Dodge Charger Scat Pack: make Dodge great again

Dodge Charger Scat Pack: make Dodge great again

El nuevo muscle car americano incorpora un seis cilindros 3.0 biturbo que desarrolla 550 CV. Con tracción total, también se puede seleccionar que toda la potencia impulse el eje trasero, “para derrapar con facilidad, hacer donuts humeantes y proporcionar la máxima emoción al volante”

El regreso del muscle car americano

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

En estos tiempos en que los dosieres de los nuevos modelos destacan su autonomía eléctrica o que la tapicería está hecha con residuos de cocotero, leer sobre el gusto por achicharrar los neumáticos nos suena a música celestial.

Y es que estamos hablando del último muscle car llegado al mercado, un estilo de deportivo americano del que ya solo sobrevive el Ford Mustang (el último Chevrolet Camaro salió de la fábrica en enero de 2024). El concepto de muscle car nació a mediados de los años 60, con coches como el Pontiac GTO, Chevrolet Chevelle, y otros algo más compactos como el Plymouth Road Runner o el Dodge Super Bee.

La nueva era del Dodge Charger


Dodge lleva muchos sosteniendo el estandarte de este tipo de coches. En diciembre de 2023 salió de la fábrica el último Challenger de tercera generación (y también el último Charger, de cuatro puertas), que llevaba en el mercado desde 2008 y se seguía vendiendo bien. Ambos estaban construidos sobre la plataforma L, estrenada por el Chrysler 300 en 2005.

Desde el fin de la producción de estos modelos se ha estado hablando de sus sustitutos, un tema polémico porque la marca anunció que el nuevo cupé sería eléctrico. ¿Un muscle car eléctrico? Eso sería como un Jack Daniel´s sin alcohol o como una doble cheese bacon vegana. Pero si hasta Ferrari se ha atrevido a lanzar un eléctrico, todo es posible.

Adiós a una era, bienvenida a otra

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

El caso es que el Charger eléctrico (llamado Charger Daytona) es una realidad. Ya está a la venta y rinde 670 CV, 120 CV más que el V6 biturbo que nos ocupa. Un periodista americano ha escrito sobre él: “parece un muscle car, se conduce como un muscle car y hasta suena como un muscle car, pero no estoy seguro de que lo sea”.

No obstante hay rumores, procedentes de los suministradores de componentes para esta versión, de que apenas se vende y que dejarán de producirlo pronto. Veremos que nos depara el futuro, pero actualmente la gama Charger está compuesta por varias versiones.

Una gama con músculo y variedad

La oferta del Charger de dos puertas está formada por el Daytona (eléctrico con 670 CV), el Scat Pack (550 CV) que ilustra este reportaje y que se lanzará en EEUU a finales de año, y el R/T (420 CV), que llegará a mediados de 2026. Estas tres mecánicas están también disponibles con la carrocería sedán de cuatro puertas. El cupé sigue siendo un coche muy grande para los estándares europeos, ya que mide 5,25 metros de largo (su antecesor, el Challenger se quedaba en poco más de 5).

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

También es anchísimo, con 2,14 metros, así que en las plazas traseras se puede viajar cómodamente, y cuenta con un enorme maletero y asientos traseros abatibles. El diseño presume de una inspiración clásica, tanto en el exterior como en el interior.

El aspecto del amenazante frontal, con la apertura ancha y estrecha donde se ocultan los faros, remite al inolvidable Charger de 1969, el mismo que conducían los “malos” a los que McQueen perseguía en su Mustang, en la película “Bullit”. Y la angulosa zaga también nos recuerda a los coches de los 70.

El alma del nuevo Sixpack

Respecto al motor, es un 3.0 seis cilindros en línea biturbo. Este concepto técnico también ha sido polémico, porque muchos consideran al V8 atmosférico una cualidad imprescindible del muscle car. Se habla de que fue una imposición de Carlos Tavares, jefe de Stellantis hasta diciembre del año pasado.

