Fresco y aromático como el viento del Pacífico, una brisa de limón y naranja en el aire acompañada de una especia misteriosa. Suspendido en estas frescas notas llega un aroma de rosa, sándalo y musgo…” Tras este inicio alguno pensará que en Car leemos mucho a Antonio Gala, pero en realidad estamos reproduciendo la descripción de Pacific Mood, el aroma que Mercedes ha creado para su nuevo descapotable. O sea, que cuando una dama suba en tu espectacular Mercedes Clase S Cabriolet, su nariz percibirá un elaborado perfume que no encontrará en ningún otro automóvil. Estas delicadezas pueden parecernos una tontería, pero quien sabe lo que le pasa por la cabeza a un tipo que tiene una casa con vistas al mar en Malibú y se gasta una fortuna en un Mercedes. El “pata negra”, el S 65 Cabrio, costará en España 303.000 euros (254.600 en Alemania).
Coches como este siguen la tradición de los automóviles flamboyant (extravagante, llamativo) de los años 30, esos que siguen triunfando en los principales concursos de elegancia. Y es que al final, si te gustan los coches te tienen que gustar los Mercedes, la única marca que ha estado siempre en la cumbre. Mide 5,03 metros de largo y su diseño nos parece muy fluído y elegante. Eso sí, el frontal es muy parecido al de resto de los modelos de la gama, lo que hace que prefiramos la vista lateral o trasera. Si ves de frente un Bentley Continental GTC nunca lo confundirás con otro coche, pero con este Mercedes no se puede decir lo mismo.
Como experiencia automovilística, rodar en estos convertibles de lujo extremo resulta especial, tienen algo de embarcación, de cama rodante, de alfombra mágica o de gran bañera con hidromasaje. El conductor está en contacto con el aire y el exterior pero a la vez se encuentra y mimado y protegido, radiante de opulencia y observando el mundo desde un habitáculo rebosante de cuero, materiales nobles y tecnología. Es como ver una velada de boxeo desde una sala VIP.
La actual política de Mercedes implica declinar cada modelo o plataforma en numerosas carrocerías y versiones. Actualmente hay seis carrocerías diferentes del S: berlina normal, batalla larga, Mercedes-Maybach (20 cm. más que el LWB), Mercedes-Maybach Pullman, Coupé y Cabriolet. Y resulta increíble que el año pasado vendieran en todo el mundo más de 100.000 unidades del Clase S. La carrocería que nos ocupa es la más minoritaria y sorprendente, porque hacía muchos años que Mercedes no ofrecía un Clase S descapotable en su gama. De hecho hay que remontarse hasta el fantástico 280 SE 3.5 Cabriolet lanzado en 1969.
Desde el punto de vista técnico el Cabriolet es como el Coupé, comparte con él toda la mecánica. El 60 por ciento de los paneles que forman la estructura que combina acero y aluminio también es igual. Lo que más cambia es la parte trasera, que incluye un piso de aluminio por primera vez. El nuevo S Cabriolet ha sido desarrollado desde el principio como un descapotable. Por eso la forma del techo y todo el sistema que lo acciona funciona de una forma modélica, y con un resultado estético sobresaliente.
La capota se acciona mediante un mando que está entre los asientos y se puede retirar o colocar en marcha, a un máximo de 50 km/h, y el proceso tarda 20 segundos. Esta es de lona pero tiene un grosor de 10 cm., y está formada por varias capas de tejido y material plástico. Según la marca lleva una capa más que la capota del Clase E Cabrio, y consigue en mejor aislamiento acústico de su categoría. El tirador para activar la capota está muy bien resuelto. Situado entre los asientos, integra además los botones para subir las ventanillas a la vez y el destinado a desplegar el Aircap opcional (deflector sobre el parabrisas y “paraviento” para reducir las turbulencias en el interior). También se puede descapotar mediante el mando a distancia. La marca recomienda hacer uso de esa función cuando estás sentado en una terraza y sosteniendo una Mahou con la otra mano. Hay cuatro colores de capota a elegir: negro, beige, azul oscuro y rojo oscuro, y nos pareció especialmente elegante la combinación de carrocería blanca con la capota azul.
