Crear una marca de hypercars en el siglo XXI y que no te persigan los amigos de la Greta por no ser eléctricos es muy arriesgado. Pero si tienes un C.V. como el de Gordon Murray, ya puedes estar sentado en la cumbre junto a Pagani y Koenigsegg ideando qué vender a los ricos muy ricos. CAR estuvo en Barcelona para entrevistar a este genio y conocer las nuevas instalaciones de GMA.
Pocas veces en la vida de un periodista se produce ese extraño instante en el que la profesión se cruza con la pasión, con la leyenda, con los iconos que de pequeño soñaste con Sabrina, el Ferrari F40, Samantha Fox o el Porsche 959.
A lo largo de los años y gracias a nuestros eventos como Autobello.es y publicaciones off-line & on-line como CAR y SMQ-Señor Marqués, he tenido la fortuna de sentarme frente a muchos de los nombres más reverenciados del automóvil y su entorno.
Desde los controvertidos Agnelli (Giovanni, Margarita, John, Lapo) hasta los Porsche (Ferry, Wolfgang, Ferdinand Piëch, Alexander), Horacio Pagani, Ferrari (Piero Lardi, Luca Cordero, Flavio Manzoni) o incluso el díscolo Elon Musk.
También nos hemos “codeado” con Henry Ford 1975 y entrevistado a casi el 70% de los pilotos míticos y clásicos de la alta competición como Fernando Alonso, Michael Schumacher, Lewis Hamilton, Stirling Moss, Giacomo Agostini, Jackie Stewart o Emerson Fittipaldi, y me dejo más de un centenar.
Y todo sin olvidar a los artesanos silenciosos del diseño como Giorgetto y Fabrizio Giugiaro, Sergio Pininfarina, Lilli Bertone, Andrea Zagato, Leonardo Fioravanti o el recién fallecido Marcelo Gandini.
Y siempre un guiño a los jóvenes pinceles de sangre española como Frank Stephenson, Carlos Arroyo o nuestro Alejandro Mesonero-Romanos. Este último no faltó a la cita de su padrino Costabal, acompañado de sus bellezones —dos hijas que le sacan una cabeza— y al que le ha diseñado a medida un Alfa 33 Stradale demasiado especial.
Por nuestras páginas de CAR no han faltado los grandes directivos, CEOs y presidentes del sector, tanto españoles intencionales como alemanes, japoneses, franceses, chinos, italianos, coreanos, americanos…, que han moldeado y dirigido la industria global del automóvil.
En 35 años de profesión he visto cómo nacían proyectos que cambiarían la historia y he escuchado conversaciones decisivas que nunca abandonarán mi cabeza, educada en el mimetismo de la Casa Real española…
Pero lo que ocurrió estos dos días en Barcelona, y me permito repetirlo, pertenece a otra categoría emocional: tener a tu lado al Leonardo da Vinci del motor, al mismísimo Gordon Murray 7.9, es algo inimaginable.
Para Costabal, Murray es quien probablemente sea el ingeniero en vida más influyente que haya en el planeta Tierra e incluso Marte… Murray es “El Profesor”, el proyectista que rediseñó la Fórmula 1 desde dentro y también reinventó en McLaren el superdeportivo moderno, con una claridad que ningún viento de moda ha podido erosionar.
Su primera sede fuera del Reino Unido
El gigante sudafricano más de dos metros, que lo fuetodo en Brabham y McLaren —no olvidemos que creó el McLaren F1, que para nosotros es el supercar que puso un espejo al resto del mundo recordándoles su mediocridad, llegó a Barcelona para inaugurar el primer centro de su joven marca GMA fuera de Inglaterra, negocio montado por Costabal y su equipo.
Este loco enamorado de la marca Murray es, a su vez, el amo y señor de McLaren Barcelona, con la que GMA comparte tabique medianero en la nueva Zona Franca.
Ambos nos recibieron en la nueva sede de GMA Barcelona en una tarde de lluvia muy al estilo londinense y donde posteriormente más de 400 invitados muy seleccionados esperaban la llegada del gran divo.
A la mañana siguiente Gordon pasó por esta embajada del motor para despedirse de Costabal y le dejó algunas frases para la historia: “La llegada de GMA a Barcelona tiene algo de justicia poética, al ser una zona industrial, creativa, mediterránea. Este nuevo espacio no resultará un concesionario al uso, será un santuario, un referente.
Desde hoy —decía Murray— ya es una embajada de la ingeniería bien hecha y con ello se abre un nuevo capítulo en la historia del automovilismo de baja tirada y altísima pureza. GMA Barcelona se ubica en la única ciudad del mundo donde se corre MotoGP, Mundial de Rallyes (WRC) y F1”.
Gordon —el hombre que diseñó el Brabham BT46B del ventilador que ahora heredan los T50 y T33— impone como un mandatario nigeriano, habla poco, pero siembra cátedra, y sus frases son una clase de ingeniería aplicada: “Un coche ligero como los GMA no es un capricho estético, es eficiencia en estado puro y liviano.
Y eso es exactamente lo que transmite el T50 y el T33 Niki Lauda. Coches que no se exhiben por postureo, coches que explican su aerodinámica activa, masa no suspendida mínima y respuesta al instante. GMA Barcelona se convierte en un nodo de supercoches y esto me hará venir más por aquí, me gusta la ciudad y su gente”.
Serenidad británica y precisión quirúrgica
Para nosotros, Murray y Costabal no han creado un concesionario al uso, han dado a luz un espacio de relax, de pensar; han dado vida a la nueva Sagrada Familia.
Este gigante encorvado como un águila, de talla XXXL y pie de jugador de baloncesto, nos acogió con esa mezcla tan suya de serenidad británica y precisión quirúrgica. Cuando se refirió a GMA Barcelona, dijo que era el lugar perfecto de España para conectar con Europa y vimos en su rostro, en T33, convicción más que cortesía.
Años atrás ya lo entrevisté en Pebble Beach y creo haberlo saludado muchas veces en eventos como Goodwood, en Inglaterra, o Le Mans, en Francia. Pero yo, desde adolescente y cuando él inventó el McLaren F1 —con tres asientos casi paralelos— y recorría los paddock de F1 con los cascos puestos, no dejé de admirarlo.
Murray hoy vive como sus prototipos, algo oxidado y pendiente de restauración… pero aguanta como un piloto de resistencia en las últimas vueltas. A Murray lo tengo visto y seguido por todo el mundo, con esa serenidad casi papista y su mezcla de sabiduría de paddock y precisión de ingeniero rarito a lo Regreso al Futuro…
A Gordon lo hemos observado en documentales, en sesiones técnicas, pero nada sustituye la vivacidad de su mirada cuando lo tienes frente a ti, cuando habla de un detalle mecánico o de los jefes que ha tenido que soportar… Nos reconoció que no crea GMA a su edad para vender coches; esta marca de hypercar llega para mostrar que no se ha perdido la esencia del automóvil y él quiere dejar un legado con su nombre porque lo merece.
Lo que Barcelona estrena es un espacio donde se respira más estudio de diseño que showroom. Aquí no se negocian descuentos ni se discuten acabados. Aquí se habla de masa no suspendida, de canales aerodinámicos, de pedales centrados, de motores que respiran sin filtros y de soluciones que no aceptan el “porque siempre se ha hecho así”.
