Probamos el Alpine A110 original
Probamos el Alpine A110 original, 7 años después de su lanzamiento, y coincidiendo con los últimos meses de producción de este icónico modelo. Pocas cosas han cambiado en este tiempo, especialmente su gran capacidad de ofrecer diversión al volante. El A110 sigue brillando con luz propia, y esta es la última oportunidad para adquirirlo nuevo.

Cuando un coche está bien logrado, el hecho de que durante años no evolucione es la confirmación de que el trabajo estuvo bien hecho desde un buen principio. Este es para mi el ejemplo del A110 actual, el modelo con el que nació esta marca deportiva de Renault haciendo honor al nombre del mítico modelo de la marca, el A110 de los años 60/70.
Un acierto total sobre todo por lo bien lograda de la reinterpretación de un coche que marcó época, sobre todo en el mundo de los rallyes. Para los que nunca han visto uno de cerca, el A110 era un modelo de tamaño muy reducido, con un motor pequeño, carrocería de fibra que lo hacía extremadamente ligero.
Con motor central y tracción trasera, su agilidad fue legendaria, siendo capaz de batir coches mucho más potentes, pero también más pesados. La clave no era pues la potencia, que en el modelo original empezaba en 55CV, sino el peso que era de apenas 600 kg.

La esencia del A110 moderno
Salvando las diferencias, el A110 actual es obviamente mayor y más pesado que su “padre”, aunque mantiene la estética inconfundible y también la esencia. De tal palo, tal astilla. Su ligereza en el contexto actual, -con un peso alrededor de los 1100kg-, en conjunción con su motor central de 1.8T y 252 CV (en el modelo de acceso) unido a una caja automática de 7 relaciones y levas en el volante, hacen de este coche un verdadero juguete.
Ligero, ágil, con un carácter marcadamente deportivo, el A110 es un coche muy divertido de conducir y a la vez con un comportamiento equilibrado. La suspensión se muestra lo suficientemente cómoda, algo que contrasta con la estabilidad más que notable que muestra el chasis.
La frenada es más que correcta, y la aceleración, respetable. Bebe de la famosa filosofía de “no me dobles la potencia, divídeme el peso”. En consecuencia, lo más destacable es de nuevo su agilidad, que se traduce en una buena dosis de placer tras el volante.
Un deportivo único en extinción

Sí, el Alpine A110 sigue siendo un coche muy divertido. Pensado para satisfacer a los amantes de la conducción. Sin demasiados adornos tecnológicos ni extras innecesarios. El protagonismo se lo llevan las sensaciones por encima del resto, un rara avis en el contexto actual.
De hecho estamos ante uno de los últimos deportivos biplaza de estas características. Un deportivo de tamaño contenido, ligero y sin hibridar. Por desgracia como todo en la vida, tiene fecha de caducidad. Y en este caso esa fecha es finales de 2025. Porque en efecto, a finales de este año termina la producción del Alpine A110 después de casi 8 años de producción.
El sustituto llegará en 2026, también será un deportivo, pero como era de imaginar, será 100% eléctrico. No será lo mismo, será otra cosa.

No digo ni mejor ni peor porque no puedo opinar sobre lo que no conozco. Sólo puedo decir que el A110 actual me ha proporcionado sonrisas y alegría al llevarlo de paseo por carreteras de montaña, algo que siempre espero de un buen juguete.
En este último año de producción, la gama A110 es la más completa que ha habido jamás. Además, sus opciones de personalización son casi inacabables gracias al concepto de Atelier Alpine.
Más allá de la versión de acceso, la que he disfrutado estos días, en la gama actual también encontramos la versión GTS, con 300CV y un sinfín de configuraciones a nivel de acabado, el R, también de 300CV pero con una configuración mucho más racing y especificaciones de circuito, y el tope de gama, el R Ultimate, con 345CV y edición limitada.
Precios y despedida del A110

Los precios del Alpine A110 empiezan en 70.000€ con el modelo de acceso, y con las versiones más exclusivas nos podemos ir hasta superar los 130.000€.
Es dinero, por supuesto, pero ¿qué precio tiene la diversión ofrecida por un deportivo de combustión puro en una época en que ya cada vez quedan menos? Yo, con toda mi tristeza, me despido de este A110, a la espera del futuro sustituto eléctrico que esperemos sea igual de atractivo. Al fin y al cabo, ahora que lo recuerdo, durante años jugué con un A110 de Scalextric que era de mi padre. Era eléctrico, y oye, ya ofrecía bastante diversión.








