Si usted siguió por televisión a última edición de las 24 Horas de Le Mans (14-15 de junio), pudo ver en el box de Porsche Penske Motorsport al gran Roger Penske (Ohio, 1937). Allí estaba el veterano piloto y empresario, vibrando con el equipo en cada adelantamiento que lograban sus pilotos. No lograron la victoria pero acabaron en segunda posición, a solo 14 segundos del Ferrari ganador, tras 24 Horas de conducción al límite.

Roger Penske: el estratega detrás del éxito de Porsche y Sunoco en Le Mans
La marca de Stuttgart eligió al equipo americano como socio cuando, en 2023, volvieron a la máxima categoría de las carreras de resistencia. El plan ha permitido que estén participando con el Porsche 963 LMDh tanto en el campeonato IMSA (estadounidense) como en el WEC. La biografía de Roger Penske da para mucho más que una película, aunque algunos le han conocido ahora como el tipo al que Porsche ha entregado el único 963 de calle.

Nos parece un gran gesto por parte de la marca germana porque no es una cuestión de dinero, sino un emotivo reconocimiento a un personaje absolutamente excepcional. Resulta curioso el hecho de que cuando él corría compitió con pilotos como Stirling Moss, Bruce McLaren, Jack Brabham o Dan Gurney, hoy todos muertos. Por eso su presencia en Le Mans es tan extraordinaria, la de un coloso que se retiró como piloto hace sesenta años pero sigue al pie del cañón.

Cuando era niño en su casa no había afición por los coches, pero él pronto empezó a comprarlos, repararlos y venderlos. En cuanto se hizo con un Corvette debutó en carreras locales de la SCCA. En el 59 ya pilotaba un Porsche RSK, y en 1960 fue campeón de su categoría. Desde el principio despuntó no solo por su capacidad como piloto, sino también por su visión y su don de gentes. Participó en el GP de Fórmula 1 en Waltkins Glen, en 1961, con un Cooper-Climax, y terminó octavo. En aquella misma carrera compró un Cooper siniestrado y un motor Coventry-Climax y, tras estudiar concienzudamente el reglamento de los sport prototipos, concibió un coche para ganar en esa especialidad.

Lo que hizo fue reconvertir el monoplaza de F1 en un coche de Sport, manteniendo el puesto de conducción central, añadiendo un pequeño asiento a la izquierda (para cumplir con el reglamento), y encargando una nueva carrocería. Lo llamó Zerex (anticongelante de Dupont que le apoyaba) Special, y con él ganó, en 1962, en Laguna Seca, Riverside o Puerto Rico. Al final de temporada se prohibieron los coches como asiento central, así que modificó la posición de conducción de cara a 1963, logrando buenos resultados.

Del automovilismo al liderazgo empresarial global
Ese año Penske llegó a correr con un Ferrari 250 GTO, venciendo en Nassau y segundo en Daytona. En Le Mans lo hizo con un 330 LM del equipo NART junto a Pedro Rodríguez, hasta que el motor falló. Su única carrera en la NASCAR fue en Riverside con un Pontiac, y logró ganar. En el 64 pasó a formar parte del equipo Chaparral, atraído por los avanzados diseños de Jim Hall, y ese año triunfó en Laguna Seca.

Del automovilismo al liderazgo empresarial global
Hemos contado sus primeros pasos en la competición pero lo cierto es que a Penske le aburre mirar al pasado, lo que le mantiene activo son los retos del futuro. Para otros pilotos la cumbre de sus vidas son las carreras, pero no para nuestro protagonista. Tenía futuro como piloto, pero también como empresario. En una entrevista para la NASCAR Hall of Fame lo explicaba así: “tuve que tomar una decisión: o seguía siendo piloto o me dedicaba a los negocios.

Y surgió la oportunidad de trabajar para un concesionario Chevrolet en Filadelfia, propiedad de George McKean. Cuando llegué allí, le dije que me gustaría ser dueño de ese negocio en un par de años. Y sabía que, para que eso ocurriera, tendría que tomar una decisión. A principios de 1965, llegó ese momento. Pero los bancos y las compañías de seguros no estaban interesados en financiar a un piloto de carreras que iba de un lado a otro del país.
Fue entonces cuando decidí dejar de competir. Pero, más importante aún, necesitaba 50.000 dólares para cerrar la operación del concesionario, además de lo que los bancos me prestaban. Entonces acudí a mi padre. Siempre habíamos tenido un pacto: si necesitaba 10 o 20 dólares, él me decía: ‘Tú consigues la mitad y yo te ayudo con el resto’. Le dije: ‘Necesito 50.000 dólares para completar la compra de este concesionario’.
Y él me respondió: ‘Cuenta conmigo’. Ya estaba retirado en ese momento. Había tenido una buena carrera empresarial y había logrado ahorrar algo de dinero. Me dijo: ‘Voy a sacar 50.000 dólares de mi cuenta de ahorros’.

