Durante este principio de semana hemos asistido a la presentación del nuevo Range Rover Evoque Convertible. Hace unos meses pudimos verlo en vivo, pero sin poder probarlo. En esta ocasión han saciado nuestro ímpetu con una ruta de ensueño de que no nos queríamos ir. Para empezar salimos del briefing en el aeropuerto de Lyon para encontrarnos cara a cara con este peculiar descapotable, aparcados perfectamente en hilera en una zona reservada teníamos un ejemplar junto con sus 15 clones. No los conté, pero unos cuantos.
Hacemos parejas y nos disponemos a partir con el vehículo que nos habían asignado. Primero recorrimos un tramo de autopista poniendo el morro hacia los Alpes. Nuestro destino, Courchevel. El día acompaña, y las sensaciones que da este coche en carretera abierta son muy buenas. El tacto es muy suave y la verdad, cómodo. Salimos del aeropuerto con la capota quitada, sintiendo el viento en el cogote, y si hay una cosa que nos preocupaba sobre esto era que al ir a los Alpes, nos íbamos a pelar de frio. Pero esto no ha sido así. El sistema de climatización del coche es increíble. Gracias a él se puede ir totalmente descapotado mientras circulas por una estación de esquí, con temperaturas que rondan los 0 grados, y todo esto sin que haga falta llevar abrigo.
Es más, puedes llegar a quitarlo en ocasiones debido al calor que proporciona. Para complementar el sistema convencional de calefacción encontramos unos asientos con temperatura acondicionada (frio y calor). También tienen masaje, lo cual ya es macanudo.
Después de este tramo de carreteras amplias, llegamos a un puerto de montaña, y aquí fue donde comenzamos a experimentar con el coche, algunas horquillas las cogimos forzando el coche hasta el límite, y el veredicto en cuanto agilidad es que el coche no parece un SUV, y desde luego, no tiene el comportamiento que cabría esperar de un coche de esta clase descapotable. Se traga las curvas como un niño juguetón que quiere más y más.
Después de este tramito de curvas nos desviamos hacia un camino forestal en el que nos espera la organización. Lo que nos piden es que conectemos el sistema de control de descenso, que por lo visto íbamos a pasar por una zona de rocas con barro y así aprovechábamos para probarlo. Pero como buen cuatrero que soy, lo desconecté, que a mi esos sistemas no me gustan, porque lo que yo quiero es poder controlar al 100% el coche (mas tarde le probamos para ver que tal iba y la verdad es que va fantástico). Terminé la trialera con muy buen sabor de boca, realmente me sorprendió, no rozó en ningún momento, y estando acostumbrado a hacer rutas de 4×4 bastante duras, debo decir que no era ninguna tontería lo que el Range Rover pasó por encima sin inmutarse.
Después de esta bajada tan divertida salimos ya dirección a Courchevel, donde nos estaban esperando cerca de las pistas para hacer un circuito de 4×4 muy interesante. El Evoque pasó por los obstáculos sin controles y con controles, ya que hicimos el circuito varias veces, y tengo que decir que el control de ascenso y descenso va muy fino, la única diferencia que tiene con hacerlo sin el sabiendo lo que se hace es la velocidad. Si sabes lo que estás haciendo y haces el circuito sin controles, vas mucho más rápido. Quiero decir una cosa sobre el chasis de este coche. Normalmente las versiones descapotables de los modelos suelen perder mucha rigidez de chasis, pero en este caso no se nota ni mirándolo aposta. Con el coche haciendo un cruce de puentes, lo normal y lo que de hecho esperábamos ver es que el chasis sufriera algún tipo de deformación, pero no fue así, el coche se mantuvo en todo momento aguantando la compostura.
Ya con esto terminamos la primera jornada y nos fuimos a cenar y a dormir.
Al día siguiente llegó lo que todos estábamos esperando, el circuito de nieve en pistas de esquí. Llegamos allí sobre las 9:40 de la mañana, y comenzamos a dar vueltas, lo primero que noto es que el control de ascenso es realmente útil en nieve, y esto se aplica a cualquier situación de terreno deslizante. Esto se debe a que cuando estas con un coche en esta situación, lo peor que puedes hacer es perder la inercia, por muy pequeña que sea o pegar un ligero acelerón, este tipo de cambio de ritmo son lo que hacen que el poco agarre del neumático desaparezca, y a partir de ahí, a rezar.
https://www.youtube.com/watch?v=TkJ__n7l1Xw
Pero con este control el coche sabe en todo momento si alguna rueda está perdiendo adherencia, y distribuye muy eficientemente la potencia en función de esto, además te ahorras los pequeños acelerones (que incluso un pequeño bache los puede causar) y sumando todo esto, el coche sube sin problemas. Tuve que buscarle mucho las cosquillas al sistema hasta que conseguí dejarlo “tirado”. Después de esto hice el circuito sin ningún control, (fuera control de tracción y fuera control de ascenso/descenso) y además con el coche en modo “sport” para poder tener los 180CV que tiene el coche un poco más enfadados y así conseguir ponerlo de lado en las curvas. Fue divertido a más no poder, no tuve que recular en ningún momento ya que el coche es muy noble y no hace extraños.
Con esta prueba finalizada, solo nos queda ya hacer la vuelta a Lyon con parada para comer, estábamos cansadísimos, y aún así el coche nos divirtió (y mucho) por los puertos de montaña de vuelta. Es un coche que por estética queda perfecto en sitios como Marbella, pero por manejo y capacidades queda bien en cualquier situación adversa.
En cuanto a versiones y precios, encontramos 3 motorizaciones diferentes, y cada motorización tiene dos niveles de acabado. Esto hace que tengamos 6 opciones, y los precios van desde los 54.700€ a los 70.500€. En nuestro caso probamos la versión HSE de 180CV, que tiene un precio de 64.200€.