Dentro del Grupo Volkswagen, Skoda siempre ha gozado de las ventajas de formar parte de él, su tecnología, su fiabilidad y su solvencia para el día a día. Ya es una alternativa muy buena, con productos que no solo están a la altura de sus hermanas de gruapo, sino que a veces los superan, aunque tengan que llegar algo más tarde. El primer ejemplo fue el Kodiaq, el SUV de siete plazas de Skoda, su primer modelo dentro de este segmento, y ahora lo es el Skoda Karoq, el C-SUV más preparado para intentar liderar el mercado que hayamos visto hasta ahora.
Ha sido el último en llegar, y lo hace a un gallinero donde no podría haber tanta variedad ni tan reñida. Se tendrá que medir a más de 15 rivales, algunos de los cuales llevan ya varias generaciones a la venta, pero el Karoq cuenta con buenas bazas para ello.
Una de ellas bien podría ser su diseño, aunque esta es la más subjetiva de todas. Es una continuación de lo que vimos con el SUV de siete plazas de la marca, aquí adaptado a 4,4 metros de largo, y con un toque más juvenil. Hay LED en todos sus faros, y no faltan las clásicas barras de techo o los pasos de rueda protegidos por plásticos tan característicos en este segmento. El diseño lateral recuerda a su hermano de otra madre, el SEAT Ateca, con el que comparte la plataforma, y su zaga es quizás la zona más personal del modelo, con los faro en forma de C y su portón trasero, de apertura eléctrica y hasta con el sistema de pedal invisible. De serie al ser la versión Style tenemos llantas de 18 pulgadas, y esta unidad es del color Stone Grey.
Otra su mecánica. Aquí sale con ventaja sobre sus hermanos de grupo, pues estrena en el segmento SUV el motor 1.5 TSI, un bloque de cuatro cilindros y 150 CV gasolina que conocimos con la última generación del Golf y que ni el Ateca ni el Tiguan lo montan, por ahora. La novedad de este bloque es que cuenta con una serie de elementos que lo hacen más eficiente, incluido un sistema de desactivación de cilindros. En el Skoda Karoq ha resultado ser un motor casi perfecto. Ofrece muy buena respuesta, y más ligado al cambio DSG7 como en nuestro caso, con una aceleración más que notable, recuperaciones correctas y una sonoridad muy baja, ayudada también por el aislamiento del interior.
Los consumos oficiales de Skoda son de 5,6 litros en uso mixto, pero nosotros nos quedamos en 7 litros aproximados, que no está mal, pero que teniendo en cuenta que en modo ECO puede desactivar dos cilindros en determinadas circunstancias, sigue siendo alto. Este sistema funciona como la mayoría de los que hemos visto en el mundo del automóvil, en situaciones donde no usamos el acelerador desconecta dos cilindros, por lo que seguimos manteniendo la velocidad casi constante. Además también desconecta el DSG en modo Normal, pero no así los dos cilindros, esto solo es en el modo ECO.
Como ya dije en la primera prueba del Karoq, Skoda ha logrado crear un SUV muy cómodo para conducir, el cual goza de un buen chasis, pero aquí más enfocado al confort, más acorde con la filosofía de la marca, utilidad y comodidad para cualquier situación. Da igual que vayamos por una calle mal asfaltada, o por una carretera secundaria con mil peraltes, con el Karoq iremos siempre cómodos. Su suspensión absorbe muy bien los baches, y cuando llega la hora de los cambios de apoyo, aunque sea cómodo, no balancea con facilidad, pero si que comprime mucho en el primer apoyo, aunque luego la descompresión la ejecuta tan progresivamente que casi no lo notamos, por lo que aunque de la sensación de inclinarse, no la da de desequilibrarse.
En cuanto a sus modos de conducción ya los conocemos, los tradicionales Sport, Eco, Normal e Individual. Si llevamos el Chasis DCC, la selección de cualquiera de ellos le atañe, si no solo modifica la respuesta del acelerador, de la dirección y del cambio si llevamos el DSG. Un doble embrague que mantiene sus buenas cualidades de rapidez y suavidad, pero que sigue dando algún tirón seco a baja velocidad en ciudad, nada que no se evite con la práctica. De la dirección no hay quejas, sigue nuestra voluntad con la suficiente celeridad como para saber por donde van las ruedas, y transmite lo justo para no perder la comodidad que ofrece la suspensión ni para quedarnos aislados de lo que ocurre en el eje delantero.
