Prueba Infiniti QX30: El Q30 se viste de Crossover

El Q30 ha supuesto una nueva etapa para la marca japonesa. En España las ventas han crecido en lo que va de año más de un 100%, y ha sido gracias a este nuevo modelo, que lleva en el mercado desde antes del verano. Uno de sus grandes argumentos de venta es que comparte con el Mercedes Clase A la plataforma, el motor 2.2 turbodiésel de 170 CV y muchos otros componentes, de modo que la sensación de calidad que transmite es bastante alta.

El nuevo Infiniti QX30 se distingue a primera vista del Q30 por la mayor altura de la carrocería respecto al suelo, 20 cm. respecto a los 17,3 cm. del Q30. Sus llantas de 18” también son diferentes, así como los paragolpes, los perfiles de goma en los pasos de rueda o los raíles metálicos del techo. El equipamiento de serie es muy completo. Lleva tracción total, de modo que, con unos neumáticos de invierno, es una buena opción para los aficionados al ski. También es de serie el navegador y la pantalla táctil multiusos.

En marcha es un modelo cómodo que ofrece buena estabilidad, sin balanceos pronunciados, y un empuje progresivo y contundente del motor. Acelera de 0 a 100 km/h en 8,5 seg. y alcanza los 215 km/h, con un consumo medio de 4,9 litros a los 100 km.

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Sus reacciones son seguras y el eficaz cambio automático de siete marchas y doble embrague (no está disponible manual) ayuda aún más a lograr ese efecto de coche de lujo de tamaño compacto. Mide 4,42 metros, y como referencia un Audi Q3 está en 4,39 m. Además el maletero es bastante amplio para su tamaño, con 430 litros de capacidad.