Durante años, los fabricantes creyeron que el futuro del coche eléctrico pasaba por pequeños utilitarios urbanos. Coches modestos, compactos, fáciles de usar, baratos de producir y vender, y que no requieren grandes baterías, el componente más caro y complejo del vehículo eléctrico.
Los coches eléctricos pequeños vuelven al primer plano

Pero la industria tomó otro rumbo: coches grandes, potentes y costosos. Según EV Database, solo el 8% de los eléctricos cuestan menos de 34.900 euros. Más de la mitad superan los 58.000 euros, y casi todos pesan más de dos toneladas, superando incluso a los SUV más voluminosos de hace dos décadas.
Ahora, poco a poco, parece resurgir la idea original. La carga de la brigada ligera ha comenzado. Aunque modelos pioneros como el Honda e o el VW e-Up ya no se fabrican, sus aspiraciones resurgen en una nueva generación de eléctricos urbanos.
Ya hay al menos tres modelos a la venta en Europa por debajo de los 20.000 euros, una cifra difícil de imaginar hace solo cinco años. Todos ellos se fabrican en China, donde los costes de producción son bajos, la energía barata y las subvenciones estatales generosas. Dejemos la geopolítica para otro día: vamos a hablar de coches.

Comenzamos con el Dacia Spring, el más espartano del grupo. Sus puertas emiten un “ping” metálico al cerrar, y su diseño interior es sencillo, austero. Pero esa misma sencillez tiene un cierto encanto funcional. Es el único coche eléctrico a la venta en Europa que pesa menos de 1.000 kg –sin contar al Citroën Ami, que es un cuadriciclo–, y esa ligereza se traduce en agilidad urbana. Es un coche pequeño, maniobrable y muy fácil de aparcar. Aquí, menos es más.
Su interior tiene detalles inspirados en el Duster, con acentos en bronce pseudometálico que le dan algo de gracia. La postura de conducción es elevada, tipo SUV, lo cual mejora la visibilidad y ofrece una sensación de control en el entorno urbano.
El Spring tiene freno de mano manual, llave física y botones clásicos. La suspensión es blanda, ideal para ciudad, pero al subir el ritmo la carrocería balancea en exceso y la dirección pierde precisión. Los neumáticos Linglong de sección estrecha no ayudan mucho, pero cumplen.

El espacio delante es correcto, pero detrás resulta justo: adecuado para niños o adultos de corta estatura. Solo tiene cuatro plazas, algo común en este segmento. El maletero, sorprendentemente, es generoso: más grande incluso que el del Ford Fiesta saliente.
El respaldo trasero se abate en una sola pieza, lo que limita algo la versatilidad. Sin embargo, la simplicidad del conjunto tiene coherencia y sentido para el usuario urbano que busca funcionalidad por encima de sofisticación. Su motorización es la más básica: hace el 0 a 100 km/h en 13,7 segundos, con una entrega de par algo brusca y frenos secos.
Pero en ciudad se siente vivo y suficiente. En su versión tope Extreme, equipa una pantalla de 10”, Apple CarPlay y Android Auto, seis airbags, cámara trasera, control de crucero, retrovisores calefactables y hasta un conector V2L para alimentar dispositivos. A destacar: los asistentes de conducción pueden desactivarse con un botón físico. Y eso, hoy en día, es casi un lujo en este mercado plagado de pitidos, advertencias y sensores invasivos.

Leapmotor T03
Un modelo chino que parte con muchas dudas: marca desconocida, diseño que recuerda a un Fiat 500 y un sinfín de pitidos. El motor emite un zumbido a baja velocidad, pero a partir de 50 km/h desaparece. Aun así, sorprende positivamente desde los primeros kilómetros. Está mejor ensamblado que el Dacia y transmite más solidez.
Desde el primer portazo, se nota que la calidad de ajustes es superior. Tiene acceso sin llave, freno de mano eléctrico y botón de arranque. Es más pesado (1.175 kg), pero también más aplomado en carretera. La dirección es artificial, incluso en modo Sport, pero efectiva. La suspensión es más firme, pero transmite más confianza a velocidad de crucero y mantiene el coche más estable en trazados rectos o autovías.

Atrás hay más espacio que en el Spring, y dos adultos pueden viajar sin estrecheces. La autonomía es de 265 km, unos 35 más que el Dacia, y más que suficiente para su uso diario. Además, su rendimiento general es más refinado, y la respuesta del acelerador más lineal.
La entrega de potencia es progresiva, lo que permite un manejo más predecible y seguro, especialmente para conductores noveles o en ciudad. El equipamiento es generoso: pantalla táctil de 10,1”, cámara trasera, control de crucero adaptativo, techo solar, actualizaciones OTA y llantas de aleación. Sin embargo, todo pasa por la pantalla: incluso el climatizador y el desempañado.