De hecho algunos ya especulan con el retorno de motor V8 Hemi, mientras otros aseguran que ese bloque no cabe en el vano motor. Esto nos recuerda a cuando Brabus metió un motor V8 en el SLK y después Mercedes les copió…


Al nuevo motor seis cilindros biturbo le han llamado “Sixpack”, una denominación clásica que en los años 70 se empleaba para los Dodge con tres carburadores de doble cuerpo. El Sixpack es una evolución del motor Hurricane, estrenado en el Grand Wagoneer en 2022 y después en la pick up RAM 1500. Las dos variantes disponibles para los Charger se denominan High Output (H.O., 550 CV, 720 Nm) y Standard Output (S.O., 420 CV, 635 Nm).

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

Este propulsor con doble árbol de levas emplea dos turbocompresores Garrett. Desde la marca destacan que el material de la turbina, Inconel 100 “se utiliza por primera vez en la industria y ofrece una resistencia excepcional a las altas temperaturas, la oxidación y la fatiga térmica, lo que lo hace ideal para soportar las condiciones extremas del funcionamiento del turbo”.

El motor Sixpack también lleva un nuevo sistema de admisión de aire de baja restricción y un sistema de escape optimizado para incrementar la potencia y el par.

También incorpora cigüeñal forjado de acero, las bielas forjadas y pistones forjados de aluminio. Como buen biturbo de nueva generación, hay mucho par disponible a cualquier régimen. El Scat Pack entrega el 88 por ciento del par máximo a 2.500 rpm, y mantiene más del 90 por ciento del par entre 3.000 y 6.000 rpm.

Si lo comparamos con el 6.4 V8 Hemi de 485 CV que llevaba el Challenger R/T Scat Pack, el nuevo motor es más potente, ofrece más par y gasta menos, pero seguro que no suena igual… El nuevo Charger Scat Pack acelera de 0 a 100 en menos de 4 segundos y alcanza 285 km/h. Para detenerlo, lleva frenos Brembo de seis pistones.

Tecnología, derrapes y control total

Todos los modelos de la gama Charger se venden con tracción total de serie, y con cambio automático de ocho velocidades. Incorpora un sistema de embrague multidisco que puede desacoplarse con solo pulsar un botón, permitiendo así que el Charger envíe el cien por cien del par a las ruedas posteriores. El diferencial autoblocante mecánico de serie era de esperar en un deportivo de este tipo, pero además incorpora un sistema tan “hooligan” como el Line Lock (de serie en el Charger Scat Pack).

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

Este permite al conductor bloquear únicamente los frenos delanteros (no los traseros) mientras desconecta los embragues del sistema de tracción total y elimina el par del eje delantero. Posibilita así el giro de las ruedas traseras para calentar los neumáticos antes de la salida (en hipotéticas pruebas de aceleración), así como realizar burnouts quemando neumáticos, con solo pulsar un botón y presionar el acelerador.

Cuenta además con control de lanzamiento seleccionable, que permite a los conductores ajustar las revoluciones por minuto según las condiciones de la superficie mientras mantienen la presión del freno, liberando toda la potencia a las cuatro ruedas en el instante en que se suelta el pedal del freno.

También ofrece al piloto cinco modos de conducción: Eco, Wet/Snow, Sport y Custom.
Como su carrocería, el diseño interior está inspirado en el Charger del 68, aunque por supuesto lleva una pantalla central de 10,25 pulgadas que puede ser de 16 como opción, e incluye conexión Apple CarPlay y Android Auto.

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack interior

Los mandos para la climatización son físicos, y como opción se puede pedir con un equipo de sonido Alpine con 18 altavoces y 914 watios. Al fin y al cabo la intensidad es lo que buscan los clientes de esta máquina, y es de agradecer que Dodge ofrezca “de serie” (en EEUU) un curso de conducción de un día en la Radford Racing School (Arizona). El Charger Scat Pack se podrá adquirir en EEUU a finales de año y en España habrá que esperar un poco más, a través del concesionario oficial Amencars.

Formato familiar y herencia clásica

Aunque a nosotros nos pueda parecer más interesante el Charger dos puertas, durante los últimos años los clientes estadounidenses compraron más Chargers que Challengers. En 2022 fueron 80.000 contra 55.000, y en 2023, 75.000 contra 44.000.

