En Škoda quieren distinguirse del Grupo Volkswagen, y CAR ha hablado con los encargados de marcar el rumbo en el futuro. El Vision S estrena el nuevo lenguaje de diseño de Škoda, denominado Modern Solid. “Nuestros clientes principales quieren un diseño robusto y resistente, pero con un toque moderno”, nos cuenta el jefe de diseño Oliver Stefani. “Antes un coche robusto podía ser un Mercedes Clase G, un Land Rover Defender o un Suzuki Jimny. Nuestro trabajo consiste en agregar e incorporar más soluciones familiares y toques auténticos que nos hagan muy reconocibles”.
Este prototipo apunta al que se convertirá en el sustituto del Kodiaq de siete asientos, que llegará a mediados de la presente década. Será entonces cuando la gama de vehículos eléctricos esté mucho más definida. “Gracias a su batería de 89 kWh, el Vision 7S ofrece un alcance de más de 600 km y es capaz de cargarse rápidamente en una toma de 200 kW”, nos dijo Johannes Neft, miembro de la junta de I+D. Por su parte, el nuevo CEO de Škoda, Klaus Zellmer, tiene la difícil misión de reposicionar la marca: “Ya somos una firma práctica, pragmática y accesible, pero en los próximos cinco años llevaremos a Škoda al siguiente nivel. Debemos seguir innovando para mantener un lugar distintivo dentro del Grupo VW, pero seguiremos siendo conocidos por la funcionalidad, nuestras soluciones inteligentes y la excelente relación calidad-precio”. En un sector tan cambiante, era inevitable que la marca se actualizara. “Hace treinta años, Škoda era conservadora, luego perseguía a compradores inteligentes y ahora atrae a los exploradores contemporáneos”, nos explicó el jefe de marketing Martin Jahn. “Nuestra nueva insignia verde esmeralda es más moderna y funciona mejor en dos dimensiones. Es el mayor cambio desde que Volkswagen adquirió la marca hace tres décadas”.