Por: E. Cenzano
Acudimos a la presentación del último miembro de la recién emancipada DS: el nuevo DS3, con el que la marca cierra el círculo en su primera etapa como marca totalmente independiente. El escenario para la prueba encaja a la perfección con los valores de la marca. Una ruta de Niza a Saint Tropez disfrutando de carreteras de costa y montaña. El lugar perfecto donde disfrutar de las distintas versiones que ofrece este pequeño Premium: Coupé, Cabrio y Performance. Lástima que el tiempo no acompañase, ya que llovía a mares.
La primera unidad que pudimos probar de camino a Saint Tropez fue la versión con el motor PureTech 110 S&S asociado a la nueva caja de cambios automática EAT6. El coche es muy similar al anterior DS3. Los cambios se han centrado en el frontal, alargando el capó hacia la base de los faros e introduciendo un nuevo paragolpes. Una pieza cromada que se estira desde la calandra hacia los faros por su base y, en la parte inferior, se extiende hasta los faros antiniebla. La disposición vertical de las luces de conducción diurna permanece inalterada, por lo que podríamos decir que el cambio en el paragolpes se reduce a la zona central. Después de apreciar el exterior nos adentramos en el habitáculo. Al tomar asiento se percibe ese aire de exclusividad, sobre todo por los detalles y acabados. El tacto de las molduras, los elementos móviles y los materiales es muy suave y sólido, lo que revela el cuidado que se ha puesto en la experiencia del usuario. Parte de este esmero se percibe en la pantalla táctil del salpicadero que funciona de manera fluida entre los menús y de forma muy clara para el usuario.
El motor tricilíndrico se muestra bastante suelto con sus 110 cv, moviendo el DS3 con alegría, muy progresivo desde abajo y con empuje suficiente, con un buen aislamiento sonoro. De hecho nos sorprendió el ímpetu de arranque del motor pisando ligeramente el acelerador. El motor junto con la nueva caja automática funciona con gran suavidad. Si bien es cierto que el cambio de primera a segunda es palpable, hay que estar atento a la conducción para notar los siguientes tanto en aceleraciones como en reducciones. La dirección es suave, ligera y filtra mucho las irregularidades de la carretera, algo cómodo para el día a día.
Paramos en el hotel de Saint Tropez con una sonrisa en la cara, por un lado por el buen hacer del coche en esta última parte, por otra sabiendo lo que nos esperaba: el nuevo DS3 Performance con su motor 1.6 THP de 208 cv y 300 Nm. Bajamos del coche y nos dirigimos corriendo a hacer el intercambio. No sé si corríamos más por la lluvia o por las ganas de probar la versión vitaminada en la que era la sorpresa del día: un tramo de rally cerrado para nosotros. Al llegar al mostrador nos informaron de que debido a la lluvia no íbamos a poder disfrutar del trazado ya que el estado de la carretera no era seguro. Una lástima. De cualquier modo cogimos la llave de nuestra unidad que sería en sabor Cabrio sabiendo que disfrutaríamos igualmente aunque no pudiésemos disfrutar de todas sus bondades. ¿Cabrio? ¡¿Con este tiempo?! En realidad fue una buena oportunidad para valorar el aislamiento sonoro y la estanqueidad de la capota, los cuales son mejor que buenos y más teniendo en cuenta cómo llovía.
Al llegar al coche lo primero que se aprecia es… que no se aprecia gran diferencia. Más allá de las llantas de perfil bajo, la pintura específica del modelo, un pequeño spoiler en la zona inferior del paragolpes delantero y la insignia “Performance” no hay nada que nos haga pensar que se trata de un coche tan divertido como en realidad es. En el interior ocurre lo mismo: lo único que nos hace saber dónde nos estamos metiendo son los asientos tipo backet acabados en Alcántara y algún adhesivo del salpicadero. A simple vista no podemos apreciar el esmero que se ha puesto en la puesta a punto de las suspensiones y el chasis, el rebaje de 15 mm en altura, el ensanche de vías o el diferencial delantero tipo Torsen. Eso sí, al girar la llave del contacto la cosa cambia.