Y para conducir a cielo descubierto en Mercedes se han asegurado de que lleve todos los sistemas posibles para que el conductor se sienta como un querubín flotando entre las nubes. Monta de serie el Airscarf, la “bufanda” de aire caliente que sale de la zona superior del asiento. Tampoco supone gasto adicional el sistema de climatización “inteligente” Thermotronic, que es automático, de modo que los ocupantes no tienen que elegir un modo u otro si llevan la capota colocada o no. Por supuesto permite zonas de temperatura independientes para conductor y pasajero, y aseguran que 12 sensores y 18 motores eléctricos trabajan para lograr la temperatura ideal. La opción Warmth Comfort package está orientada al uso del coche en condiciones frías, en incluye asientos, volante y apoyabrazos calefactados. También pueden ser ventilados (ideal en verano) y con masaje.
En el habitáculo dicen haber buscado una atmosfera tipo yate, lo que se consigue sobre todo con la combinación de cuero y napa “azul mar profundo” con otra piel color “porcelana”. Para el comprador será difícil elegir que tono es más adecuado para vestir el sensacional interior. También es impactante la iluminación nocturna para el habitáculo. Un detallazo es que, si lleva el interior blanco, puede llevar también los mandos periféricos del volante (intermitentes, etc) en blanco, cuando normalmente suelen ser oscuros en todos los coches. La aerodinámica marca registros récord de baja resistencia al aire (Cx 0,29), lo que se traduce en baja sonoridad. Lo menos positivo es el espacio para las piernas en las plazas traseras, escaso cuando los asientos delanteros están retrasados. En este punto sorprende comprobar que la batalla del S Cabriolet es de 2.945 mm., casi idéntica a los 2.939 de un Clase E. ¿Por qué no dispone de los 3.035 mm. de un Clase S berlina?
Hay tres versiones disponibles: el primero es el S 500 (166.000 euros), con motor V8 4.7 biturbo de 455 CV y 700 Nm. Tiene carácter y anuncia un consumo homologado de solo 8,5 l a los 100 km. Se combina con un cambio automático de 9 marchas y acelera muy bien, de 0 a 100 en solo 4,6 seg., aunque si quieres que ruga debes pisar a fondo. El siguiente es el S63 AMG (222.700 euros), con un motorazo 5.5 V8 biturbo de 585 CV y 900 Nm de par. Este es mucho más sonoro y pasa de 0 a 100 en menos de 4 seg. (3,9). Y el último es el que se comprará Hamilton y algunos rusos residentes en la Costa Azul: el S65 6.0 V12 biturbo de 630 CV y 1.000 Nm (303.000 euros), que curiosamente acelera más lento que el S63, en 4,1 segundos.
Todos llevan suspensión neumática Airmatic de serie, y a la hora de regular el comportamiento del coche no se han complicado la vida: mediante un botón en la consola central el conductor puede modificar dos parámetros: la firmeza de la suspensión y la respuesta del motor y el cambio, ambos en modo Comfort o Sport. Está orientado a la comodidad pero la eficacia es notable, porque ni se siente “barco” ni oscila en las curvas más de lo que nos gustaría. Se puede conducir muy deprisa con gran seguridad. Aún así hay algo artificial en el comportamiento del S Cabrio, notas que un coche de este tamaño no debería girar tan plano, que las inercias en las curvas rápidas se compensan como por arte de magia.
Como máquina para recorrer continentes por autopista, este Cabriolet es tan definitivo como un Clase S cualquiera. Y como juguete para disfrutar y presumir el fin de semana, es mucho mejor. Además lleva la batería de sistemas electrónicos de seguridad que montan sus hermanos, tantos que es preciso un máster para conocerlos. Sus rivales son el BMW Serie 6, el Bentley Continental GTC, el Rolls-Royce Dawn y el Maserati GranCabrio. ¿Cuál de ellos ofrece más distinción? La marca espera vender en nuestro país solo doce S Cabriolet al año, así que será difícil cruzarse con alguno.