Prueba Toyota RAV4 2019: el avance de la electrificación

Producir un SUV de talla media que ofrezca algo nuevo y que se diferencie del resto parece tarea imposible en el mercado actual, pero Toyota parece que ha sabido como hacer los deberes con el nuevo Toyota RAV4 2019.

Se asienta sobre la plataforma global GA-K (una variante alargada del Toyota C-HR), llegando únicamente con un motor híbrido y con un diseño más robusto de formas angulosas que parece que solo los ingenieros japoneses han logrado perfeccionar.

Único motor híbrido, ¿debería llegar una versión diésel?

No, solamente se propulsará por un motor híbrido, sin planes futuros para incorporar en la gama ni diésel ni gasolina puros. Esto se traduce en que utilizará un motor de 2.5 litros Hybrid Dynamic Force, que desarrolla una potencia -junto con el motor eléctrico- de 218 CV para la variante FWD (tracción delantera), mientras que la versión de tracción total llegará con 222 CV, con un 0-100 km/h en solo 8,1 segundos.

Es un motor que parte de un bloque atmosférico, por lo que si esperas la patada inicial de un diésel, tendrás que acostumbrarte al motor. Sin embargo, gracias al apoyo eléctrico este hace que se sienta mucho más enérgico. Promete un consumo de 4,4 l/100 km, aunque en nuestro test hicimos una media de 7,5 l/100 km.

Para transmitir la potencia, el nuevo Toyota RAV4 se sirve de una transmisión automática CVT, para todos los bloques. La insonorización es bastante buena, casi no percibimos ruido de la banda de rodadura, aunque si es perceptible el ruido del viento, pero nada de lo que tengamos que preocuparnos.

El Toyota RAV4 no es muy dinámico en cuanto al paso por curvas se refiere, con cierto balanceo de carrocería acompañando a una dirección muy ligera, pero por carretera es bastante cómodo. Sin embargo, de cierta forma se siente con más aplomo que su predecesor, ya que su chasis es ahora un 57% más rígido que la anterior generación, a pesar de que ahora tenga una amortiguación más blanda.

Gracias a esta nueva configuración en la suspensión, ahora apenas notamos las irregularidades del terreno cuando vamos en marcha, solo cuando hay grandes baches en el pavimento. A pesar de que la marca japonesa recalque el aspecto deportivo del RAV4, el comportamiento global es más «relajado» si lo comparamos con sus rivales.

¿Qué hay en el interior del RAV4?

Espacioso es la primera palabra que nos viene a la mente. El RAV4 tiene una atmósfera más amplia y con gran visibilidad 360º, ganando espacio tanto para las piernas como para la cabeza en ambas filas de asientas.

El pequeño túnel central de la transmisión nos dice que, incluso en la variante 4WD, hay espacio para un adulto en la plaza central trasera. Mientras, el espacio lateral entre esos dos asientos laterales se ha incrementado en 49 mm, lo que mejora también la habitabilidad para incorporar sillas de niños Isofix.

El maletero también impresiona, con 580 litros de capacidad con los asientos en su posición y con 1.690 litros con los asientos abatidos. Como cualquier Toyota, todo está bien estructurado para que sea lo más ergonómico posible y está bien sujeto, y se siente que durará bastante más que los cinco años de garantía con los que viene el nuevo RAV4.

A nivel tecnológico, equipa la última generación del Toyota Safety Sense, con una cámara de alta definición y con mejora de la tecnología del radar, lo que hace que pueda operar de noche los sistemas de detección de peatones o ciclistas. Toda esta tecnología se equipa de serie en los cuatro acabados -Icon, Design, Excel y Dynamic-, como la cámara trasera para ayuda del aparcamiento, faros LED, pantalla del sistema de infoentretenimiento de 8 pulgadas, entre otros.

En definitiva, el nuevo RAV4 tiene mucho que ofrecer, desde su motor híbrido de bajar emisiones hasta su enorme practicidad, equipando de serie un gran equipamiento tecnológico y una fiabilidad de récord. Parte desde los 31.800 euros y ya están disponibles las versiones de tracción delantera, mientras que la tracción total AWD-i llegará para mayo.