Flavio Briatore a todo o nada con su última jugada

El gigantón canoso y el pequeñín, un gigante en la F1, se abrazaron mientras reían. Flavio Briatore, 75, lo incitó a Bernie Ecclestone, 94: “¿Te acuerdas cuando me ayudaste a quitarle a Eddie (Jordan) a Michael (Schumacher)?” “Sí, claro —fue la respuesta—. Me venía bien que tú tuvieras a Schumi en tu equipo (Benetton). Quería que un alemán pudiese ganar.”

Esa noche, rodeado de famosos conocidos en la Cena de las Leyendas en el restaurante Lucky Cat de Gordon Ramsay, Flavio “tuvo un flashback” de toda su vida. Al día siguiente, comenzaba su primer año completo con plenas responsabilidades sobre Alpine, el equipo que le hizo famoso.

Flavio Briatore
Flavio Briatore

El pasado, pisado

Un día de 1987, el aeropuerto de Saint Thomas recibió a un pasajero que se sintió muy aliviado. Flavio había huido de Italia, donde la justicia de Milán lo buscaba. En 1985 fue condenado a año y medio de prisión por fraude comercial y en 1987 a tres años por estafa con cartas trucadas.

Conoció a Luciano Benetton y abrió una tienda en Saint Thomas. Poco después encabezó el desembarco de Benetton en USA, abrió 800 tiendas y se enriqueció. En el mundo de la F1 nadie le pregunta por sus andanzas de juventud. Pero él quiere ser transparente:

Flavio Briatore y Luciano Benetton
Flavio Briatore y Luciano Benetton

“No oculto mi historia. Era joven y me había equivocado. Eso formó parte de un recorrido de mi vida que al final me ha permitido ser más listo.”

Alpine, su nuevo reto

“El objetivo con Alpine es conseguir la quinta posición este año superando a Aston Martin aunque tendremos que defendernos de Williams y Racing Bull.”
“Estamos reorganizando todo, tengo la gente correcta, trabajamos en armonía. La idea es situarnos entre los mejores en 2026… y aspirar a ganar y, por qué no, luchar por el campeonato en 2027.”

Flavio Briatore toma el mando de Alpine
Flavio Briatore toma el mando de Alpine

Tiene dos pilotos heredados: el experimentado Pierre Gasly y el novato australiano Jack Doohan, hijo del campeón de MotoGP Mick Doohan.

Jugador y oportunista

Flavio empezó como cocinero y llegó a tener un restaurante de pueblo. En 1986 Benetton había adquirido el equipo Toleman y Luciano y Rocco Benetton convocaron al arriesgado y exitoso emprendedor.


A partir de 1988 aplicó a la F1 sus habilidades de negociador y de gestor. Introdujo patrocinios, moda y jet set. El mismo, que dice que busca el dinero para comprar libertad y opciones, abrió una discoteca de lujo, “Billionaire”, se compró un yate de 70 metros, fue amante de Naomi Campbell, tuvo una hija con Heidi Klum, y se casó con Elisabetta Gregoracci, con quien tuvo otro hijo, Nathan Franco.

Las polémicas del pasado no lo detienen

Cuando Briatore estaba al frente de Benetton se lo acusó de utilizar un software de control de tracción, prohibido. En 1994, se incendió el coche del compañero de Schumacher durante un repostaje por usar una boca de carga antirreglamentaria. Tras el escándalo de Singapur 2008, donde mandó a chocar a Nelsinho Piquet, Briatore y Pat Symonds fueron expulsados de la F1. Más tarde, una corte civil en París anuló la sanción.

Flavio se mantuvo apartado hasta junio del año pasado.

Del champán al agua mineral

En marzo de 2024 fue operado del corazón por un tumor benigno. Pasó del champán al agua mineral y bajó de peso. “La única adicción que me permito es disfrutar del poder y la notoriedad que me dan las carreras.”

“Hace años a un periodista italiano le dije: ‘No sé cuánto dinero tengo. No me dedico a contarlo. El dinero, decían en mi pueblo, solo sirve para pagar médicos.’”

Flavio Briatore y Michael Schumacher
Flavio Briatore y Michael Schumacher

Su fórmula: pilotos que compensen el coche

En Alpine aplica el sistema Briatore: descubrir campeones en potencia porque sabe que el piloto puede compensar en gran parte alguna falta de rendimiento del automóvil. Lo comprobó con Schumacher, con Alonso y ahora apuesta por el argentino Franco Colapinto y el estonio Paul Aron.

“El campeonato ya comenzó y ‘Tribula’ prepara su próxima y quizás última jugada.”