Tradicionalmente en los talleres se han temido sobre todo los problemas eléctricos, porque a veces son muy difíciles de solucionar. Pero el mundo marcha hacia una complejidad tecnológica extrema, y el automóvil no se queda atrás. Cuando un potencial cliente se acerca al concesionario para conocer el nuevo Bentley Bentayga se fijará en las ruedas, en la carrocería, en el lujoso interior o en el motor, pero nunca de un sistema eléctrico de múltiples ramificaciones que pesa más de 100 kilos.

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El nuevo todoterreno inglés va plagado de equipamiento electrónico, desde sensores y radar a cámara de visión nocturna, el sistema de control para las barras estabilizadoras, por no mencionar las luces ambientales o incluso el refrigerador para el champán. Conseguir que muchos de estos elementos trabajen conectados no es tarea fácil. “Hoy en día somos más proveedores de software que proveedores de vehículos”, afirma Peter Guest, director de la línea de producción del Bentayga, quien ha llevado la arquitectura eléctrica de este todocamino desde su fase de prototipo hasta la producción. “Desarrollar un vehículo moderno solía ser una tarea mecánica con apoyo eléctrico, y ahora es casi al revés”.
COMO UN SISTEMA NERVIOSO
Ciertamente es un trabajo tan complejo como parece. Cada sistema de control del coche lleva su propia centralita, cada una de las cuales está conectada con otras para compartir una enorme cantidad de información. Desde el control climático a la velocidad del motor, y con todo lo imaginable entre medias. Para complicar aún más la logística, cada centralita lleva un código específico de cada coche por seguridad. “Es como 100 veces un iPhone en términos de controles logísticos de software”, dice Guest.
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“Esto nunca va a ser simple, y gran parte de la tarea es estar seguros de que todo va a funcionar con fiabilidad. No es tanto un test de hardware como de software. Las centralitas son increíblemente robustas, no fallan, lo difícil es mantener a todas ellas en contacto”. Su precio básico en España es de 241.000 euros, a los que habrá que sumar las opciones, la mayoría de las cuales requerirán conexión eléctrica de una u otra manera.
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