Es la naturaleza particular del cambio de marchas lo que hoy importa. Porque es un cambio manual real, conectado con metal auténtico a la rareza de un motor V12, convenientemente envuelto en una carrocería a medida y disponible por la módica suma de entre 1,5 y 2 millones de euros. Eso sin contar las muchas opciones de personalización que le podemos añadir. Con la caja manual con pomo de madera, Aston Martin deja muy claro que extraña esos pequeños detalles del pasado.
Para celebrar su 110 aniversario, Aston Martin presentó un exclusivo modelo y Lawrence Stroll, Executive Chairman de la marca, declaró durante su presentación: “El Valour es un homenaje a la pasión de Aston Martin por la conducción y a su extraordinario legado, pero también es un símbolo de la vibrante y revitalizada marca actual. Como un icono moderno que fusiona el carácter clásico con la ejecución contemporánea, el Valour captura la esencia de la emoción y la exclusividad que definen a esta histórica marca automovilística. Como muestra de nuestras capacidades de diseño, ingeniería y fabricación de primera clase, el Valour es una prueba más de la posición de Aston Martin como campeón de automovilismo y fabricante de los coches de ultra lujo y altas prestaciones más excitantes, exclusivos y deseados del mundo”.
Solo se producirán 110 unidades del Valour y, como suele suceder con estas ediciones limitadas, están todas vendidas. Basado en el anterior Vantage, el Valour tiene el V12 biturbo de ese coche y, de hecho, el del DBS, solo que esta vez con 15 CV más de potencia gracias a un trabajo de recalibración. Mantiene la tracción trasera pero recibe un nuevo escape de acero inoxidable con triple salida montado en el centro, con un grosor de pared de 1 mm para hacerlo sonar más nítido y ahorrar peso.
Otros cambios incluyen una dirección y ajuste de amortiguadores únicos, y hay una mayor rigidez torsional gracias al refuerzo del tanque de combustible y a los paneles de corte reingenierizados en la parte delantera y trasera. Mucho de esto se ha aprendido del V12 Vantage, pero con un toque único para el Valour.
Conducirlo es un mágico recordatorio de cuán tradicional es este coche en esencia. Algo que desde la propia marca nos confirman que es deliberado. La forma en que los controles responden a tus entradas y el ruido del V12… todo ello combinado convierte al Valour en una experiencia multisensorial. Hay suficiente potencia para hacerlo saltar bajo aceleración total, pero el rugido de los 12 cilindros no se vuelve abrumador. No es un motor exigente.
Los turbos comienzan a despertar a partir de las 2.000 revoluciones y se ponen interesantes a partir de las 3.000 rpm, por lo que es fácil engranar la sexta marcha y dejar que el par haga el trabajo. No hay coincidencia de revoluciones al reducir marchas, en su lugar, se requiere el uso del punta tacón, maniobra sencilla gracias al espaciado extra de los pedales.
Y aunque 705 CV es una gran cantidad de potencia, hoy en día muchos vehículos eléctricos ofrecen cifras de rendimiento similares. Lo que esos coches eléctricos no pueden igualar es la imponencia del Aston, cuyas diversas partes se combinan para trascender las estadísticas del papel. Piensa en el Renacimiento, no en Silicon Valley.
El exterior es sumamente deportivo con motor delantero, cortos voladizos y postura firme. El diseño es un claro guiño a modelos pasados, con detalles como la parrilla que rinde homenaje a los gloriosos predecesores del Valour. Tiene conductos NACA en el capó para refrigerar el motor, faros Led redondos de inspiración clásica y llantas de aluminio forjado de 21 pulgadas de diámetro. Los neumáticos Michelin Pilot Sport 5 S tienen medidas 275/35 para delante y 325/30 para detrás.
El panel trasero es imposible de ignorar y le da ese toque característico retro de los años 70. Para ver hacia atrás, tiene una cámara perfectamente incorporada en el carbono. El interior también ha sido actualizado, pero los fundamentos siguen siendo clásicos, asi que olvídate de sistemas de infoentretenimiento de última generación. Me recuerda a los coches de carreras históricos, con un suave balanceo en las caderas al girar, que te da una sensación de movimiento sin ser alarmante.
Está equilibrado, con cada sistema complementando al siguiente. La caja de cambios tiene un recorrido más largo que la fina caja manual del Honda Civic Type R, pero eso no es algo malo, ya que da tiempo a que los turbos entren en acción antes de que necesites la siguiente marcha.
El Valour no es líder en su clase en ninguna área específica. La dirección asistida eléctricamente no puede competir con la sensación de un McLaren y la suspensión carece del equilibrio sofisticado entre confort y manejo que ofrecen los amortiguadores modernos de doble válvula. Pero la suma de las partes es absolutamente sensacional y siempre estaría en la lista de candidatos de nuestro garaje soñado