La colección más exclusiva de superdeportivos McLaren del mundo ya tiene nuevo propietario. La venta, gestionada por el reputado especialista británico Tom Hartley Jnr, se ha cerrado con total discreción: el comprador permanece en el anonimato y el precio no ha sido revelado.
El acuerdo incluye los 20 McLaren personales de Mansour Ojjeh, todos en estado absolutamente original. Cada unidad corresponde al último chasis fabricado de su modelo respectivo, lo que convierte esta selección en una colección irrepetible. Muchos de los coches no han sido usados y conservan especificaciones de entrega, sin matricular ni registrar kilómetros.





En el corazón de este conjunto se encuentra el último McLaren F1 jamás producido, encargado por el propio Ojjeh en un color a medida llamado ‘Yquem’, rebautizado con el tiempo como el ya legendario ‘Mansour Orange’. A su lado, figuran piezas tan codiciadas como el P1 GTR, el Speedtail, varias versiones del Senna, el Sabre y el Elva, formando un conjunto sin precedentes en la historia de McLaren.
La operación no solo destaca por el valor económico. También es significativa por su planteamiento: la familia Ojjeh y Hartley decidieron mantener la colección intacta, rechazando dividirla pese a haber recibido ofertas récord solo por el F1. Su voluntad era preservar el espíritu y la integridad de un legado construido con una visión muy clara.
Una colección que encarna la visión de un pionero
Esta venta se produce pocos meses después de otro hito protagonizado también por Hartley: la adquisición de la colección de 69 monoplazas de Fórmula 1 de Bernie Ecclestone por parte de Mark Mateschitz, hijo del cofundador de Red Bull. Al igual que entonces, la discreción ha sido total y el respeto por la historia, absoluto.

Más allá de su valor como coleccionista, esta selección de McLaren representa una parte fundamental de la identidad de Mansour Ojjeh. Empresario saudí-francés y figura clave en la evolución moderna de McLaren, fue el alma detrás de grandes decisiones. En 1984, a través de TAG, financió los motores TAG-Porsche que impulsaron a McLaren a lo más alto. Su influencia fue vital para que la escudería conquistara siete títulos de Constructores y diez de Pilotos, además de liderar la expansión hacia la creación de McLaren Automotive y McLaren Applied Technologies.
Su pasión por el automóvil iba más allá de la competición. En su juventud ya conducía un Lamborghini Countach y un Rolls-Royce Corniche por las calles de Norteamérica. Con el tiempo reunió una colección Ferrari de categoría mundial, que incluyó iconos como el 250 California Spyder y el 288 GTO. Pero no se conformó con poseer coches legendarios: quería crear uno propio.


Ese sueño empezó a materializarse tras el Gran Premio de Italia de 1988, durante un vuelo retrasado que compartió con Ron Dennis y Gordon Murray. De esa conversación surgió la idea del McLaren F1, aún considerado por muchos como el mejor coche de calle jamás construido. Mansour Ojjeh fue perfeccionista hasta el final. Nunca recortó un solo detalle. Lo que construyó con McLaren fue mucho más que un coche: fue una declaración de principios.
Una venta pensada para preservar la esencia
El cierre de esta venta, confiada a Tom Hartley Jnr, representa la culminación de esa visión. Para Hartley, ha sido más que una transacción: ha sido “una transferencia respetuosa de un legado”. Su misión no era simplemente colocar vehículos exclusivos en el mercado, sino proteger el significado de una colección tejida con coherencia, excelencia y pasión.

Con esta operación, Hartley reafirma su papel como referente global en la compraventa de automóviles de colección. En 2024, su empresa superó los 400 millones de dólares en ventas y fue distinguida con el Queen’s Award for International Trade, uno de los máximos reconocimientos empresariales del Reino Unido.
Ahora, la colección McLaren de Mansour Ojjeh seguirá existiendo como un conjunto indivisible. No solo como testimonio de la excelencia automovilística, sino como expresión de la vida, el gusto y el legado de un hombre que dejó una marca imborrable en la historia del automóvil.
Un legado intacto para las generaciones futuras
Más allá del valor material, esta operación preserva algo mucho más profundo. La colección no se ha dispersado, ni se ha reducido a una inversión.
Permanece intacta, como Mansour Ojjeh la concibió, y eso convierte esta historia en algo excepcional. No solo por lo que representa para los entusiastas de McLaren, sino por lo que significa para la memoria de un hombre que redefinió el lujo, la tecnología y la excelencia en el automóvil contemporáneo.