Ya es todo un abuelo. El McLaren F1 ha cumplido sus 25 años y aunque hace mucho que se consagró como pieza de colección e hito del automovilismo ahora lo es de verdad. Un coche que para muchos marcó el camino en lo que a superdeportivos se refiere por conseguir grandes proezas de la ingeniería en los 90. Un coche que McLaren diseñó para ser conducido y que 25 años después nos demuestra de esta forma tan peculiar que así lo siguen creyendo.
Y es que para la marca inglesa sus clientes son lo más importante pero sobre todo que puedan disfrutar de sus coches siempre a punto. El motor V12 de origen BMW del McLaren F1 es una pieza de arte, un reloj suizo de 12 cilindros en V derivado directamente de la competición y que requiere un mantenimiento muy exahustivo. Aunque no es muy común que estos tipos de coches superen grandes kilometrajes los dueños de los F1 no parecen ser ese tipo de cliente. Es por eso que McLaren en previsión, se guardó no solo piezas de repuesto, sino todo un motor V12 nuevo para usar como «motor de cortesía» cuando fuera necesario reconstruir o reparar el de origen.
La propia marca explica que su departamento MSO todavía tiene motores de repuesto, uno de los cuales usa como motor de cortesía, permitiendo que los clientes dejen su motor a reconstruir en la fábrica y puedan seguir conduciendo su coche. Una vez se acaba el mantenimiento McLaren vuelve a poner el motor 6.1-litros S70/2 BMW V12 de vuelta en su coche y el prestado se queda a la espera de una nueva llegada a reparación.
Sin duda todo un ejemplo a seguir por otras marcas cuyos clientes a veces son más coleccionistas que conductores. La cosa no termina ahí porque en McLaren Special Operations podrían incluso reconstruir tu accidentado superdeportivo, algo que ya demostraron con el F1 del actor inglés Rowan Atkinson, un coche que a pesar de su aparatoso accidente acabó siendo subastado una vez arreglado por unos 10 millones de euros aproximadamente.