No es extraño, por tanto, que en Penske Automotive Group trabajen 28.900 personas. Su imperio empresarial se divide en grandes áreas: Automotive, Truck Group, Truck Rental, Truck Leasing (con una flota de 433.000 vehículos), Logistics, Vehicle Services, Motor Group, Manufacturing (motores Ilmor, de competición y marinos recreacionales) y Racing (competición). Según asegura, esta última área no da beneficios, ya que todo se reinvierte.
Actualmente, el Team Penske compite en la NASCAR, en la INDY y en el campeonato WEC, como socios de Porsche. Mr. Penske se retiró como piloto en 1965 pero no como jefe de equipo. Apenas un año después de dejar de correr, volvió a involucrarse.
Corvette al vicepresidente de marketing de Sun Oil Co., y rápidamente le convenció para que les patrocinara en Daytona. Ese fue el principio de una larga relación con Sunoco. Empleó de nuevo su poder de convicción para que GM le entregara un Sting Ray con el nuevo motor de 7 litros, y tras muchas penalidades lograron vencer en la clase GT en Daytona. El mismo resultado lograron en las 12 Horas de Sebring un mes después.

Un punto importante de su biografía fue cuando en 1966 conoció al piloto Mark Donohue, con el que formaría un dúo muy exitoso en los años siguientes. Donohue corría en todo, la Indy, la NASCAR, la Can-Am o Le Mans. Fue allí, en 1973 corriendo con un Ferrari 512 azul “Sunoco” cuando contactó con Porsche, para desarrollar un coche para el campeonato Can-Am. Emplearon como base el 917 y su doce cilindros bóxer, pero con dos turbos.
Así nació en 917/10K ganador de la Can-Am del 72. De cara a 1973 Porsche y Penske crearon el salvaje 917/30, con entre 1.100 y 1.500 CV (según la presión de los turbos) y 850 kilos de peso. Pasaba de 0 a 160 km/h en menos de 4 segundos, y podía superar los 400 km/h. Así que Donohue ganó en 1973 fácilmente, y después lo prohibieron.
Después se involucraron en la F1 por la insistencia de Donohue. Desgraciadamente el bravo piloto sufrió un accidente antes del GP de Austria, entró en coma y murió dos días después, una pérdida que aún le pesa a Penske. Quiso el destino que la única victoria de Penske en la F1 llegara en el mismo circuito al año siguiente, y se retiraron a final de temporada.

El siguiente encuentro entre Porsche y Penske se produjo entre 2006 y 2008, con el RS Spyder, aquel amarillo decorado con “DHL”. Fueron tres temporadas en la ALMS muy exitosas, donde ganaron el título de LMP2 los tres años e incluso una victoria absoluta en las 12 Horas de Sebring de 2008. Mr. Penske conserva en su colección aquel Porsche con especial cariño.
Si hacemos balance, Penske ha ganado veinte veces las 500 Millas de Indianápolis (la primera en 1972), y catorce veces el campeonato de monoplazas. Y están también en la NASCAR por su enorme repercusión en EE. UU.
Además, Penske tiene claro que para triunfar en las carreras y en los negocios, son necesarios los mismos ingredientes: “intentamos utilizar las carreras como un hilo conductor en todo lo que hacemos. Genera impulso, y el valor que tiene el automovilismo para construir una marca no tiene precio. Está conectado con todo lo que intentamos lograr: ejecución, trabajo en equipo, calidad, fiabilidad, integridad.

Mira a Bernie (Ecclestone): ha triunfado en los negocios porque entiende el automovilismo. El automovilismo es un modelo para cualquier empresa: tienes que motivar, pensar con anticipación, gestionar los periodos difíciles y desarrollar a tu gente. Esa es una lección clave: todo el mundo importa. El tipo que conduce el camión es tan importante como el que cambia la rueda delantera derecha en boxes, o el que lleva el coche en pista. Un equipo de carreras es una organización horizontal. Así es como me gusta que sean todas mis empresas”.
Dicen que Penske es uno de esos tipos con una mente privilegiada, capaz de recordar el nombre de cientos de sus empleados, que le llaman The Captain (el Capitán). Vive en Birmingham (Michigan) y tiene cinco hijos, aunque también reside en la isla de Nantucket (Massachusetts), donde hay un buen aeropuerto para su jet Gulfstream. En 2019 el presidente Trump le concedió la Presidential Medal of Freedom, el mayor reconocimiento civil que se concede en EE. UU., por sus logros en la competición y en los negocios.