Nada más arrancar el coche, se siente que hay mucho escondido bajo el capó, es sin duda un lobo con piel de cordero. Aunque el sonido del motor tal vez esté demasiado aislado del habitáculo, restándole deportividad, entra un ronroneo grave, suave y rotundo. Es un coche que se disfruta incluso yendo despacio por la contundente suavidad que se siente. El motor se muestra muy lleno desde abajo, con una aceleración y unas recuperaciones sorprendentes, teniendo en cuenta que se trata de un bloque de 1600 cc. Es muy elástico, lo que lo convierte también en un gran aliado para el día a día. Dato importante para ello es que homologa unos consumos muy ajustados: 5,4 l/100 km en uso mixto. La dirección por su parte se siente más firme en este modelo pero otorgando más información sobre la carretera, en este sentido es fiel a la lógica general del DS3: la magia se encuentra en los detalles. La suspensión es una maravilla: más dura que en otros modelos pero sin serlo demasiado, se siente un menor rebote, como si fuese pegado a la carretera. Pudimos admirar desde el comedor la edición limitada B.R.M. del DS3 Performance junto al reloj a juego de la marca en tonos dorados y negros. Toda una pieza de colección del cual sólo se fabricarán 39 unidades.
Al finalizar la cena los chicos de DS España nos informaron de que a aquellos que madrugásemos más al día siguiente nos podría esperar alguna sorpresa. Y efectivamente, a quien madruga Dios le ayuda. A la mañana siguiente los pocos que tuvimos fuerzas para levantarnos aún más pronto recibimos la gran noticia de que, ya sin lluvia, podríamos disfrutar del DS3 Performance en el tramo cerrado para nosotros. Es de agradecer la insistencia y el interés que tuvo, especialmente, el personal de DS España en que pudiésemos experimentar completamente el DS3 Performance.
Aunque ya no llovía sí que encontramos el suelo húmedo, lo cual no deja de ser arriesgado sobre todo en carreteras de montaña como la que nos esperaba. De todos modos partimos preparados para sacar lo mejor de un coche que ya nos dejó muy buen sabor de boca. Una vez en el trazado, y ya sin límites ni peligros más allá del estado de la carretera desactivamos el modo ECO y nos preparamos a exprimirlo y sacar lo mejor de él. Aceleramos a tope y… ¡cómo anda! El suelo mojado hace que las ruedas patinen con facilidad pero en todo momento sentimos que tenemos el control: va como una lapa. Llegan las curvas y es momento de probar los frenos que clavan el coche con gran firmeza, hace muy bien su trabajo. Una gran ayuda a la hora de tomar las curvas y salir de ellas es, sin duda, el diferencial tipo Torsen que con las condiciones de la carretera pudimos probar con creces. Al abrir gas con seguridad se nota inicialmente que el coche quiere irse para todos lados. Nada más lejos de la realidad, en seguida se nota cómo se coloca en la dirección adecuada, como si las ruedas encontrasen su sitio en la carretera y no saliesen de él.
De vuelta al hotel con mucha adrenalina aún en nuestro organismo cambiamos de coche por última vez para probar por carreteras de costa la última de las novedades: el motor tricilíndrico PureTech 130 asociado a la caja manual de 6 velocidades. Un motor galardonado como mejor motor de 2015. Más potente, compacto, ligero y con un menor consumo que su versión anterior. Dato importante es la ganancia de un 44% de par en bajo régimen, por lo que aunque se trata de un motor pequeño no lo parece en absoluto.
Con una suspensión que se siente algo más firme y con menos rebote que en el 110 PureTech notamos que está más asentado en la carretera sin llegar, claro, a la estabilidad estelar del modelo Performance. Por todo ello resulta un coche muy completo, con gran confort de marcha y de conducción tanto en carretera como en ciudad, se deja llevar con mucha facilidad y es capacidad de sacarnos una sonrisa sin apurar demasiado las marchas, tomando las curvas con gran soltura. El camino de vuelta se nos hizo corto también pese al cansancio gracias a las vistas y, sobre todo, a la suavidad y refinamiento que se desprende de la experiencia de conducir este coche: una maravilla. Lástima que para la vuelta nos pudiésemos disfrutar de los pocos rayos de sol a bordo de la versión Cabrio. Otra vez será.
Durante estas dos jornadas pudimos probar las novedades de este modelo, ahora ya definitivamente DS, pero tenemos muchas otras configuraciones de motorización. Existen 5 motores gasolina y 2 diésel. Los precios van desde los 17.330€ de la versión más básica hasta los 32.090€ del DS3 Cabrio Performance Black Special, con permiso de la edición limitada B.R.M.