BYD DOLPHIN SURF
El más ambicioso del trío. En China se llama Seagull y es el coche más vendido de BYD, una marca que aspira al liderazgo mundial en eléctricos. Aquí se presenta como un urbano con proporciones de utilitario del segmento B, mucho más coche que sus rivales, tanto por su presencia como por su tecnología embarcada.
El interior es claramente superior: materiales de buena calidad, diseño moderno, tapicería de símil cuero y asientos cómodos. Detrás, el espacio es excelente. Dos adultos altos pueden viajar con comodidad real. El maletero es amplio y práctico, aunque no necesariamente más usable que el del Spring. El ambiente general del habitáculo transmite sensación de producto moderno y tecnológicamente avanzado, más cercano a un compacto premium que a un simple urbano asequible.

La pantalla giratoria –que puede orientarse vertical u horizontal– ofrece gráficos de alta calidad y múltiples menús. Los amantes de la tecnología disfrutarán buceando en sus submenús; los más tradicionales, no tanto. Como en el Leapmotor, hay demasiados avisos y pitidos. El asistente de voz no ayuda: interrumpe e incluso sermonea por exceder límites de velocidad.
El diseño exterior es moderno pero algo recargado, con líneas angulosas. Sus llantas de 16” con neumáticos Hankook ayudan a mejorar la pisada. En ciudad es fácil de posicionar, aunque no absorbe baches tan bien como el Dacia. Sin embargo, es claramente superior en carretera, con la mejor dirección del grupo: precisa, comunicativa y bien calibrada, lo que mejora la experiencia en trazados más rápidos o sinuosos.
Nuestro Dolphin Comfort de prueba tiene 154 CV, frente a los 64 del Dacia y 95 del Leapmotor. Acelera con decisión y permite afrontar trayectos largos sin sufrir. El equipamiento es completo: luces largas automáticas, CarPlay, Android Auto, asientos traseros 50:50, control de crucero adaptativo, cámara, V2L y más. Tiene todo lo que uno esperaría de un compacto moderno, pero a precio de urbano. Además, BYD presume de tecnología propia. El sistema “8 en 1” integra motor, electrónica, batería y transmisión para optimizar espacio. Su batería Blade, estructural, libre de cobalto, más segura y resistente al calor, forma parte del chasis.

Se carga más rápido, aunque eso importe menos en coches urbanos, que se recargan casi siempre en casa. En resumen, los eléctricos urbanos asequibles ya no son un mito. Más están por llegar: Volkswagen, Honda, Nissan, incluso Nio.
Por ahora, estos tres representan lo mejor del segmento. En cuanto a nuestros protagonistas, el Dacia es el más polarizante. Sus principales virtudes –además de ese precio de ganga– son que puede ser divertido de conducir y que tiene carácter. Pero, como sabemos, lo que para una persona es encantador, para otra es una concesión inaceptable.
Está muy lejos de ser un coche totalmente nuevo, y estoy convencido de que Renault y Dacia podrían hacer un mejor pequeño urbano si partieran desde un folio en blanco. Por otro lado, me gusta su aire tambaleante y la suspensión suave y absorbente a baja velocidad en ciudad. Me recuerda a los viejos coches franceses, incluido el Renault 4, que guardo con cariño en la memoria.
Comparaciones así tienen sentido cuando recuerdas que Dacia forma parte de Renault y que hay cierta influencia francesa en el Spring. También me gusta su rebeldía como eléctrico. Es ligero y pequeño, mientras que la mayoría son grandes y pesados; es fácil de usar cuando la mayoría son complicados.
Su estilo es simple y atractivo. Su ligereza también le da una eficiencia excelente, la mejor aquí. El Leapmotor, tal como lo probamos, es el coche más barato del grupo. Ofrece más por euro invertido que cualquier rival, lo que quizá sea el sentido principal de estos coches. Con diferencia, es el modelo que más superó mis expectativas. Si buscas un urbano barato y competente, cumple muy bien. Y, como todos los BYD, el Dolphin Surf, es un valor seguro.
BYD DOLPHIN SURF

- Dim.: 3.990 x 1.720 x 1.590 mm.
- Motor: eléctrico, batería de 30 kWh.
- Potencia/par: 88 CV/175 Nm.
- Tracción: delantera.
- Cambio: automático.
- Vel. máx.: 150 km/h.
- 0-100 km/h: 11,1 s.
- Cons.: 15,5 kWh/100 km.
- Autonomía: 220 km
- Peso: 1.294 kg.
- Precio: desde 11.780 euros.
LEAPMOTOR T03

- Dim.: 3.620 x 1.652 x 1.577 mm.
- Motor: eléctrico, batería de 37,3 kWh.
- Potencia/par: 95 CV/158 Nm.
- Tracción: trasera.
- Cambio: automático.
- Vel. máx.: 130 km/h.
- 0-100 km/h: 12,7 s.
- Cons.: 16,3 kWh/100 km.
- Autonomía: 265 km
- Peso: 1.175 kg.
- Precio: 18.900 euros.
DACIA SPRING

- Dim.: 3.701 x 1.583 x 1.519 mm.
- Motor: eléctrico, batería de 26,8 kWh.
- Potencia/par: 65 CV/113 Nm.
- Tracción: delantera.
- Cambio: automático.
- Vel. máx.: 125 km/h.
- 0-100 km/h: 13,7 s.
- Cons.: 13,2 kWh/100 km.
- Autonomía: 228 km
- Peso: 1.059 kg.
- Precio: 17.890 euros.