Los coches clásicos ingleses son una categoría en sí misma. Con sus complicaciones mecánicas y su facilidad para calentarse, pero también con su estilo y sus contundentes motores. Además Gran Bretaña es el país con mayor cultura de automóvil, y una historia enormemente rica. Por eso los coches fabricados en Inglaterra tienen fieles seguidores por todo el planeta, incluyendo, por supuesto, España. Aquí ya podemos disfrutar de ellos, incluido el nuevo McLaren 570 GT.
Uno de ellos es un amigo de CAR que prefiere permanecer en el anonimato. En su familia, de raíces británicas, han sido fieles durante décadas a los coches ingleses, una tradición que ha ido pasando de padres a hijos. Jaguar, Daimler, Rolls, Sumbeam, MG, de todo. “Que yo recuerde, siempre ha habido automóviles británicos en casa. Mi bisabuelo llegó a España para construir líneas de ferrocarril y en cuanto pudo se compró un Austin. Mi padre adquirió otros muchos, incluyendo un Jaguar E y un Rolls Shadow”.
Hoy tienen en la residencia familiar varios modelos, el más moderno de ellos un Mini Cooper S, además de un Range Sport y un precioso Aston DB9 verde. “Estamos pensando en un DB11 (a la venta desde 209.800 euros), pero no tengo claro si elegirlo con el motor V8 AMG o el V12. Mi cabeza me dice una cosa y mi corazón otra”. Pero de ninguna manera había pensado en un McLaren, al considerarlo demasiado llamativo y extremo. Ciertamente, cuando lo aparcamos junto al resto de los deportivos del garaje, no parece que tengan nada en común. Pero, ¿esto es realmente así?
El McLaren 570 GT se presentó en 2016. Pesa 35 kilos más que el 570 S, 1.350 kg, pero sigue siendo muy liviano. Ante todo es un misil al estilo del Porsche 911 Turbo, ya que su motor 3.8 V8 biturbo rinde 570 CV y le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,4 segundos. El objetivo de la marca es llegar a clientes a los que el 570 S les podría parecer demasiado radical, personas que no quieren su coche para ir al circuito sino para viajar cómodamente. Una clara diferencia de diseño entre el 570 S y el nuevo 570 GT está en la parte trasera, sobre el motor.
El primero lleva la tapa de la mecánica y una luna trasera vertical, mientras que el 570 GT incorpora un portón trasero con marco de fibra de carbono que prolonga la forma del techo panorámico, y bajo el que hay un maletero de 220 litros. Curiosamente el portón se abre hacia un lado o hacia el otro, según sea un coche con volante a la derecha o a la izquierda. Recordamos como en el Jaguar E cupé, el portón trasero también se abría así.
El resurgir de una industria
Los años cincuenta y sesenta del siglo pasado fueron dorados para la industria del automóvil en las islas. Y los recientes modelos de McLaren son en cierto modo un símbolo del resurgimiento de la industria británica del motor, como también lo son exitosos recientes de Bentley, Jaguar, Land Rover, Rolls o Aston Martin.
De aquella época dorada surgieron algunos de los automóviles más brillantes y admirados de la historia, y los tenemos delante. Coches como el Mini o los Jaguar XK y E-Type. Hoy quizá, por su gran belleza, estos últimos nos parecen delicados y muy propios para un anuncio de perfume, pero son unos deportivos de cuidado, como nos explica nuestro amigo: “Cuando salió en 1948, el XK 120 era el deportivo más rápido del mundo (193 km/h de punta), y el XK 150 fue el primero que llevó frenos de disco. No es un coche light de ninguna manera, al contrario, tiene carácter y corre mucho. ¡De hecho Clint Eastwood tuvo uno! [risas]”. En la parte trasera de “nuestro” XK 150 hay una placa que reza: “Winner Le Mans 1951, 1953, 1955, 1956, 1957”.
El nacimiento del XK supuso también el debut del legendario motor 3.4 Jaguar con 160 CV y doble árbol de levas en cabeza, un propulsor que, con modificaciones, se mantuvo en la gama hasta 1986. El XK 140 llegó en 1954 y el XK 150, nuestro protagonista, en 1957. Este era muy diferente de su antecesor y lleva una mecánica de altas prestaciones, con un sonido precioso y tres carburadores SU en lugar de dos. Así rinde 250 CV, una burrada para la época. Como referencia, un Ferrari 250 SWB de 1960, de esos que hoy valen muchos millones, se quedaba en 240 CV.
