La conducción autónoma se ha definido a si misma como el fin de la conducción con intervención humana, dejando todo el trabajo al gran número de sistemas que poblarán estos tipos de vehículos en el futuro. La mayoría de los fabricantes de automóviles muestran ilustraciones de lo que hacen los ocupantes de estos coches, posibilitando la lectura de un periódico, navegar a través de sus smartphones, dentro de unas cabinas sin volante o pedales, un ambiente en el que la conducción autónoma cobra vida. Sin embargo, Nissan presenta un nuevo concepto de conducción autónoma con el B2V.
En este caso, Nissan llega con una nueva forma de ver este tipo de tecnologías con la que irrumpirá en el CES 2018. La idea del fabricante japonés no se dirige hacia el concepto de «manos fuera» en la conducción autónoma, sino más bien una conexión del cerebro humano con el vehículo para interactuar con el mismo. El sistema B2V, o Brain to Vehicle, está diseñado para ayudar a la tecnología de conducción autónoma a «adaptarse» al conductor y saber el estado de ánimo del mismo, usando una «tecnología de descodificación» para el cerebro con el fin de reconocer la incomodidad de la persona que lleve puesto los cascos del B2V.
La compañía afirma que el sistema puede decir cuando un conductor hace un movimiento -pulsar un pedal o girar un volante- y se prepara para que los asistentes de ayuda trabajan al unísono para seguir las órdenes del piloto. En los coches autónomos, el sistema está diseñado para sentir cuando los ocupantes están incómodos y adaptar el estilo de conducción del coche. Por lo que parece, el estilo de conducción del vehículo variará según los pensamientos del conductor.
«Cuando la mayoría de la gente piensa en la conducción autónoma, tienen una visión impersonal donde los humanos ceden el control a una máquina. Con la tecnología del B2V hace lo contrario, usando señales de nuestro propio cerebro hacemos del placer de conducción algo aún más emocionante», afirma el vicepresidente ejecutivo de Nissan, Daniele Schillaci.