Oficialmente el Bugatti Divo no se llama Chiron, pero evidentemente es una evolución de este modelo. La potencia de 1.500 CV permanece sin cambios pero hay muchas novedades que afecta a la estética y al comportamiento. Solo se fabricarán cuarenta unidades, a cinco millones de euros cada una.
Stephan Winkelmann fue durante muchos años presidente de Lamborghini, y luego dirigió también la división Audi Sport. Desde hace poco está al mando de Bugatti, y estas son las palabras que ha dedicado al nuevo Divo: “ofrece prestaciones significativamente superiores en términos de aceleración lateral, agilidad y eficacia en curvas. El Divo está hecho para las curvas”.
El Veyron y su evolución, el Chiron, siempre han sido referencias en cuanto a prestaciones siderales (sobre todo en rectas), exclusividad y calidad. Pero también en polivalencia, en el sentido de que si el propietario quiere, se pueden conducir con la seguridad y comodidad de un Bentley. Pero muchos puristas achacan al Chiron que su elevado peso (inevitable teniendo en cuenta que lleva un motor W16 con cuatro turbos y tracción total) no le permite ser un verdadero aparato de circuitos. El Bugatti Divo es una respuesta a estos requerimientos, y también una bonita manera de hacer negocio vendiendo cuarenta coches a cinco millones cada uno. Debe su nombre a Albert Divo, el piloto francés que, entre otras pruebas, ganó el GP de España en el Autódromo de Sitges en 1924 y la Targa Florio con Bugatti Type 35B en 1928 y 1929.
En cuanto al peso han logrado rebajar 35 kilos, una cifra que puede parecer discreta pero que no ha sido fácil de lograr. Han tenido que montar llantas más ligeras, reducir el material aislante o incluir un sistema de sonido menos pesado. En todo caso en la información oficial no dan su peso definitivo porque no ha sido homologado aún. Es aún más importante el aumento en el downforce (apoyo aerodinámico), 90 kg. más que en el Chiron, un total de 456 kg., aunque no especifican a qué velocidad. La aceleración lateral llega a 1,6 g y la velocidad máxima está limitada a 380 km/h. Puede parecer una broma, pero esto hace que sea más lento en recta que el Chiron. La aceleración será como en el Chiron, unos 2,5 seg para pasar de 0 a 100 km/h. En las pruebas en el circuito de Nardo (Italia), que no es una pista normal sino un círculo de 12 km, el Bugatti Divo ha sido ocho segundos más rápido que el Chiron.
Como es tradición en Bugatti, antes de presentarlo a los medios de comunicación, enseñaron en Divo a un selecto grupo de clientes de Veyron y Chiron, todos mileuristas… Esto nos recuerda a lo que dijo una vez el anterior presidente de Bugatti, Wolfang Dürheimer, sobre que sus clientes tenían de media unos 70 coches. Hay quien tiene varios Veyron y Chiron, y como era de esperar, los cuarenta Bugatti Divo disponibles fueron comprados al instante por esos millonarios que fueron convocados a verlo.
Sin duda su estética, claramente diferenciada del Chiron, ha gustado a los coleccionistas. El nuevo frontal, con las luces LED diurnas, le otorgan un aspecto impresionante. El Divo, como el Veyron y el Chiron, emplea un monocasco central de fibra de carbono sobre el que van los componentes mecánicos y la carrocería, también de carbono. Por lo tanto emplear una carrocería de nuevo diseño no es complicado técnicamente. El Divo también se distingue por un nuevo alerón ajustable que, como en el Veyron y el Chiron, puede actuar de aerofreno. También es muy característico es aspecto trasero, con unas llamativas y complejas ópticas.
En cuanto a esta nueva estética la marca destaca que es, en cierto modo, una vuelta a los tiempos dorados de los años 20 o 30 en el que cada carrocero tenía una carrocería diferente para los modelos Bugatti. El color exterior del Bugatti Divo se llama Titanium Liquid Silver y es específico para este modelo. Suponemos que si un cliente quiere un color especial, siempre se puede solucionar a base de sumar ceros a la factura final.
Más como anécdota que como información, es divertido recordar que el consumo medio homologado para el Divo es de 22,5 litros, y de 35,2 litros en ciudad. Y gas a fondo, el depósito volará en mucho menos de lo que imaginas.