MEYERS MANX LFX

MEYERS MANX LFX

DURANTE LA MONTEREY CAR WEEK,
Meyers Manx (pionero indiscutible del buggy de fibra de vidrio) y el prestigioso preparador de rallies Tuthill, han presentado el LFG: un vehículo todoterreno de producción limitada que apuesta por una nueva versión de la conducción recreativa. Solo se fabricarán 100 unidades, cada una con acceso exclusivo a seis años de expediciones cuidadosamente planificadas por los rincones más salvajes del mundo. La primera cita será dentro de dos años, con el debut del LFG Baja Tour, que coincide con el 50 aniversario de la victoria de Meyers Manx en la primera Mexican 1000.

VARIAS MECÁNICAS A ELEGIR

Bajo su carrocería de fibra de carbono y una estructura de protección antivuelco (ROPS), se esconde una mecánica elaborada para ofrecer las mejores sensaciones en cualquier terreno. El cliente podrá elegir entre un abanico de motorizaciones, todas de altas prestaciones, incluida una variante de cuatro válvulas basada en el mítico motor “K” de Tuthill.

Como es lógico, toda la potencia se transmite a las cuatro ruedas a través de un cambio secuencial de seis relaciones y un sistema de tracción total con diferenciales autoblocantes delantero, central y trasero.

La suspensión es uno de sus puntos fuertes: dobles amortiguadores de cinco vías ajustables con topes hidráulicos garantizan un comportamiento imperturbable tanto surcando dunas como sorteando terrenos montañosos abruptos. A ello se suman los neumáticos BF Goodrich All-Terrain, fieles aliados de los puristas del off-road.

El interior, lejos del minimalismo habitual de los buggies clásicos, ha sido diseñado para ofrecer confort incluso en travesías de largo recorrido. La cabina, con climatización personalizada, puede transformarse en cuestión de minutos en un habitáculo abierto al viento, fiel al espíritu libertario de Bruce Meyers.

Entre el equipamiento técnico destacan un sistema de escape de Inconel, un depósito de combustible de larga autonomía y navegación GPS integrada.

ORGULLOSO

Richard Tuthill, por su parte, define el proyecto como una experiencia transformadora: “No se trata de cronómetros, sino de ver el mundo a través de un prisma diferente. Este coche tiene carácter, es divertido y travieso, pero también serio en sus capacidades. ¿Podríamos ir a la Luna y volver? Tal vez sí. Y lo haríamos seguros y cómodos”.

En un mundo donde la aventura se ha vuelto una experiencia empaquetada, el Meyers Manx LFG reivindica el valor de lo impredecible, de la mecánica auténtica y de los recuerdos que solo se construyen al volante de una máquina diseñada sin ataduras. En CAR lo echábamos de menos.

CHEVROLET DESVELÓ DOS CONCEPTS

Chevrolet desveló dos concepts que encarnan la evolución radical de su icono: Corvette CX y CX.R Vision Gran Turismo. No llegarán a producción, pero sí marcan la senda estética y técnica del Corvette del mañana, nacidos de un ejercicio de diseño global sin las limitaciones del mundo real.

El CX es una visión limpia y brutal de un superdeportivo eléctrico. Su silueta baja (menos de 41 pulgadas de alto), con morro lanzado, zaga recortada y pilotos traseros dobles, rinde homenaje al linaje sin nostalgia. Su cabina tipo caza, inspirada en la aviación, anticipa el nivel de ingeniería que esconde.

La aerodinámica activa es su gran virtud. Gracias a un Vacuum Fan System, ventiladores integrados canalizan aire a través de la carrocería para generar carga aerodinámica variable, controlando el flujo sobre el difusor trasero. Tanto el alerón como el splitter actúan en tiempo real, adaptándose a cada movimiento del conductor.

Incluso los brazos de la suspensión tienen forma alar, reduciendo la sustentación frontal y dejando entrever parte del chasis a través de los túneles aerodinámicos.

Su tren motriz es aún más asombroso: cuatro motores eléctricos, uno por rueda, que entregan más de 2.000 CV, con vectorización total del par y tracción integral. La batería de 90 kWh, integrada en el piso, garantiza equilibrio y centro de gravedad bajo. Más que velocidad rectilínea, busca precisión quirúrgica en curva.

Dentro, el Corvette CX es una cápsula enfocada al conductor. La cúpula se abre automáticamente al aproximarse, dando paso a unos asientos en tejido balístico rojo Inferno, diseñados para soportar aceleraciones laterales extremas. Se combinan con cuero de silicona, aluminio mecanizado y fibra de carbono forjada.

El parabrisas es una pantalla envolvente, con datos proyectados en tiempo real; todos los mandos están en el volante, como en un monoplaza.

LA VERSIÓN DE COMPETICIÓN

El CX.R Vision Gran Turismo, su variante de carreras, maximiza la agresividad: carrocería más baja, mayor carga aerodinámica y peso reducido.

El interior pierde su lado sofisticado y apuesta por la funcionalidad: carbono desnudo, espuma técnica, refuerzos para cabeza y hombros. Aquí todo está al servicio de la velocidad.

Su propulsión es híbrida: un V8 biturbo 2.0 central de hasta 900 CV, alimentado con e-fuel y capaz de girar a 15.000 rpm, se une a tres motores eléctricos –dos delanteros y uno en el cambio– para alcanzar 2.000 CV totales. El cambio es un doble embrague de ocho relaciones. Un tren motriz nacido para circuito.

Gracias a Gran Turismo 7, el público podrá conducir ambos concepts virtualmente, lo que lo convierte en una visión un poco más tangible de lo que estamos acostumbrados con otros “coches-proyecto”.