Prueba Porsche 911 Safari by Julià 911: un Porsche como el que casi gana el Rallye Safari 1974

La historia de Porsche está íntima y exitosamente ligada al mundo de la competición. En este terreno, sus victorias son interminables. Sin embargo, siempre hay alguna prueba que se resiste. Es el caso del mítico Rallye Safari, una competición que Porsche estuvo a punto de ganar en 1974. El Porsche 911 Safari, basado en el 2.7 RS de 1973 y pilotado por el sueco Björn Waldegard lo tenía todo de cara para ganar. Sin embargo, finalmente fue un Mitsubishi Colt quien se alzó con la victoria por delante del sueco. Pero como son las cosas, han pasado décadas y nadie se acuerda de ese Colt ni de qué forma tenía. Por lo contrario, el Porsche Safari que “no ganó” sigue siendo recordado. Recordado, amado, y ahora reinventado de la mano de Julià911 Porsche Specialist.

Prueba Porsche 911 Safari by Julià 911: un Porsche como el que casi gana el Rallye Safari 1974

Un Porsche 911 Safari hecho en Barcelona

Saltamos al presente, y nos vamos al Taller Julia 911 Porsche Specialist para encontrarnos cara a cara con una reinterpretación de ese mítico 911. Han pasado más de 4 décadas entre ese Rallye que transcurrió por Kenia en 1974 y la actualidad. No obstante, parece que el tiempo se hubiera detenido en el momento preciso, preservando ese famoso 911 en una cápsula del tiempo. Nada más lejos de la realidad. Este “Safari” reencarnado no es un 2.7 RS ni tampoco ha estado nunca en África. Por lo contrario ha sido concebido en las instalaciones de Julià cómo un coche de calle con todas sus comodidades y a su vez con capacidad para participar en algunos de los rallyes de clásicos más importantes del mundo. ¡Veamos cómo!

No se trata pues de una estricta réplica estética del modelo original, sino más bien de una reinterpretación del mismo. El objetivo principal al realizar este proyecto no era construir un coche de competición puro, sino  conseguir un vehículo cómodo y a su vez con unas prestaciones que le hicieran capaz de participar en algunos de los rallyes de clásicos más relevantes del mundo. Este proceso que duró varios meses, se consiguió en 4 fases.

Prueba Porsche 911 Safari tres cuartos trasero

Fase 1: el backdating

Para llevar a
cabo esta vistosa preparación el primer paso fue elegir una base. En este caso
se optó por un 911 3.0 SC, un modelo de 1980 con un chasis que venía de origen
con una buena protección anticorrosión y una estructura más reforzada que los
modelos anteriores a 1973.

El primer problema es que la carrocería del SC tiene diferencias estéticas respecto los citados 911 pre-73. Afortunadamente, en Julià son especialistas en backdating así que la primera fase para dar al 3.0 ese aspecto de la década anterior no fue difícil: al final lo único que cambian son las aletas delanteras, el capó, los paneles frontal y trasero y los parachoques. Una faena bastante simple que en Julià resolvieron rápidamente.

Prueba Porsche 911 Safari gasolina

Fase 2: la estética exterior

El siguiente paso fue empezar a trabajar en todos los elementos que hacían característico al Porsche 911 Safari. Salta a la vista que este objetivo se ha conseguido, pues dejando de lado el color de base azul frente al blanco del modelo original, el look es del todo fiel incluso con las mismas pegatinas de la época: estamos ante un Porsche imponente claramente encarado al off-road.

La altura libre al suelo es muy superior a la habitual, y los neumáticos deportivos han dado paso a unos de perfil alto.  En la parte inferior no faltan las protecciones hechas a medida para prevenir el impacto de piedras que pudieran dañar la mecánica.  Por otro lado, los parachoques están equipados con unas protecciones de acero al más puro estilo Safari. Los faros cibié auxiliares tampoco faltan y mejoran notablemente la iluminación. Y por si en pleno rallye te comes una piedra y acabas destrozando un neumático, no hay problema, puesto que en la vaca del techo hay otra rueda de repuesto junto a un bidón auxiliar de gasolina.

Prueba Porsche 911 Safari  perfil

Fase 3: la mecánica

Partiendo de la base mecánica del SC, el trabajo de Julià consistió en instalar unos pistones forjados y revisar a fondo todos los elementos mecánicos para maximizar la fiabilidad. El bloque 3 litros de 1980 da de origen unos 188 CV, una potencia que entre el escape de competición, la nueva inyección y los pistones nuevos se ha dejado en 220 (10 más que el 2.7 RS).  Los frenos de origen han cedido su lugar a unos de alto rendimiento. Las suspensiones son nuevas, pero considerando el uso que se le iba a dar al vehículo no son extremadamente deportivas.

El nuevo elemento más importante de todos en este Porsche 911 Safari, bajo mi punto de vista, es el nuevo autoblocante de competición, una pieza que marca la diferencia sobre todo en terrenos resbaladizos. A los que nos encanta derrapar este elemento es absolutamente básico, puesto que optimiza la tracción y permite así derrapar a placer.