Pasemos al interior. Skoda ha hecho un trabajo fantástico en los ajustes y la calidad, con un diseño un tanto sobrio, pero agradable a la vista, más bien minimalista y enfocado a la practicidad. Toques donde toques todo desprende un buen tacto, especialmente si elegimos molduras opcionales o el volante de piel perforada. Y lo que más me ha gustado son los asientos, los cuales podrían pasar por semi-bácquet, con el reposacabezas integrado y un gran apoyo en los laterales, cómodos y acogedores. No faltan superficies en piano black, que quedan bien, pero se ensucian rápido, ni mucha tecnología que ya conocemos de antes en otros modelos de la marca.
El Skoda Karoq mantiene por lo tanto el buen hacer de la marca en cuanto a habitabilidad interior. Los 2,63 metros de batalla dejan detrás un espacio más que generoso para los tres ocupantes, incluido quien vaya sentado en medio, que mientras no supere el 1,80 de alto, irá bien de espacio para la cabeza y las piernas. Además, si se piden los asientos VarioFlex, las opciones de espacio detrás son muy variadas. Se pueden mover individualmente, en distancia al maletero y en inclinación, lo que hace que podemos aumentar el espacio de carga sin perder una plaza, o al revés si así lo queremos.
Un maletero de 521 litros, bastante generoso y con una boca de carga a baja altura, que crece hasta los 1.630 litros, y más aún, si contando con los VarioFlex, los extraemos, cosa que se puede, y que es bastante fácil y cómodo. Skoda en su infinita sabiduría para la soluciones «Simply Clever», pone a nuestra disposición además una cubierta del maletero que por un lado es del forrado tradicional, y por otro plástico, por si lo que vamos a cargar puede ensuciar el suelo del maletero. También hay una red de fijación, una linterna extraible en un lateral del maletero, sujecciones para botellas, un doble fondo o una cortina plegable a modo de bandeja para tapar la carga, más rápida de poner y quitar que la típica bandeja con ganchos.
Volvemos a la parte delantera. Aquí la protagonista es la pantalla de 9,2 pulgadas de nueva factura del grupo. El Skoda Karoq al incorporarla pasa a prescindir de cualquier botón tradicional o ruleta para su uso, quedando únicamente escoltada por los aireadores del climatizador, el cual sí que mantiene la configuración tradicional de ruletas y botones. Aunque ahora tengamos que tener más puntería para subir y bajar el volumen en marcha, hay que reconocer que el sistema de información y entretenimiento funciona a las mil maravillas. Es una pantalla de superficie acristalada, por lo que la claridad y el tacto son excelentes, así como su rapidez de respuesta y la disposición de los menús. La interfaz es nueva, la que estrenó el Kodiaq, y permite navegar de un menú a otro rápidamente, y además incluye una función gestual para pasar de una página a otra del menú principal. Sin duda sigue siendo uno de los mejores ordenadores de a bordo del mercado.
Además en el Skoda Karoq no se ha descuidado ni la conectividad ni la tecnología, incluyendo ahora el sistema de carga inalámbrica para móvil, opcional, dos tomas USB, compatibilidad con Andorid Auto y Apple CarPlay, y más adelante llegará el cockpit digital, como el que tienen Audi y Volkswagen. De momento se mantiene la ya conocida pantalla central TFT, acompañada por los dos relojes de velocidad y cuentarrevoluciones. Los mandos de luces, intermitentes y las ayudas a la conducción como el control de crucero adaptativo no cambian. Interesante es el sistema de sonido Canton, que por 270 euros nos proporciona 10 altavoces, ecualizador digital y subwofer, con una calidad muy buena de sonido.
El precio del Skoda Karoq parte en 22.500 euros, pero nuestra versión, el 1.5 TSI DSG en acabado Style son 28.440 euros, un precio que se convierte en otra de las ventajas de este SUV, su relación calidad-precio y todo el equipamiento que trae, en ventaja con la mayoría de rivales. Puede que haya llegado el último, pero sin duda el Karoq ha llegado tan bien preparado que no le costará ponerse a la cabeza.