La mañana se tornaba nublada y con una lluvia ligera, pero con las carreteras limpias de nieve y secas casi en su totalidad, aunque los arcenes no existían por la nieve acumulada de las quitanieves. Tocaba disfrutar del paisaje con una conducción relajada en esta ocasión.
La 6to6 Ruta Norte daba comienzo en un lugar emblemático de la denominada Rioja Alavesa, una tierra de vinos y gastronomía de primera categoría. Más concretamente en las bodegas de Marqués de Riscal. Con el hotel de 5 estrellas diseñado por Frank Gery como testigo, comenzaban a llegar los sixters para disfrutar de la primera ruta de 6to6 por estas tierras. Nos alegraba ver a fieles ya en estos eventos, como el imponente BMW M3 con preparación G-Power de 600 CV. Pero lo mejor, mucha gente nueva, de la zona, como un precioso Lotus Évora, un Mercedes 190 Evo y varios Porsche, o un Maserati Gran Turismo MC.
Al desayuno obligado le siguió el briefing que anunciaba la visita a las bodegas. Los sixters puedieron visitar unas bodegas que comenzaron la producción en 1862, y hoy representan la élite de la cultura vinícola en España y fuera de ella. Allí en sus bodegas contemplamos las barricas, algunas con más de 100 años, en las que se macera tan preciados caldos. Se nos permitió incluso ver la zona donde se guarda la colección privada de vinos de Marqués de Riscal, una sala con 14º y un 80% de humedad todo el año, en la que se guardan todas las añadas de cada año desde el origen de la bodega. Tras esto nos dieron paso a la zona en la que se elaboraban los denominados vinos premium, una selección de uvas de las mejores viñas y que recibían un tratamiento exquisito. Como exquisito fue la cata posterior de uno de sus gran reserva. No entiendo mucho de vinos, soy más de V12, pero este vino de Marqués de Riscal era el Lamborghini de los vinos.
Con un par de botellas en el maletero y buen sabor de boca, los sixters iniciaban la 6to6 Ruta Norte. Debido a nuestro utilitario alemán, fuimos el coche escoba de la comitiva de 42 coches. En un stop antes de llegar al Mirador de la Rioja, una furgoneta se cuela delante del Mercedes Evo que iba dos coches por delante. Esto supuso la perdida del resto de la serpiente de coches. Durante cinco kilómetros de puerto de montaña no pudimos adelantar ni el Evo, ni el Corvette Z06, ni el CLK AMG que iban detrás, ni por supuesto nosotros. Por fin lo logramos en una recta pero ya era demasiado tarde, ni rastro del resto del grupo. Pasados unos kilómetros mi copiloto y fotógrafo David Photocars me dice que nos hemos equivocado de dirección, atravesamos un pueblo que debimos dejar a un lado. El conductor del Mercedes no parece ser consciente del error, así que decidimos seguir en solitario al siguiente pueblo para retomar el route-book.
Tras una hora de conducción por carreteras de ensueño y paisajes impresionantes, en un pueblo nos topamos con el SL 63 AMG y el Lamborghini Hurcán, así que nos ponemos a su par. Pero en un cruce, pensando que ellos también iban mal, nos detenemos y les perdemos, así que otra media hora solos atravesando la Rioja Alavesa. La 6to6 Ruta Norte no ha empezado bien para nosotros y algún que otro sixter. De pronto en la lejanía vemos una silueta baja, blanca y ahí estaba, un toro solitario surcando las curvas. El Huracán había perdido al Mercedes SL rodando más lento y con ello, había salvado nuestro día. Su motor V10 de 610 CV producía una música celestial en los valles que atravesábamos. La estampa, atravesando aquellas carreteras, era de película, con cada petardeo al levantar el pie nos crecía la sonrisa. Varios kilómetros más tarde nos topamos con una caravana de coches. Habíamos alcanzado al resto de la ruta antes del único reagrupamiento antes de entrar a la capital del País Vasco. Allí, en Vitoria, los sixters dejaron descansar a sus máquinas durante la comida y para disfrute de los paisanos. El restaurante el Portalón nos devolvió la energía con un menú de los que sólo encuentras en el norte de España, que culminó con un chuletón a la brasa digno de los dioses.
Con el estómago lleno y las pilas cargadas la ruta continuó por la vía rápida hasta Haro, famoso por sus vinos y sus pintxos. 10 horas después del inicio de la 6to6 Ruta Norte todo llegaba a su inevitable final. Los sixters aparcaron sus monturas y dieron paso a una ruta de pintxos por la ciudad, que estaba en plena tamborrada, no sabemos si por nuestra llegada o la de la inminente Semana Santa. No somos santos, pero si es casi un milagro poder congregar tan buena gente y tan buenos deportivos en una ruta en la que no falta de nada, conducción, paisajes y gastronomía. Es la primera de seguro muchas ediciones más en esta hermosa tierra.