Top 10: coches sobremotorizados

Muchos automóviles legendarios nacieron cuando alguien se preguntó: “¿y si le metemos el motor del…?” Aquí te traemos unos cuantos ejemplos de coches sobremotorizados.

Shelby Cobra (1962)

 

La firma AC montaba en su modelo Ace un motor Bristol, y cuando dejó de fabricarse comenzaron a usar el seis cilindros del Ford Zephyr. Carroll Shelby llamó a AC y les preguntó si estarían interesados en montar un V8 Ford en el Ace. El Cobra nació con los bastidores y carrocerías que llegaban de Inglaterra. En California les instalaban la mecánica y se vendían como Shelby Cobra.

Fiat “Mefistofele” (1924)

En los comienzos del automovilismo toda la potencia se lograba a base de cilindrada, y varios fabricantes montaron motores de avión. Este Fiat SB4 de 1908 fue modificado para batir récords de velocidad. Se alargó con piezas de un autobús y le montaron un seis cilindros en línea de 21.706 cc, con 320 CV.

BMW M5 E28 (1984)

 

El deportivo más exótico de BMW es el M1, que estrenó el M88 de seis cilindros en línea con 272 CV. Más tarde ese motor con inyección electrónica (M88/2) se usó en la Serie 5 dando lugar al primer M5, el pionero de la saga de super-berlinas. Ese primero, el E28, es el más escaso y cotizado de los M5.

Mercedes 300 SEL 6.3 (1968)

El impresionante Mercedes 600 de 1964 demostró la supremacía técnica de Mercedes-Benz. Llevaba un motor 6.3 V8 (M100) de 250 CV, una potencia enorme para la época, que después fue montada en la Clase S. Así nació esta versión, equivalente a los AMG actuales. Con la siguiente generación llegó el 450 SEL 6.9.

Lancia Thema 8.32 (1986)

Entonces la marca italiana estaba muy fuerte y decidieron meter al Thema el V8 del Ferrari 308. Transmitía 215 CV a las ruedas delanteras y el alerón trasero ascendía según la velocidad. Costaba 6,5 millones de pesetas, y en España fue muy conocido porque en uno de ellos se mató el jugador de baloncesto Fernando Martín.

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Así acabó el Lancia 8.32 en el que el célebre deportista perdió la vida, al salirse de la M-30 madrileña.

Porsche 914/8 (1969)

Lo normal era el 914 de cuatro cilindros o el 914/6 con el motor bóxer de seis cilindros. El 914/8 fue un regalo para Ferry Porsche de sus trabajadores. En lugar del boxer de 4 ó 6 cilndros, le instalaron un 8 cilindros del 908, y hoy aquel coche único se expone en el museo Porsche. El jefe del departamento de competición era Ferdinand Piëch, hasta hace poco líder del Grupo VW.

A1 Quattro (2012)

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Para el A1 más extremo y caro (sólo 333 unidades) optaron por el 2 litros turbo que lleva el TTS, rebajado a 256 CV por las modificaciones en la admisión y el escape. También tomaron del TTS el eje trasero (aunque con menos vía) y el sistema de tracción total. Por supuesto, era bastante más rápido que el Audi Quattro original.

Brabus 800 V12 (2011)

En este repaso no podíamos olvidarnos de Brabus y sus coches sobremotorizados, cuyos ingenieros se adelantaron a la propia Mercedes a la hora de acoplar el V8 en el SLK o el V12 en la Clase G. Otra excentricidad de la firma germana son los Clase E V12 biturbo, aunque ahora no lo ofrecen en la gama.

Fiat 500 V12 (2012)

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No pasará a la historia pero es uno de esos excesos que tanto nos gustan. Lo hicieron en 2012 los italianos de Oemmendi con un motor Lamborghini V12, y lógicamente apenas se mantiene la carrocería del modelo original. También han hecho algún invento de este tipo con un motor Ferrari V8.

Lotus Cortina (1963)

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Colin Chapman (fundador de Lotus) encargó una evolución del motor Kent de Ford. Keith Duckworth, fundador de Cosworth, trabajó en el proyecto. La mecánica de 1.5 litros se estrenó en un monoplaza y luego en el Ford Cortina, transformando su carácter al ser uno de esos coches sobremotorizados.