Es todo un referente fuera de nuestras fronteras, pero ahora que por fin es híbrido, Toyota se ha decidido a traerlo a nuestro país. Y es que el Toyota Camry no es un novato en el segmento de las berlinas ni mucho menos, pues lleva en el mercado desde 1982, y esta octava generación quiere hacerse su hueco en nuestro mercado. ¿Cómo lo va a hacer? Con los mejores atributos que tiene Toyota: siendo híbrido, calidad y tecnología para todos.
Su mecánica tampoco es nueva, ya que es la que conocemos del nuevo Rav4, un motor 2.5 gasolina de 4 cilindros combinado con el motor eléctrico y que produce 218 CV. Una potencia excelente para los adelantamientos en carreteras secundarias, así como para mantener una velocidad de crucero sin problemas, y mover al Camry con mucha soltura. Lo cierto es que los consumos son buenos, 5,3 litros a los 100 km homologados, y 6 litros en nuestra prueba por autovía y carreteras secundarias, así como algunas ciudades que atravesamos, y sin prestar atención al consumo, simplemente poniendo el modo ECO en cada ciudad.
Este modo por cierto, incluye una función llamada AGC (Auto Glide Control), que consiste en una especie de modo de «planeo», porque en un híbrido cuando sueltas el acelerador la frenada regenerativa entra en acción, y con esto lo que conseguimos es mantener la velocidad con una intervención de la frenada mínima. Útil en carretera cuando solo queremos dejar deslizar al coche y así no tener que volver a acelerar para recuperar la velocidad perdida.
En términos generales este Toyota Camry Hybrid es un coche muy cómodo, en el que se nota un buen trabajo de insonorización, exceptuando el inevitable cambio CVT que provoca una subida de vueltas fuerte para ayudar a la aceleración. Por lo demás es un coche noble y bien equilibrado, es largo, pero apenas se nota esto al volante, y aunque este va muy filtrado es rápido de reacciones.
El nuevo Toyota Camry además tiene una personalidad muy marcada en diseño, con una buena combinación de dinamismo y elegancia, dominado por la calandra del frontal, los trazos coupé del techo y los nervios del pilar C o el spoiler integrado en el portón trasero. Además el diseño responde a una necesidad de buena visibilidad interior, ya que el capó y la cintura baja, junto a un pilar A más fino ayuda a ver muy bien alrededor. Además los retrovisores van retrasados para ver mejor, aunque esto condiciona un poco que suenen más en carretera a alta velocidad.
Pero sin duda dentro es dónde más virtudes hay en el nuevo Camry 2019. Llega con una batalla de 2,82 metros, de las mejores de su categoría, y pudimos probar sus plazas traseras antes de ponernos al volante, no me malinterpreten. Del parking de encuentro a la rueda de prensa nos llevó un chófer, y lo cierto es que el espacio es muy bueno en todos los sentidos. Además podemos llevar ciertos elementos extra si equipamos el nivel Luxury, como la pantalla multifunción del reposabrazos central, desde la que controlar el climatizador trasero, o plegar la cortina trasera. ¿Está al nivel de rivales premium? Quizás no en tecnología pero está por delante en espacio de la mayoría de sus rivales.
Volviendo a las plazas delanteras, aquí nos encontramos un salpicadero orientado al conductor, muy japonés, con detalles sofisticados y botones para todas las funciones, así como la pantalla táctil de 8 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento. La instrumentación incluye una pantalla digital de 7″ y con el nivel Luxury además tendremos un Head-Up Display, unas molduras específicas y un cargador inalámbrico, ademas de tapicería de cuero o el sistema JBL de sonido. En cuanto a maletero, con 524 litros se podría decir que cabrán todas las maletas de casa.
Y en el acabado Advance o de acceso ¿qué se incluye? Pues este marca el precio base (con descuento) de 32.500 euros, con llantas de 18″, pantalla de 8″ con navegador, climatizador bi-zona, Toyota Safety Sense y faros antiniebla LED delanteros. El acabado Luxury antes mencionado supone un coste de 38.000 euros.