En un mundo cada vez más estandarizado, el Glickenhaus 007s emerge como una auténtica joya artesanal. Se trata de un deportivo con verdadero ADN de competición, ya que deriva del coche que participó en Le Mans en 2023.

Glickenhaus 007s: del circuito de Le Mans a la carretera
Muchas grandes marcas destacan que sus coches se construyen parcialmente a mano, algo que no se ajusta mucho a la realidad. Esto no es ni malo ni bueno, simplemente se trata de ajustar los procesos de producción con la demanda y los costes.
Los superdeportivos que se fabrican como relojes de precisión son máquinas que superan ampliamente los dos millones de euros, como Bugatti, Gordon Murray Automotive, Koenigsegg o Pagani.
Y es en esa liga donde juega el Glickenhaus 007s. Los aficionados a las carreras de resistencia saben muy bien que es Glickenhaus, pero para el gran público sigue siendo desconocido. ¿Qué es este triplaza? ¿un coche de carreras, un prototipo o un deportivo de calle?


Pues tiene un poco de todo. Estamos ante una máquina con chasis de carbono, motor V8 biturbo con 1.200 CV y puesto de conducción central, como el McLaren F1 o el GMA T.50. Pero antes de entrar en detalles técnicos conviene explicar su origen y filosofía.

La marca fue fundada por James Glickenhaus (Nueva York, 1950). La primera vez que oímos hablar del neoyorkino fue en 2011, cuando mostró al mundo su fantástico Ferrari P4/5, un modelo único que encargó a Pininfarina y que emplea la base de un Ferrari Enzo.
Diseño y aerodinámica del hypercar Glickenhaus 007s
Se estima que aquel coche le costó unos cuatro millones, pero lo podría haber vendido por mucho más. La inspiración para crearlo le llegó de otras joyas de su colección como el Ferrari 330 P3/P4 de 1966, el Lola T70 que modificó para poder usarlo en carretera, o el Ford GT40 MkIV del 67 que terminó cuarto en Le Mans. También atesora el Ferrari más antiguo que se conserva, un 159 S Spyder Corsa de 1947, o el Dino Competizione (prototipo único) del 67.

Su siguiente paso fue involucrarse en las 24 Horas de Nürburgring y en 2011 organizaron el equipo para competir en el “infierno verde” con su P4/5 Competizione. Este coche parecía igual que el P4/5 de calle pero en realidad tenía mucho en común con un Ferrari F430 GT2, incluyendo su V8.
Hicieron un papel muy digno y en 2012 volvieron con el P4/5 Competizione M, un híbrido con sistema KERS que ofrecía 50 CV extras. Acabaron en el puesto doce y fueron el primer coche no oficial de la clasificación.
Su primer coche propio fue el SCG 003C, diseñado para competir en Nürburgring contra los GT3. Debutó en 2015 en las VLN series (dos coches) y en 2016 hizo las 24 Horas. En 2017 se presentó en Ginebra la versión de calle, el SCG 003S (Stradale). Después presentaron el SCG 004S con puesto de conducción central que vimos en Londres en 2021, prototipo antecesor del nuevo Glickenhaus 007s.


Respecto a la competición James aspiraba a lo máximo, y cuando en 2018 la FIA y la ACO aprobaron la nueva reglamentación para los Hypercars para la temporada 2020-2021, Glickenhaus se puso a trabajar. En 2022 acabaron aún mejor, en tercera y cuarta posición, siendo el primer fabricante americano en subir al podio desde 1967. Ese mismo año presentaron el espectacular todoterreno Boot, concebido para la Baja 1000 y con motor GM V8 de 460 CV.
Track Day Kit: cómo convertir el 007s en un coche de carreras
Volvieron a Le Mans en 2023, cuando lograron acabar la carrera en sexto y séptimo lugar, por delante de Peugeot y Porsche (aquel año ganó Ferrari con el 499). Es evidente que competir por la victoria absoluta es algo reservado a las grandes marcas con enormes presupuestos, y quizá por eso Glickenhaus Racing, con su romanticismo y su perseverancia, se ganó el afecto y la admiración de los buenos aficionados.
En la edición 2024 ya no participaron en las 24 Horas, al carecer de un patrocinador fuerte que les apoyara con los enormes gastos necesarios.

En palabras de su creador, “no se trata solo de una réplica para carretera. Es una reinvención de lo que debería ser un hypercar. Mientras que la mayoría de los coches de pista “extremos” tienen dificultades para adaptarse a la vía pública, el 007 se forjó gracias a la excelencia aerodinámica y a miles de vueltas de prueba en los circuitos más exigentes del mundo. Sin embargo, se desliza con fluidez por el tráfico urbano y el calor del verano”.
Aún así está claro que, quien compra este coche, no lo hace porque su practicidad. El perfil de cliente de un deportivo así es el de un entusiasta que ha tenido de todo, incluyendo coches de carreras y supercars, y que sabe valorar la magia y la grandeza técnica de una máquina creada para la carrera más legendaria.
De hecho conocemos un poco al comprador de esta primera unidad, y ha disfrutado desde un Jaguar XJ220 a un Porsche Carrera GT, pasando por el Bugatti Veyron, la barqueta Aston Speedster o numerosos modelos de Ferrari o Lamborghini.
Además está poco interesado en la hibridación y la electrificación y le gustan los motores de gasolina, cuanto más potentes mejor. El motor V8 con el que los SCG 007 LMH compitieron en Le Mans estaba limitado por reglamento a 680 CV. El V8 que lleva el 007s es diferente, y de origen americano.


Producción limitada y el perfil del comprador del 007s
El 007s es bastante largo, con 5.044 mm de longitud, una distancia entre ejes de 3.143 mm y solo 1.550 kg de peso, de modo que la relación peso-potencia es escalofriante. La bastidor es de fibra de carbono, al igual que la carrocería, los asientos y hasta el volante. Las llantas son de aluminio forjado con monotuerca.
Un accesorio que evidencia una vez más su ADN de carreras es que lleva airjack, el sistema que funciona con aire comprimido y se usa para elevar el coche cuando llega a boxes, para que los mecánicos puedan trabajar. Y esto adelanta una de las claves del Glickenhaus, y es que pueda llegar al circuito rodando por carretera y, una vez allí, se configure fácilmente, en apenas 30 minutos, para rodar en la pista.
El chasis está optimizado con suspensión de doble horquilla y pushrod de competición, tanto delante como detrás, mientras que las barras estabilizadoras ajustables permiten adaptar la conducción al estilo de conducción preferido por el piloto.

Como nos dicen desde la marca, “después de tu sesión en pista, invierte el proceso y conduce a casa. Sin remolques, sin personal, sin concesiones. Solo puro rendimiento, pura comodidad y una gran sonrisa en tu rostro”.
Respecto a los que les gusta tomar como referencia los tiempos por vuelta en Nürburgring Nordschleife, no podemos darles una cifra pero sí sabemos que el SCG 007 LMH hacía un tiempo por vuelta en Le Mans de 3:29.936 (vuelta rápida), unos dos segundos y medio más lento que los Ferrari ganadores.

Si tenemos en cuenta que el modelo de calle es casi 500 CV más potente y también dispone de slicks y aerodinámica avanzada, sus tiempos deben ser increíbles. Scuderia Cameron Glickenhaus espera fabricar un máximo de veinticuatro unidades de este modelo (por las 24 Horas de Le Mans), con un precio que ronda los dos millones de euros.