Tras el parón invernal, da gusto volver al «tajo». En esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de acompañar a Toyota en la prueba del Toyota Rav4 por la zona de Altea. Con un tramo de pistas rápidas y rotas para que pudiéramos probar a discreción el sistema de suspensión, la rigidez del chasis y vibraciones, otro de autopista para ver su comodidad y otro de curvas muy reviradas por montaña para ver su estabilidad en curva, agarre y frenado. Con toda esta variedad de carreteras, pudimos ver en detalle como es el coche.
Nada más llegar al aeropuerto de El Altet en Alicante, vemos una hilera casi interminable de Toyotas perfectamente aparcados. Nos entregan las llaves del Nº14, que resulta ser la versión 2×4 en color negro. Lo primero que vemos es que parece (aún no tenemos la altura oficial) más alto que la generación previa (este es un restyling de la 4ª Generación).
También notamos que el acabado interior es bastante más refinado, con una especie de tela que forra algunas zonas del salpicadero y que es muy similar al cuero de Alcántara, en cuanto a su tacto, además otras zonas están revestidas en cuero.
Comienzo yo conduciendo. Lo primero de lo que me doy cuenta al sentarme en asiento es que es bastante cómodo, pero eso hay que decidirlo más tarde, cuando llevemos unas horas conduciendo. También se nota que los mandos de este híbrido son similares a los del resto de la gama Toyota Hybrid. El volante es lógicamente un poco más grande, pero se agradece la uniformidad en los diferentes modelos, ya que al ser un sistema más complejo (el de cualquier híbrido del mercado) a la hora de conseguir hacer una conducción eficiente, puedes pasar de un Auris a un Yaris, de ahí a un Prius, y después a un Rav4 sin tener que aprenderte los botones ni adaptar tu tacto al acelerador o al freno.
Nos adentramos en una carretera con muchas curvas, vamos dirección al punto intermedio de la ruta y esta primera parte tiene unos 87 Km. Notamos en coche ligeramente más blando que el anterior, pero esto cobrará sentido durante las pistas rotas de después. Por ahora lo que vemos es que el coche va muy bien, se defiende con mucha dignidad en una carretera que parece sacada del sueño erótico de algún Supra. En teoría debería conducir yo hasta el punto intermedio, pero preferimos cambiar cada 10/15 Km para que ambos podamos probar el coche en diferentes asfaltos y zonas.
Mi compañero se pone al volante, yo de copiloto. Gracias a los GPS el copiloto no tiene por qué preocuparse por indicar la dirección, lo que nos viene muy bien para «cotillear» como niños pequeños todos los recovecos, guanteras, botones, palancas, modos y posiciones que tenga el coche. Y así fue, para empezar el ordenador de abordo es como el que ya pude probar en el Auris Hybrid durante las 24 horas de Toyota. Es fácil y muy, MUY intuitivo.
Hay una cosa que personalmente agradezco muchísimo en un sistema GPS, y que si soy sincero, para mi es algo con lo que un coche se gana unos «mini-puntos», es que a la hora de escribir una dirección, el teclado funcione de maravilla, sea rápido, y además, no te quite letras según escribes, con lo que en un abrir y cerrar de ojos tengas tu destino listo. Acabo de describir cómo es el GPS del Toyota Rav4.
Los siguientes kilómetros hasta después de la mitad del recorrido son un poco más de lo mismo, nos sirven para reafirmar nuestras opiniones sobre el vehículo. Pero después del ecuador de la ruta llega lo que estaba esperando desde que supe que iba a probar este coche. Caminos. No puedo mentir, soy un forofo de los 4×4, si por mí fuera, volvería traer a nuestro mercado los Broncos de Ford, los Isuzu Trooper, el Land Rover Defender…Podría seguir pero vamos a lo nuestro. Esta parte la esperaba con muchas ganas, y cuando llegó ya tenía en mente qué quería hacer con el coche.
Paramos al comienzo del camino, nos dan indicaciones del estado de la calzada y del tipo de terreno, y salimos. Ahí es donde pudimos ver que la suspensión esta algo más orientada a los caminos que antes, el coche se come los baches bastante bien, incluso si te pasas de rosca un poco, el agarre es formidable y los balanceos son suaves, es cómodo y agradable. Pero no me he quedado a gusto, un camino me sabe a poco y quiero poder ver algo con más acción, así que aprovechando que nos hemos juntado con otro Rav4 (en este caso la versión 4×4) que lo llevaban dos miembros de Toyota, apartamos unos conos y nos salimos a hacer un poco “fuera de pista” con la excusa de las fotos. Ahí ya me terminó de convencer. Pasando por los matojos, se nota que la altura libre al suelo del coche es aceptable, y la extensión de la amortiguación va sobrada para mantener las 4 ruedas siempre en el suelo y por ende, no perder tracción. Puedo decir que me ha convencido.
Al día siguiente, nos toca salir con la versión AWD (4×4) del Toyota Rav4, la ruta esta vez no tiene campo, (lo que es una pena, porque nos hubiera gustado pasar por el mismo tramo de camino para comparar) pero sí una carretera que deja a la de ayer en mal lugar. Por lo que pudimos notar en la conducción de este coche, el motor es más que suficiente para proporcionar unas buenas aceleraciones y unas recuperaciones que muy aceptables, no podemos olvidarnos que estamos hablando de un SUV Compacto, no es un deportivo, pero tiene 197CV que hacen que pueda darte muchas alegrías en carreteras, caminos y pistas. Lo cierto es que es un coche que tiene su encanto, y no todos los días puedes disfrutar de casi 200 caballos con un gasto de 4,9 litros a los 100km.
Las especificaciones técnicas y datos en profundidad se podrán leer en la proxima revista impresa