di cuenta de esto, me pareció rarísimo, pues notas como la trasera del coche se desplaza anormalmente y no estando acostumbrados, da la sensación de estar haciendo «Drifting», pero te acostumbras rápido, y además se le coge mucho gustillo a la sensación que da.
Estamos ya en Cebreros, donde vamos a ver cómo se comporta en las curvas reviradas de algunos usuales tramos de Rally. Cuando se junta el 4Control, con los 205CV, la caja de cambios automática de 7 velocidades con levas en la columna de dirección (van fijas, no se mueven con el volante, como suelen ser en Ferrari) empiezas a notar TODO, el coche se convierte en una máquina de destruir orgullos. Además se nota que este modo radical está diseñado para pilotar, no conducir. Esto lo digo por detalles como que si vas en 3ª a 3000rpm, y sueltas el acelerador, el coche tardará muchísimo en meter 2ª, ya que interpreta que estás en una curva y a la salida de ella querrás tener disponible el mayor número de CV disponible, si bajara de marcha, ahorraría combustible, que es más o menos la tendencia y objetivo hoy en día, pero pierdes segundos en salida de curva. Si pones el modo RS, es porque quieres jugar sin contemplar ese numerito que representa el consumo medio en la pantalla. Lo que se interpreta con esto es que Renault ha conseguido diferenciar muy bien los distintos modos. En «Comfort» el coche es cómodo y eficiente, en «Normal» es lo que es, normal, y en «RS mode» o «Sport«, es una bestia sin piedad. Después nos queda un 4º modo, llamado «Perso» que es totalmente personalizable (aquí ya cada uno se lo monta como quiere).
En cuanto a la prueba en Pozuelo de Alarcón, es simple, hemos podido ver que el coche es fácil de aparcar, la suspensión es dura, sí, pero para nada incómoda. Los típicos badenes negros y amarillos que copan las calles y que son tan odiados, resultan no ser ningún problema para el GT, y encima, el coche provoca que más de una mirada se desvíe para echarle un ojo.
Desde luego, este Megane GT es una pasada, un modelo a tener en cuenta a la hora de comprarse un coche para disfrutar, pero, sin quitarle honor, estamos deseando ver y probar una versión RS de nueva generación, de la cual aún no sabemos nada.