Hay que aclarar que en la gama anterior, el Challenger era el dos puertas y el Charger el de cuatro puertas, y ahora los dos se llaman Charger, ya sean con dos o con cuatro puertas.

Curiosamente el sedán es igual de largo que el cupé, nada menos que 5,25 metros de longitud. La distancia entre ejes es la misma, de 3.074 mm. Desde la marca recalcan que el cupé ofrece un interior muy amplio, y que el sedán aporta sobre todo facilidad de acceso a las plazas posteriores.

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

Para dejar a los niños en el colegio o para atracar un banco, por ejemplo. Las versiones de cuatro puertas, con las mismas mecánicas que el dos puertas, no estarán disponibles hasta mediados de 2026.

El aspecto del amenazante frontal, con la apertura ancha y estrecha donde se ocultan los faros, remite al Charger de 1969

El motor Sixpack: potencia con herencia

Respecto al 6.4 V8 Hemi (485 CV) que llevaba el Challenger, el motor “Sixpack” es más potente, con más par y gasta menos

La oferta del Charger de dos puertas está formada por el Daytona (eléctrico con 670 CV), el Scat Pack (550 CV) que ilustra este reportaje y que se lanzará en EEUU a finales de año, y el R/T (420 CV), que llegará a mediados de 2026. Estas tres mecánicas están también disponibles con la carrocería sedán de cuatro puertas.

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

El Line Lock de serie permite bloquear únicamente los frenos delanteros (no los traseros) mientras desconecta los embragues del sistema de tracción total y elimina el par del eje delantero. ¿A quien no le gusta quemar rueda?

El diseño interior está inspirado en el Charger del 68, aunque por supuesto lleva una pantalla central de 10,25 pulgadas que puede ser de 16 como opción. Interesante la posibilidad de montar un equipo de sonido Alpine con 18 altavoces y 914 watios.

Las llantas de 20 pulgadas son de serie en el Scat Pack. Aun así no parecen muy grandes, ya que el coche es enorme. Además incorpora unos potentes frenos Brembo.

Dodge Charger Scat Pack
Dodge Charger Scat Pack

El cupé sigue siendo un coche muy grande para los estándares europeos, ya que mide 5,25 metros de largo (su antecesor, el Challenger se quedaba en poco más de 5). También es anchísimo, con 2,14 metros, así que en las plazas traseras se puede viajar cómodamente, y cuenta con un enorme maletero y asientos traseros abatibles

Cuando no hay límite de presupuesto, las carrocerías de carbono llegan a los clásicos restomod. Los Porsche Singer son otro ejemplo de ello.

El legado del Mustang renace en carbono

Ford Mustang del ‘69 “full carbon” ya sabíamos que en EEUU venden carrocerías de Mustang nuevas, y todos los componentes necesarios. Lo que nos sorprende es que también la fabriquen de fibra de carbono. El especialista en restauración de muscle cars Trick Rides ha presentado su nueva creación: un Mustang de carrocería ensanchada bautizado como “Scorched”.

Ford Mustang del ‘69 “scorched"
Ford Mustang del ‘69 “scorched»

Esta exclusiva edición limitada a solo 20 unidades marca un hito, ya que el primer Mustang de 1969 fabricado íntegramente en fibra de carbono, diseñado mediante ingeniería CAD y escaneado con tecnología 3D de precisión aeroespacial.

El primer ejemplar terminado se presentará durante el SEMA Show de Las Vegas el próximo noviembre. Los futuros propietarios del Scorched podrán elegir entre tres motorizaciones: un V8 Coyote 5.0 litros sobrealimentado por VMP, un Kaase “Boss Nine” de 429 C.I. o un Ford Performance 427 C.I. V8.

Todos ellos estarán asociados a una transmisión manual Tremec T-56 de seis velocidades y un sistema de escape a medida con colectores de acero inoxidable Stainless Works y silenciadores MagnaFlow. Montado sobre un chasis Roadster Shop, el Scorched cuenta con suspensión delantera independiente con coilovers Fox, suspensión trasera de cuatro brazos paralelos y barras estabilizadoras sobredimensionadas para una mayor estabilidad.