Volvo ha abandonado sus motores de cinco cilindros a favor de bloques de cuatro con menor consumo homologado, y el XC90 ya ofrece versión híbrida, que llegará a finales de este año con 400 CV. Cuesta 64.376 euros y está bien equipado para este segmento. El BMW aparece con la versión 25d que es la más modesta de la gama con sus 218 CV, eso sí, el pack M hace que el diseño sea muy atractivo y que augure mayores prestaciones. Se ofrece con tracción trasera o 4×4 y con 5 o 7 plazas, y el 4×4 de 7 plazas tiene un precio de 64.299 euros. El pack M sale por 8.300 euros e incluye kit de carrocería, llantas de 19 pulgadas, interior deportivo y suspensión regulable. El Range Rover aparece con su motor diésel “pequeño”, y aún así tiene seis cilindros y cubica tres litros, 258 CV, suspensión neumática. Es el único con verdaderas capacidades todoterreno, ya que cuenta con el sistema Terrain Response y suspensión de altura variable. El Range Sport sale por 68.700 euros, en la versión de 7 plazas por 76.270 euros y, en este HSE, por 83.570 euros.
El interior del Range Rover es el más lujoso, y más en esta versión equipada a tope, con un montón de cuero. La pantalla central táctil es la más pequeña del grupo y la imagen que muestra de las cámaras perimétricas podría tener más calidad.En el interior del Volvo la pantalla central agrupa todas las funciones. Aún así, parece que a la pantalla le falta algo de desarrollo final, y es que sus menús se pueden mejorar. Por fuera, Volvo ha querido mostrar una imagen muy masculina, y el Volvo XC90 no esconde su tamaño ni sus pretensiones. En el interior del X5 la pantalla, grande pero no táctil.
La entrada a la curva del Volvo XC90 no es muy precisa y no es especialmente veloz. La opción de 2.704 euros de la suspensión neumática nos parece muy adecuada. A pesar de su anchura, el XC90 se maneja con sencillez incluso en ciudad, donde su dirección es suave y la aceleración correcta. El motor V6 tiene una franja de potencia menos amplia que el cuatro cilindros y, pese a su suavidad hace que el Sport no se sienta muy cómodo en ciudad. El BMW es el menos potente y pesa algo más que el Volvo pero es el más ágil, el que menos consume y en carretera va de miedo. Sus dos rivales no pueden acercarse al rendimiento del BMW, además, si pulsamos el modo “Sport” las dos toneladas vuelan, mejorando la respuesta del motor y haciendo que el comportamiento en curva sea más preciso.
El Range Rover Sport termina tercero pero es la única elección del grupo si tenemos que salir habitualmente del asfalto. Es el más caro, por su sistema de tracción y porque apuesta claramente por el lujo sin contemplaciones. El segundo es el Volvo XC90, con un exterior que cautiva con una gran discreción, un interior amplísimo, el mayor despliegue de sistemas de seguridad y un precio competitivo. Y el ganador es el BMW X5. Su excelente mecánica se combina con un diseño discreto pero eficaz, un espacio interior muy amplio, buen equipamiento, el consumo más bajo, la mayor diversión al volante y una tarifa muy competitiva.