Prueba Porsche 911 Safari  motor

Fase 4: el interior

Con el exterior y la mecánica listas, le tocó el turno al interior. Lo primero fue hacer un tratamiento estético retro, consiguiendo así el aspecto pre-73, con los correspondientes elementos del cuadro y el salpicadero. A continuación se instaló un arco antivuelco de 6 puntos, un elemento de seguridad básico para cualquier coche de rallyes. Por último, los asientos de origen se sustituyeron por unos envolventes y comodísimos Recaro. Con todo se garantiza el confort de marcha para poder hacer vida más allá de los rallyes.

¡Vámonos a rodar!

Tras apreciar
en parado todo el trabajo realizado toca la mejor parte: hacer una prueba
dinámica. Con mi 1,90 de altura accedo al interior prestando atención para no
golpearme la cabeza contra las barras. No sería la primera vez que me pasa pero
esta vez me escapo. Una vez dentro me adapto el asiento a mi posición: todo
correcto. Momento de darle a la llave: el motor se pone en marcha a la primera
acompañado del grave sonido del 6 cilindros bóxer: ¡Cómo me gusta!

Ese sonido de los Porsche de antaño es tan particular, tan concreto… Desde luego los nuevos también suenan bien, pero nada como el característico sonido genuino de antes.  Podría reconocerlo entre miles de motores y seguro que no fallaría.

Sobre asfalto

Así que nos vamos de excursión, porque quiero pista. Evidentemente primero toca un poco de asfalto: en esta superficie la sensación de ir flotando es más exagerada de lo normal. Me refiero a que es mucho más acentuada que en un 911 clásico normal: a la falta de peso en el tren delantero se une el centro de gravedad mucho más elevado y los neumáticos de perfil alto que acentúan esa sensación. El motor empuja bien desde abajo, sin embargo el 3.0 es en la zona alta del cuenta revoluciones donde la entrega de potencia es mayor dando lugar a una agradable estirada. En cualquier caso, rápidamente se hace patente que este coche no está pensado para forzar la máquina en carretera. A velocidad normal se va cómodo, pero las inercias se acentúan demasiado si se quiere imprimir un buen ritmo.

Prueba Porsche 911 Safari

Fuera del asfalto, cómo pez en el agua

Por fin salgo del asfalto y aquí descubro una sensación totalmente nueva: la de rodar con un 911 por caminos de cabras y pistas de tierra sin miedo. Normalmente sería incómodo, pero en este caso se va de maravilla. El culo se insinúa rápido – bendito autoblocante, y resulta facilísimo hacerlo derrapar de manera controlada. No hay duda: sobre pista este coche resulta extremadamente divertido sobre todo manteniéndolo en un régimen alto. Ya me imagino yendo por las pistas de Marruecos durante centenares de kilómetros a los mandos de una máquina como esta. Que bien lo pasaría…

La dirección, que no es asistida, permite tener un control preciso de la situación. El cambio es tosco, y requiere cierta decisión para insertar las marchas, pero una vez se le pilla el truco resulta fácil de accionar. Con los frenos, sin ABS ni nada parecido, hay que tener tacto, saber hasta dónde apretar el pedal. Hace falta emplearse, pero la recompensa es enorme.

Prueba Porsche 911 Safari offroad

El resumen es
que, sin ningún tipo de ayudas a la conducción, eres tú quien está al cargo de
todo el control. Conducción pura y dura, placer garantizado.

Sensaciones únicas

Este 911 Safari es un show sobre ruedas. Estéticamente llama muchísimo la atención allá por dónde pasa. Solo hay que fijarse en cuanta gente se gira a su paso. Pero es mucho más que un coche bonito. Fuera del asfalto se convierte en una máquina eficaz y muy divertida, un verdadero juguete para disfrutar como un niño de la conducción acompañado del estruendo del 6 cilindros bóxer que de vez en cuando suelta alguna bella explosión.

Prueba offroad Porsche 911 Safari

Es cierto que
no es un Safari original, pero sin duda te permite trasladarte a los años 70 e
imaginar como debía ser pilotar aquél 2.7 RS. Porque conducirlo es como entrar
en una máquina del tiempo hasta una época con menos tecnología y más manos.

De Barcelona al fin del mundo

La buena noticia es que este coche no ha sido realizado para entrar a formar parte de ninguna colección privada ni tampoco para ser guardado en un garaje. Más bien todo lo contrario. A pesar de haber sido estrenado hace unos meses, este Porsche 911 Safari ya ha participado con éxito en el rallye de clásicos de Islandia, una prueba muy especial que empezó a escribir su nueva historia. Sin sufrir ningún contratiempo más allá del óxido superficial causado por el agua del mar de este espectacular país, el coche ha vuelto a España sano y salvo. Sin embargo, ya hay previstos nuevos retos.

Prueba Porsche 911 Safari derrape

El nuevo destino, China. Y es que si no hay cambio, este coche correrá próximamente el Rallye Paris Pekín y le seguirán otros desafíos. Y es que a pesar de tener 40 años, este clásico renacido a manos de Julià911 tiene toda una vida de aventuras por escribir. Esperamos que estén llenas de éxitos.

Por: Dani Blasco