Hay un tipo de coche con mucho encanto que son los lobos con piel de cordero. Discretas berlinas a las que podrías subirte como quien se monta en un taxi, pero que son capaces de emocionarte al volante. El Seat León Cupra ST DSG con motor turbo de 300 CV es una de ellas.
El propulsor 2.0 TSI de 300 CV es la clave para convertir al nuevo León Cupra en el Seat de serie más potente de la historia. El Cupra se vende con carrocería de 3 (SC) y cinco puertas y familiar (ST), que es la más pintoresca y la que nos ocupa.
Es curioso pensar que este Seat es más potente que un BMW M3 E36 de 1992 (286 CV). Y si pensamos en míticos modelos de rallye, el Cupra es más veloz en aceleración (4,9 seg. de 0 a 100) que un Lancia Delta Integrale Evo 2 de 1993 (6,4 seg.) o incluso que un Subaru Impreza WRX STI de 2014 (5,2 seg.).
Si fuera de otro color no pasaría pero, como es de color blanco, resulta fácil imaginar al Cupra como un super-taxi que puede poner a sus ocupantes a 250 km/h. Mi plan era viajar a unos 200 km. por autopista y carretera nacional con tramos de montaña, y tuve la suerte de poder elegir coche. Además del Cupra, la otra opción era un GLC 250d. Todo un Mercedes, pero también SUV y diesel, de modo que como amante de la conducción preferí un Cupra (Cup Racing) con un gran motor turbo de gasolina y un asiento cerca del suelo.
Pronto pude constatar que como coche familiar es muy válido, no solo por el espacio que ofrece sino porque la suspensión no es demasiado dura, simplemente firme y puedes regularla. Incluye amortiguadores controlados electrónicamente. Ningún pasajero se quejó a pesar de los fuertes apoyos y los fulgurantes adelantamientos en las zonas de montaña. Esta facilidad para adelantar también es un factor clave de seguridad que ofrecen los coche potentes, y que los “expertos” de la DGT suelen olvidar.
Es un motor que se siente siempre muy lleno, con mucho empuje a cualquier régimen. Las cifras corroboran esta sensación, y es que el par máximo de 380 Nm está disponible desde 1.800 hasta 5.500 rpm. Hay que destacar también que en la anterior versión del Cupra, a la venta desde 2014 y que rendía 290 CV, el par máximo era de 350 Nm.
En los León Cupra de 3 y 5 puertas la tracción es al eje delantero, y el cambio puede ser manual o DSG de seis marchas. Pero en el Cupra ST (familiar) la tracción puede ser delantera o total. El que aparece en las fotos lleva tracción delantera y cambio DSG, pero el sistema 4×4 va unido obligatoriamente al cambio de doble embrague DSG. Resulta difícil pensar en un coche compacto tan práctico, tan rápido y sobre todo tan fácil de conducir. Es sencillo ir muy deprisa a sus mandos, con mucho aplomo, y transmite una gran seguridad. Lo más parecido que encontramos es el Golf R Variant de 310 CV, con el comparte mucha mecánica.
El conductor puede elegir entre cuatro modos de conducción: Confort, Sport, Individual y Cupra. En este último todo se pone alerta, tanto la respuesta del motor como la suspensión o el cambio DSG. En cuanto al control de estabilidad ESC, hay tres niveles. Totalmente conectado, con el control de tracción anulado y el ESC completamente desconectado.
El consumo medio anunciado por la marca es de 7,2 litros, y en mi recorrido a un ritmo elevado con autopista y carretera el Cupra ST no gastó más de nueve litros, una cifra bastante buena para un coche de gasolina tan potente.
Un gran coche este León Cupra, y si lo compras en color rojo o azul nadie pensará que es un taxi, sino un automóvil deportivo muy adecuado para los esquiadores o los aficionados al aire libre. Además basta con ver sus llantas de 19 pulgadas de serie, las salidas de escape, las pinzas de freno rojas o la forma en que suena y acelera. Los más exigentes pueden pedir el pack Performance negro o naranja, con llantas específicas también de 19” en color negro o naranja, con neumáticos Michelin Pilot y frenos más potentes.
El precio del ST 300 CV DSG es de 36.130 euros, aunque puedes llevarte a casa un León Cupra manual desde 34.000 euros. No se venden muchos León Cupra (8.300 en 2016 en Europa) y menos aún del ST. De modo que cada vez que me cruce con uno de ellos diré con respeto: “mira, un Cupra ST, conduje uno y andaba como un demonio”.
