McLaren no es una marca de superdeportivos al uso, es el producto de años de experiencia en competición que pasó de no tener coches, a crear uno de los mayores hitos del automovilismo moderno y ahora a tener una gama muy completa y avanzada a varios niveles. Su última creación ha sido el McLaren 720S renovando así su llamada Super Series (650S, 675 LT), un coche con mucha innovación pero también con mucha herencia del pasado, tal y como los de Woking nos muestran en este vídeo, donde nos explican sus tecnologías que cambiaron las reglas del juego y ahora hereda su nuevo superdeportivo.
Todo empieza con el McLaren M6A de 1967, un coche construido para la CAN-AM y que permitió a Bruce McLaren ganar cinco de las seis pruebas y conseguir el título de campeón ese año. Un título que consiguió gracias a un innovador sistema para generar carga aerodinámica, creando el llamado «efecto suelo». Consistía en hacer pasar el aire por debajo del morro y expulsarlo por los laterales del coche, así como añadir un apéndice a su trasera para generar una gran carga en su zaga sin necesidad de ostentosos alerones.
Entonces en 1992 llegó su hito tecnológico, su rompe-récords, el McLaren F1. Hablamos de un superdeportivo que sigue poseyendo el récord del coche con motor de aspiración natural más rápido del mundo. Era un compendio de tecnologías de Fórmula 1 e innovaciones, como su chasis monocasco de fibra de carbono o sus tres asientos con el conductor en posición central.
El McLaren MP4/12 de 1997, pilotado en aquella temporada por Mika Häkkinen y David Coulthard, sorprendió a muchos cuando se descubrió su secreto, el freno de dirección. Un increíble sistema con el que los pilotos podían controlar con que lado de las ruedas frenar en las curvas para que el coche girase más rápido y ganar tiempo en el paso por curva. Disponían de un tercer pedal para accionar los frenos y un botón en el volante para elegir el lado derecho o izquierdo de frenada dependiendo de la curva. Ahora este sistema está en todos los McLaren, pero ya es automático.
Y por último está el McLaren MP4/25 de Lewis Hamilton, que en su momento estrenó el sonado «F-Duct», un conducto en el morro del monoplaza que introducía el aire en el chasis y este era expulsado por su compleja cola de la tapa del motor al alerón.
Ahora de una forma u otra, el McLaren 72oS hereda algunos de esos sistemas que cambiaron las normas del juego y supusieron un antes y un después en el reglamento de su disciplina o en la forma de concebir un nuevo superdeportivo.