El clásico por excelencia
El sucesor del XK150 fue el E-Type, el deportivo clásico por excelencia. “Cuando salió en 1961 era más barato que los Aston o los Ferrari, pero con su motor 3.8 de 265 CV era tan rápido como ellos. Y su estructura inspirada en la de los aviones fue revolucionaria. Estaba formada por una zona central de tipo monocasco, y en la parte delantera llevaba un subbastidor tubular fijado al principal, que soportaba el peso del motor y la suspensión delantera. Es decir, que tiene en común con el McLaren la avanzada configuración mecánica –estructura de fibra de carbono en el modelo moderno– y el hecho de que era uno de los coches más rápidos de su tiempo.
Como dicen los que saben, si en lugar de 75.000 E-Type se hubieran fabricado 300, cada uno valdría millones. Por debajo de estos dos “pata negra” están el Austin Healey 3000 Mk III y el Morgan 4/4 con motor 2.0 16V de Rover, dos deliciosos roadsters con potencia de sobra para salir a disfrutar los fines de semana.
Llega el momento de darnos una vuelta, pero el E-Type no tiene batería, estas cosas pasan en las mejores familias… Así que salimos con McLaren, el XK y el Morgan. Como en la versión 570 S, el piloto del McLaren puede elegir entre tres modos de conducción: “Normal”, “Sport” y “Track”. Y no podemos acelerar mucho porque perderemos al resto de la expedición. Corre como un demonio gracias a su mecánica biturbo, y las recuperaciones son increíbles. Transmite a cualquier velocidad, y solo hay que ver la sonrisa de los conductores al bajarse.
No obstante, el GT incluye un reglaje especial del chasis que lo hace más cómodo que el 570 S. Hay muchos cambios: la dirección es ligeramente más lenta para que sea más relajado llevarlo en autopista a alta velocidad. El sonido en el interior también es más bajo gracias al mejor aislamiento. La suspensión es más suave, un 15% delante y un 10% detrás, lo que favorece que haya menos agitación en la cabina. La entrega de potencia también es menos puntiaguda, con más empuje en la zona media y baja. Los discos no son cerámicos sino de acero, al igual que el McLaren 570S. No lleva plazas traseras, pero al menos ofrece tanto espacio de maletero como un utilitario:150 litros delante y 220 bajo el portón –espacio que el 570 S no ofrece– detrás de los asientos.
Y mientras el piloto del 570 GT sale del coche como un pincel, el resto sudan la gota gorda al volante de sus primitivos roadsters, y no solo por el calor. En el XK las piernas rozan con el precioso volante, cuya dirección lógicamente hoy resulta pesada y lenta. Sin embargo el cambio nos pareció relativamente preciso para la época. Pronto te sientes cómodo y empiezas a conducir con fluidez y decisión. El 6 cilindros en línea proporciona mucho par, y en curvas rápidas, aunque oscila, apoya mejor de lo que se podría suponer a priori.
El tiempo pasa factura
Todas estas percepciones están condicionadas por la extrema excelencia y modernidad del 570 GT. Algo parecido pasa al subir en el Morgan, abriendo esa puertecilla gobernada por una simple visagra y que nos recuerda a las de los cochecitos de los tiovivos. Pero si le pisas corre –de 0 a 100 km/h en menos de 8 segundos– y esa dirección sin asistencia precisa de tu constante atención incluso en autopista. Claro que su territorio favorito son las carreteras secundarias, donde se disfruta de cada kilómetro. El 570 GT está a la venta por 223.000 euros en McLaren Barcelona.
Ya de vuelta comentamos las jugadas tomando unos gin-tonic de “The London Nº1”, la ginebra preferida de nuestro amigo. “Mi padre siempre cuenta que una vez se tomó una copa con George Best en un bar de Edimburgo. Ya sabéis, aquel futbolista que decía: ‘Gasté mucho dinero en alcohol, coches y chicas. El resto lo malgasté’. Le gustaban muchos los E-Type”. A nosotros nos ha impresionado lo que corre el XK, la sensación de coche de carreras y lo que transmite el Morgan por su extrema simplicidad. Es una experiencia de conducción diferente que hay que probar, porque engancha. A él también le ha convencido el 570GT: “No sé si el McLaren no va pasar a la historia como un icono, como fueron el XK o el Mini, hoy todo es diferente y hay mucho donde elegir. Pero es un deportivo sensacional, nunca había conducido algo tan rápido y emocionante, y está muy bien hecho. Lo que no me imaginaba es que pudiera ser cómodo de verdad y usable en la ciudad. ¡Y el color es precioso! Tengo que hablar del tema seriamente con mi padre…»